i will be there at your side to remind you how i still love you

900 60 11
                                    

Ya ha pasado un año desde la última vez que escribí aquí, Muichiro; desde que te fuiste han pasado dos. Dejé de escribirte porque supongo que comencé a avanzar, me hacía preguntas a mí mismo como "¿por qué no uso palabras afectuosas en el diario?", entre otras que no  escribiré porque no tiene mucho sentido. Nunca las leerás a final de cuentas así que no importa. Dejé de ver esto como si me fueras a leer y comencé a usarlo para mí mismo, sólo que no me hacía avanzar, sólo me distraía de lo que realmente estaba sucediendo, me distraía de tu ausencia.

En pocas palabras, he salido adelante. Llevo ya varios meses trabajando sin descanso y no sólo en el ámbito laborar, sino que he salido con mis amigos, he salido solo, y he tratado de salir con otras personas. Ya no me siento solo aún estando solo, y si te soy sincero por ese mismo motivo el salir con otras personas me hace sentir incómodo. He buscado porque se supone que necesito seguir con mi vida y casarme, porque aún soy joven, pero para bien o para mal no he podido encontrar a alguien que me cause tranquilidad, o al menos que no me cause ansiedad. Hasta cierto punto reconozco que hallé la paz conmigo mismo, con mis pensamientos, con mis recuerdos; incluso hallé tranquilidad en nuestra casa, en tus fotos, en tus lugares favoritos; en nuestra cama.

Muichiro, no te quiero de vuelta y digo esto porque sé que no puedo tenerte de vuelta por mucho que lo intente, sin embargo he decidido que quiero esperar.  Nunca pudimos consumar nuestro amor en un matrimonio sempiterno pero déjame declararlo en el cielo y en el infierno, y a donde sea que vayamos: nunca dejaré de amarte. Nos volveremos a encontrar y tus tersos brazos volverán a rodear mi ser, volveré a besarte, volveré a ti porque para bien o para mal, por mucho que intente, mi vida te pertenece a ti y por ello la viviré al máximo, seré feliz, disfrutaré de ella pero la meta nunca cambiará, que es volver a ti.


–Te digo que no pesas nada, anda, deja de moverte o te vas a caer.–Dije en voz alta mientras bajábamos las escaleras de su casa. Sus muslos eran sostenidos por mis manos mientras que enrollaba sus brazos en mi cuello.

–Bien, supongamos que es cierto.–Murmuró muy cerca de mi oído ya que como lo estaba cargando de 'caballito' prácticamente le quedaba a un lado.–Pero ¿debo recordarte que el hijo de puta de Inosuke no deja de picarme las costillas?

Reí sonoramente antes de que un fuerte golpe me hiciese caer de boca. Afortunadamente ya habíamos bajado del todo y sólo comí un poco de pelusa; la bendita alfombra aminoró mi caída.

–¡Tanjiro, lo siento!–Inosuke quitó a Muichiro (quien estaba sobre mí tras la caída)–¡Pero este mocoso me dijo cerdo idiota! Y eso es imperdonable, ¡Un jabalí no es lo mismo que un cerdo!

Me quedé callado tratando de no reírme más. Zenitsu llegó y golpeó a Inosuke con el control remoto que llevaba.

–Deja de estar disociando, eres un humano, idiota.–Y ahí fue cuando Zenitsu comenzó a correr, porque un enojado Inosuke lo estaba persiguiendo, realmente amenazante.–¡Arreglemos esto con una partida de Smash, deja de golpearme!

Me levanté y ayudé a Muichiro a levantarse, tras esto ambos fuimos al sillón a esperar ya que ellos tenían el control.

–Me cuesta creer sus edades, ¿en serio ya son mayores de edad? –Murmuró Muichiro, y tras un suspiro apoyó su cabeza en mi hombro.–Me daría vergüenza tener su edad y seguir comportándome así. No es muy maduro.

–Muichiro, eso sólo lo dices por tu hermano. No importa la edad que tengas, sólo sé una buena persona y sé felizmente responsable, y sólo entonces serás alguien maduro.–Se separó y buscó mi mirada, cuando la encontró se quedó examinándome por unos segundos. Sonrió con los ojos entrecerrados.

無限 | MuiTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora