you're my dream come true, my one and only you

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Mi rutina es muy vacía desde que ya no estás, Muichiro. Aún después de 6 meses sin ti los días siguen tan irrelevantes que el clímax de mi existencia llega en la madrugada, cuando llego de trabajar (porque ya no necesito saltarme las horas extra, ya no veo a nadie saliendo de trabajar) y me pongo a escribirte palabras dignas de nostalgia en el diario que he estado haciendo. Esto me recuerda a cuando me fui a estudiar a otro país y Nezuko se deprimía mucho, tú estabas tan preocupado como yo porque en ese entonces sólo éramos los tres mejores amigos del mundo. La única diferencia entre el diario que escribí para Nezuko y el diario que escribo para ti es que Nezuko pudo leerlo cuando volví tres años después; me pregunto si al igual que yo, tú algún día volverás llenándonos de sorpresa a todos; si volverás para leer estas palabras y me abrazarás, con lágrimas en los ojos diciendo lo que siempre me decías:"Eres un sueño hecho realidad, y estás hablando con un soñador de día y de noche".

No he invitado a nadie desde que te fuiste, y no es porque no quiera a mis demás amigos. De vez en cuando me los encuentro y charlamos un rato, pero nunca demasiado como para abrir la invitación a nuestra casa. Es que, Muichiro, sé que si entran a nuestro hogar el primer tema de conversación que saldrá será el tuyo (ya que no he podido tocar tus cosas, mucho menos las fotografías que a penas teníamos) y dime ¿cómo explico que mi compañero de vida, el único ser que más he amado yace en una urna de metal color menta? Porque su propio hermano dijo que prefería mil veces tener sus cenizas a verlo en un ataúd, tan irreconocible y desfigurado.

A veces me pregunto ¿qué hubiera sido de nosotros si tan sólo te hubieses quedado un par de horas más en la cama, conmigo? Si tan sólo no hubieses respondido el teléfono, si tan sólo no hubieses salido de supuesta emergencia por tu tío, ¿tendríamos el gato que tanto queríamos? ¿pintaríamos la casa del color que ambos habíamos elegido?


Muichiro y yo caminábamos por la acera a penas rozando nuestras manos. Me ponía nervioso cada que mi meñique hacía un ligero y casi imperceptible roce con mi buen 'amigo', ya que aunque se veía tan indiferente sabía que algo había causado la confesión que hice hace tan sólo unos minutos. Sé perfectamente que no se digiere fácil un "Me gustas" y en especial si viene de un amigo de la infancia; por mucho que trate de adivinar su rostro no dice ni una sola cosa y mucho menos él mismo, el silencio ensordecedor me hace sudar. Y para empeorar las cosas, bastó con una seña para pedirme que lo siguiera o acompañara a un lugar que desconozco.

Mu...Muichiro, no me has contestado nada. Traté de llamar su atención sin dejar de seguirlo y él se limitó a mirarme a penas por unos segundos, si bien continuó en silencio pude notar un extraño brillo en sus ojos. Está bien, no tienes que hacerlo. Reí un poco nervioso, y ahí fue cuando pude notar un fantasma de sonrisa en los labios del chico que caminaba a mi lado.Al menos dime a dónde vamos.

Silencio y un rostro de indiferencia total. Está bien ya que estoy acostumbrado pero me siento ligeramente herido porque no dijo absolutamente nada desde que le dije lo mucho que me gustaba. Tras unos minutos más caminando, él se detuvo frente a un lugar de los barrios bajos de por aquí donde habían múltiples edificios grisáceos y de ladrillo, en obra negra la mayoría.

Necesito que hagas algo por mí.Soltó con un tono de voz muy calmado y dulce, su voz sonaba menos dura y eso era algo completamente nuevo. Yo no puedo hacerlo porque soy yo, pero tú sí. 

Al ver mi rostro de confusión total decidió proseguir, poniéndose frente a mí y tomando un suspiro casi imperceptible.

Verás... Comenzó, sin hacer contacto visual en lo absoluto. Mi hermano vive aquí con sus amigos, no son sus amigos en serio pero por el lugar entiendes a que me refiero ¿no?

無限 | MuiTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora