i held a rose, you held who knows . but that's fine

836 56 5
                                    


Ya se cumple un año, Muichiro, y he retomado mi compostura. Lamento haberme tardado tanto en escribirte, pero gracias a lo mismo tengo mucho que contarte. Aquella vez que salí con mis viejos amigos me ofrecieron muchas veces quedarme en sus casas, cosa que definitivamente rechacé. No sólo porque sabía muy bien que lo hacían por lástima más que nada, tampoco porque me costara mucho salir de aquella casa que compartimos pocos días pero que aún mantiene tu esencia; para nada, los rechacé porque ya tenían una vida y yo estaba completamente seguro de que ellos ya tenían esas parejas que los acompañarían hasta el fin de sus días, y yo quedaría sobrando ahí en sus hogares... ¡Además, Muichiro! Yo tengo mi propio hogar y aunque no estés físicamente, tu espíritu soñador sigue conmigo, y tu alma continua cargando con mi corazón. El que no estés a mi lado no significa que haya perdido a mi pareja, después de todo sigues siendo mío y sigo siendo tuyo, nunca rompería esa promesa y sé que tu tampoco.

Hace un par de meses cambié de lugar los muebles que alcanzamos a acomodar juntos, fue por simple estética y porque había comprado unos nuevos. Me hizo realmente bien porque desde que tu no estás parecía que mi vida estaba en una pausa constante y no avanzaba, hasta hace poco ya que comencé a salir un poco más. Sólo lo suficiente aunque, he de admitir que no soy del tipo que disfruta salir demasiado. Sí, salir me hace bien pero sabes que prefiero mil veces quedarme en mi casa y ver series, supongo que tras tanto tiempo juntos me pegaste esa simpleza agradable que solías tener.

Tus palabras llegan a mi mente, ¿podrás recordar?

"Nunca busco más de lo esencial" Y entonces, en mi recuerdo me miraste y susurraste casi tan bajo que a penas pude escucharte: "Eres mi esencial".

Me da cierta gracia ese recuerdo porque por alguna razón sé que nunca lo olvidaré. Me lastima un poco el hecho de que tu tacto lo he olvidado, pero me mantiene tranquilo que tus palabras, tu aroma, tu voz y tu presencia nunca se irán de mi, muy a pesar de que te veías a ti mismo siendo tan poco cuando te reencontré siempre me aseguré de que supieras que para mí eras lo más importante en este mundo.


Mi primer día en mi ciudad natal; me es imposible no saltar de la emoción, ¡después de tres años ya estoy de vuelta! Tenía tantas cosas por hacer, pero antes que cualquier cosa debo comunicarme con mis antiguos amigos. Al primero que llamé fue a Inosuke ya que como tenía entendido, él seguía soltero y sin problemas podría darme asilo de aquí hasta que consiga un lugar para vivir.

Fue sencillo ya que al parecer seguía viviendo donde siempre y por lo que descubrí nunca cambió su número, sólo tuve que llamarlo una vez para que, llorando de la emoción, corriera hasta la estación por mí.

-¡KENTARO! -Gritó tan alto que incluso los policías se alertaron, pero al ver que sólo era un 'adulto' joven, miraron hacia otra parte avergonzados por el malentendido. Recibí a Inosuke con los brazos abiertos a lo que él brincó, colgándose de mí.-¡Te extrañé tanto! ¡Todos lo hicimos! ¡¿No podías aspirar a una universidad de tu país?! Maldito sistema estúpido, ¡Pero al menos ya estás aquí!... ¿Qué haces aquí? ¿no te falta un año, sucio traidor?

Cuando sentí que por fin podía hablar y respirar (Inosuke ya no estaba asfixiándome entre sus brazos), recuperé el aliento y comencé a reírme. Nunca cambia este hombre bestia (apodo que seguía usando en sus redes sociales).

-También los extrañé Inosuke, ¡Pero aprendí mucho! -Lo zarandeé casi amistosamente para que me soltara del todo ya que su agarre seguía siendo muy fuerte.- Sólo me falta mi servicio ya que hice lo que pude para reducir mi estadía allá, y eso lo puedo hacer aquí. Un año y soy completamente libre, y lo mejor de todo ¡Ya puedo trabajar!

無限 | MuiTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora