- No importa que nombre tengas, siempre te terminará delatando.- dijo sin rodeos.
- ¡¿Que cosa?!.- grito ella sin paciencia.
Él se acerco lentamente a ella y tomó su rostro entre sus palmas.
- Tu inocencia.
Me estiré en mi cama y sonreí, echaba de menos dormir hasta que yo quisiera. Una manera agradable de despertar.
Lamentablemente no dejaba de pensar en Adam. Sacudí mi cabeza obligándome a quitarle importancia. Fui rápidamente al baño para despertar y volví.
No tenía escuela pero aun así debía ir a trabajar al burdel por la noche, en mis vacaciones había hecho un trato con mis padres, trabajaría hasta tarde ya que no tenía escuela y ganaba el doble para mis ahorros de universidad. Obviamente les encanto la idea, presumiendo su futura universitaria, muy responsable.
Reí por molestarme a mi misma y bajé para encontrarme con mi hermano jugando videojuegos, como siempre, con su infaltable musculosa.
Narcisista de mierda.
- Buenos días Em.- gritó sin despegar su mirada de la pantalla.
- Buenos días Jacob.- le respondí con una media sonrisa. A sus 20 años seguía siendo un bebé, bueno al frente mío, en mi escuela todos conocían al gran Jacob Barnes. Dejó un buen renombre para mí, buen atleta y estudiante, lo que si es que siempre fue sobreprotector conmigo, causando que nunca tuviera novio y que todas las niñas de la escuela le hiciera explotar sus ovarios con solo existir con su actitud.
- ¿Papá y Mamá?.-pregunté desde la cocina sirviéndome café.
- Fueron a hacer compras temprano y hace un rato se fueron al golf de papá, ya sabes, sus citas de los fin de semanas.- respondió mientras insultaba a algún niñato jugando COD contra él.
Preparé mi desayuno y subí con él a mi cuarto.
Había trabajado mis neuronas hasta freirse todo este semestre teniendo buenos resultados, me merecía este descanso.
Netflix en mi celular fue mi opción para disfrutar de mi desayuno. Me acomode en mi cama para darle un mordisco a mi tostada pero unos pasos fuertes me detuvieron, me quité mis audífonos.
- ¿Que quieres?.- le pregunté a mi hermano quien me miraba divertido desde el marco de mi puerta.
Sonrió y me mostro su frasco en donde suele guardar marihuana. Sonreí y me levante de forma fugaz para ir con él al patio.
Tomé mi pipa y nos dirigimos a nuestro escondite para que los vecinos no nos vieran.
- Pensé que ya se te había acabado con tu noviecita.- le dije mientras aspiraba de la pipa lo que quedaba sintiendo como el efecto comenzaba en mi cuerpo.
- Tu sabes mejor que nadie que no soy de novias.- respondió acostándose en el sillón.- Hey antes de terminar menos lucido, ¿por que no sacas una foto?.- dijo mientras se acostaba en el sillón del patio y me estiraba su celular.
Fruncí el ceño y termine de fumar lo que quedaba en mi pipa para después desechar con mucho cuidado las cenizas.
- ¿La palabra mágica?.- pelee tomando su celular.
- Compraré pizza.- respondió sonriendo, solté una carcajada y asentí.
- Trato.- accedí. Tomé unas cuantas fotos y le entregué su celular.
- Ahora deja tomar mi desayuno tranquila.- terminé dándole su celular para subir a mi cama para comer.
- ¡Y no olvides la pizza idiota!.- le grité desde mi cuarto.
A los segundos oí que tomó su celular y llamó.
Puse musica, y comencé a disfrutar un desayuno con mi mente y alma relajada.
- Que buena manera de comenzar el dia.- me auto animé dándole otro mordisco a mi tostada con el rostro sonriente.
"Self Care", los bajos de la canción resonaban en mi cuarto mientras bebía mi jugo de piña, yo solo movía mi cuerpo al compás de la musica disfrutando el efecto que ya no duraría mucho.
Al rato despues terminé de desayunar y comencé a ver las noticias, mientras hacia mi cama, me encontraba más despierta. Dejé mi bandera a un lado y abrí la ventana de mi cuarto para que entrara aire fresco.
Mojé mi rostro y procedí a soltar mi cabello, siempre que fumó tengo la costumbre de sujetarlo.
Al tener mi cuarto ordenado procedí a bajar mi bandeja con lo que fue mi desayuno.
Escuche el timbre y supe que era la pizza. Me acerque a hablarle a Jacob, quien se encontraba mirando el techo atentamente sin moverse.
Reí al ver la poca resistencia que tenía y yo procedí a recibir la pizza.
Casi se le cae la pizza al muchacho al verme, recordé que aun estaba en mi pijama corto de seda.
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- ¿Emily?.- logré entender desde su casco para andar en motocicleta.
Mierda, no. Un compañero de mi salón. Uno de los idiotas que solía molestarme de pequeña cuando era más rellena y un blanco fácil de burlas. Un simple cerdo infantil para mi.
Tanto que me ha costado esconderme en la escuela para pasar desapercibida.
- ¿Te conozco?.- le pregunté sin interés y haciéndome la desentendida. Tomé la pizza y la deje a un lado para pagarle, en ese momento aprovechó de quitarse su casco para mostrar su rostro.
Rodee los ojos al ver su acción.
- Ah, hola Thomas, ten aquí esta el dinero, quédate con el vuelto.
- Hey espera... Te ves bien.- logró articular tomando la puerta antes de que la cerrara, su cerebro parecía que iba a explotar, al parecer lo estaba usando.
- Genial.- respondí sin ganas.
Él iba a decir algo, solo quería que se fuera cuando mi hermano apareció detrás de mi, y yo sabia que su rostro no era amigable. Traté de suprimir mi sonrisa.
- ¿Se te perdió algo imbecíl?, ya tienes el maldito dinero, ahora anda a meterte en tus asuntos.- le ordenó mi hermano tocandolo en el pecho con su dedo bruscamente para cerrar la puerta en su rostro.
Bueno tiene su lado bueno el tenerlo como hermano.
- Pensé que ya te había perdido.-bromeé empujándolo amistosamente mientras caminábamos a la cocina.
- Sobre mi ataúd que algún imbecil quiera sobrepasarse contigo, aun más alguien como Thomas, conozco como son sus hermanos, masculinidad delicada, machistas y sin cerebro. No mereces esa mierda. Mereces un hombre que te cuide, si es que alguno tiene la suerte de contarlo.- cuando estaba drogado suele ser muy blando y saca sus sentimientos conmigo.
Dejé la pizza en el mesón y lo miré.
- Gracias hermano.- le agradecí para darle un abrazo corto pero fuerte.
- Sabes que me mataría si algo te ocurre.- confesó, sostuve mis lagrimas y me separé.
- Hey esta pizza no se comerá sola.- le recordé sacando refrescos de la nevera.
- Tengo demasiada hambre.- dijo sacando platos y vasos del mueble.
Sin más nos sentamos a disfrutar de nuestro almuerzo mientras veíamos "Los Simpsons".
Mi hermano es a la única persona que tengo en esta familia la verdad.