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- Adiós Jacob.- me despedí saliendo de casa.
Mis padres aun no llegaban, así que tomaría el bus para ir al trabajo.
Para suerte mia, la lluvia ya se había detenido.

Me vestí con algo para pasar desapercibida. Me puse mi mochila y me puse mis audífonos.
Bajé y me fui a despedir de Jacob.

- ¿Segura que no quieres que te lleve?.- preguntó mientras comía otro trozo de pizza.

- ¿Para que puedas coquetear con mis colegas? No gracias, nos vemos.- respondí dándole un corto beso en mejilla y salir de casa.

Logré tomar el bus el cual me dejaba relativamente cerca del burdel.
Pagué por mi pasaje y noté que iba algo lleno esta vez.
Me quedé de pie afirmada de un barandal, el bus siguió su trayecto cotidiano, pause la musica y me mantuve atenta a cualquier cosa.

Se subió una joven como de mi edad, la diferencia ed que yo vestía como vagabunda y ella no, trató de esquivar cualquier atención masculina y buscó un lugar seguro en donde estar.
Me miró y le di una sonrisa ladeada saludandola, ella me la devolvió y se sentó en uno de los últimos asientos en el cual estaba un hombre y a su lado la muchacha que se había sentado.

Logré notar su cara de incomodidad ante la fija mirada del cerdo que estaba a su lado.
Ni siquiera llevaba un escote y este la comía con la mirada.

Minuciosamente me puse al lado de ella, en cualquier caso se le ocurriera hacer algo a este imbecil.

De pequeña tuve la desgracia de que un anciano se sentara al lado mio un dia de escuela cuando el auto se descompuso, mi hermano había contraído un resfriado bastante feo y se quedó en casa.
Ese anciano se masturbó al lado de mi, jamas en mi vida había tenido tanto asco, ansiedad, ganas de llorar y parálisis de esa manera.
Apenas logré tener algo de consciencia me paré exaltada, casi ahogando me para ir donde el chófer, no me importaba en que lugar de la ciudad me encontraba, solo quería bajarme.
Casi al momento de gritar, en los asientos de adelante se encontraba Dylan, el mejor amigo de mi hermano quien me reconoció y me vio al borde del llanto.

Bastó con que me preguntará "¿que pasó?" Para que yo gritará a todo pulmón "El anciano de atrás se masturbo encima de mi".
Solo había adrenalina en mi cuerpo y nada más.
Vi como Dylan observaba mi falda escolar con horror, había semen.

Eso fue suficiente para que el chófer detuviera el bus y Dylan bajara a patadas al anciano para tener una "charla" junto con el chófer.
Una señora que vestía de enfermera me ayudo a limpiar mi falda, yo solo recuerdo como tiritaba y lagrimas caían y caían de mi rostro sin parar mientras la enfermera con otras mujeres me trataban de hacer hablar o que respondiera de algún modo.

Dylan después de la golpiza al anciano, llamaron a la policía y se lo llevaron.
Yo como menor de edad me llevaron donde mis padres y Dylan me acompañó en todo momento.

Me dio su chaqueta a pesar del frio del invierno y trataba de sacarme de mi estado de shock.
Hasta el dia de hoy le agradezco eso, aun así es igual de celoso que Jacob.

Desde ese momento me negué a tener miedo, obligue a mis padres a tener clases de auto-defensa e implementos para andar segura en la calle.
Yo les debí enseñar a mis padres que yo no tenía por que esconderme de degenerados cuando ellos son el problema, no nosotras.
A los 14 años debí entender eso.

En un momento observé como el hombre posaba su mano en la pierna de la muchacha.
Su respiración se volvía más rápido y noté que sollozaba, estaba llorando.

Eso fue suficiente para sacar mi "cuchillo" y acercarme delicadamente al hombre.
Parecía que le estaba hablando casualmente cuando en verdad tenía su cabello apretado en mi mano y mi navaja en su cuello.

- Sueltala ahora mismo idiota.- le dije al oido, lo suficientemente fuerte para que la chica me viera y rapidamente se levantara.

- Gr... Gracias.- logró articular asustada.

Solté bruscamente la cabeza del tipo y me acerque a la chica.

- ¿Estas bien?.- le pregunte cuidadosamente.

- S... si.- aun tartamudeaba del susto.- Solo...

- Tranquila, respira tomate tu tiempo, si quieres bajamos en el próximo paradero y te acompaño, sé que no quieres estar cerca de él.- al oír eso ella asintió con los ojos brillosos.

Me di la vuelta y tome fotos del rostro del tipo.

- Esto le irá super bien a la página de pervertidos sueltos, en unas horas todo internet sabrá que hiciste.- le dije sonriente mientras la muchacha se escondía detrás de mi temblando.

- No tienes pruebas.- se defendió mostrando sus asquerosos dientes en una sonrisa.

- ¿Ah no?.- le mostré la foto en donde se evidenciaba que estaba tocando a la chica, para volver a guardarlo esta vez solo yo estaba sonriendo.

- Ten un buen dia imbecil.- dije mientras ayudaba a bajar a la muchacha.

- ¡Te denunciare por lo del cuchillo!.- me gritó, captando la atención de todos sobre mi.

- ¿Que cuchillo? Estó.- dije haciéndome la desentendida mientras le mostraba un cepillo de dientes.
La puertas del bus se cerraron y avanzó.

Me volteé para chequear a la muchacha.

- ¿Estas bien?.- le pregunté dándole su espacio.
Ella con cierto temor asintió.

- Si gracias.

- No quiero asustarte más, tranquila, ¿Necesitas algo?.- la trato de confortar.
Ella se tomó un momento para poder orientarse.

- No, la panadería de atrás es donde están mis padres.- respondió ya tranquila.- Muchas gracias, de verdad que no se como pagarte de vuelta.- agradeció.

- De verdad no te preocupes por eso, solo, no tengas miedo en la calle, y ayuda a otra chica que lo necesite.- chequie mi reloj y me di cuenta que aun debía llegar al trabajo.

- Debo irme, un gusto, soy Emily.- me despedí y presenté al mismo tiempo.

- Oh lo siento, soy Sasha. Un gusto igualmente, espero volver a verte, ya sabes donde trabajo por si quieres algo de carbohidratos.- dijo alejándose.

- Gracias.- me despedí riendo.- Adiós.

Comencé a caminar las bulliciosas calles disfrutando de un cigarro que acababa de prender, solo eran unas cuantas cuadras para llegar a mi trabajo.

¿Estará Adam?

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2020 ⏰

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Miss InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora