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Esta historia comienza con un par de adolescentes en la playa, era su último día de verano, y Mackenzie fue el último día con Brady.
Disfrutan el tiempo que pasaron surfeando y divirtiéndose con la arena y el océano.
Después de ese día agotador, Brady retó a Mack a una carrera a la casa de su abuelo, que claramente ganó el rubio.
—Es obvio que gané —declaró Brady que sostenía su tabla de surf.
—Sí, por supuesto —ambos entraron a la casa de la playa mientras carcajeaban
—Mañana temprano iremos a la playa a surfear —dijo el rubio asegurando que eso es lo que harían —Acerca de mañana —Brady la interrumpió ya que un sonido, una canción más específicamente llamó su atención —Shh ¿escuchas eso? —preguntó mientras se acercaba a donde estaba el abuelo de Mackenzie, una habitación con una TV antigua
—Eso es —el chico conocía la película que se estaba reproduciendo en la vieja televisión, cómo no hacerlo si era su favorita de todos los tiempos
—¿Qué tal Brady? —comentó el abuelo de Mack saludando al novio de su nieta
—No puedo creer que estés viendo esta película precisamente sin mi —comentó ofendido bromeando —hasta que llegaste —ambos rieron.
En la pantalla bailaban y cantaban, un grupo de adolescentes que solo hacían eso, en repetición una y otra vez.
—Quiero creer que no es eso —habló Mack desde atrás con la esperanza de que no fuera la película que tenía en mente, pero era muy probable que estuviera en lo incorrecto
