Instalaciones de WCKD
—Sala de cómputo —
21:30 p.m
"Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones." -El Principito.
Había abandonado hacía varias horas la oficina del Subdirector después que este me hubiera indicado mi próximo trabajo y tras un momento que, según yo, le habría resultado incómodo de pasar (lo cual me avergonzaba en sobremanera) me prestó algo que aún no creía estar sosteniendo en este mismo instante en mis manos. Un libro. La cosa más vieja (Considerando la avanzada tecnología con la que usualmente trabajo) pero a la vez vívida (Por los mil mundos que alberga en cada una de sus páginas). Un libro que en un primer momento en que leí el título me sonó infantil. Pero le había pedido me recomendara uno que según su criterio yo debiera de leer. Y esa fue su elección. Y no dudé ni lo hago aún de que sin dudas el nos conocía a todos mucho más de lo que debiera.
Tras las revisiones diarias de cada trabajo hecho por los demás y el mío propio. Llegada la hora en la que los sujetos y miembros del personal se dedican a cenar en el comedor, me decidí a quedarme en la paz de mi recinto. La sala de computación estaba inundada de un silencio que a mis oídos les resultaba hermoso. Dejé de lado las computadoras, mi tablet, aún cuando algún mensaje podría llegar en cualquier momento. Me recosté en aquel sofá que adornaba el lugar de manera inservible hasta ese instante en que lo utilicé con comodidad. Uno de esos almohadones de color crema, que no había notado aún cuando pasaba allí la mayoría del día, fue perfecto como almohada. Abrí el libro entonces, leí la primer hoja mientras la luz titilaba, supuse entonces que alguien el el piso de arriba estaba moviendo algo, o quizás saltando, o que simplemente se debía a una falla eléctrica, no lo sabía, y no importaba. Me dio un tanto de nostalgia leyendo la dedicatoria. Pensé entonces que comenzando así, mi nivel de seriedad y frivolidad se vería afectado. Pero no pensaba dejar de leer. Había comenzado ya a leer, y ya en la página tres leí una frase que me remitía a este momento exacto en que estaba absorta en la lectura. "Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer". Y es cierto, lo vivimos cada día en este mundo en constante amenaza de desaparecer. El futuro es un misterio, pero aún sabiendo que quizás no lleguemos a verlo realmente, vivimos con la fe de saber que habrá forma de hacerlo mejor para las futuras generaciones. Al menos eso pensé con aquellas pocas palabras leídas.
En ese momento aquel tan simpático personaje me había robado varias sonrisas en lo que iba de la lectura. Aquel niño de inocencia tan especial y una mente tan abierta me hacía pensar en las cosas que Wicked había tenido que hacer con niños así. Pero ahora que la cura parecía estar cada vez más cerca, eso al menos de mi parte había quedado en el pasado. Me vi a mí entonces a una edad similar. Cuando todavía podía escuchar la voz de mis padres antes de que ambos sucumbieran ante las atrocidades que la Llamarada manifestó en ellos en su momento más crítico. Mi madre se fue primero. Cuando Wicked fue creado, mi padre era el político que encabezaba las listas de postulación para comandar lo que en ese momento aún podía reconocerse como Inglaterra. Ahora, con el mundo en su estado apocalíptico, es difícil decir dónde han quedado aquellos países y potenciales mundiales. Mi padre... Su recuerdo hizo aparecer en el interior de mi pecho una extraña sensación de dolor y tristeza que no podía denominar bajo ninguna palabra que conociese. Era difícil de nombrar algo tan raro como eso. Al menos para mí.
ESTÁS LEYENDO
Registro - Ada Loveking.
أدب الهواةAbigail Westemberg es su verdadero nombre. Ada Loveking es el seudónimo que le fue asignado. Al igual que la mayoría de los miembros estaba basado en una figura de la historia universal. El suyo pertenecía a Ada Lovelace. La madre de las programador...