EL GUARDAESPALDAS 💙 (Terminada)

Capítulo 2

Cuando me di cuenta de quien me tocó supe que no me causaría daño, pero mi cuerpo no, era inevitable para mi no sentirme mal por eso, mi corazón acelerado, mi cuerpo temblando, mis lágrimas desbordando, los sollozos, mi cabeza daba vueltas y yo me hice una bolita, estaba desnudo delante del nuevo, desapareció de mi vista y mi estómago se hizo un nudo, sentí arcadas y moví rápidamente mi cabeza fuera de la cama para vomitar, no bote mucho, mi estómago realmente no tenía nada. 

El dolor que quedó en mi garganta me hizo llorar más fuerte, sentí pasos acercarse corriendo y una toalla empezar a secarme, me alejé del toque del moreno y me hice una bolita, encontré mi voz y le susurró, -No me toques, no me toques, -lo repetía sin parar, cerrando fuertemente los ojos.

Sentí algo cálido encima de mi cuerpo, una cobija  y unos pasos alejándose, me quedé muy quieto escuchando esos pasos por todos lados. No tenía fuerzas para moverse y mirar lo que hace, deseaba descansar, sus parpados de cerraban solos, soltó un suspiro y se dejó llevar.

Estaba en un lugar muy blanco, tenía las manos atadas por encima de su cabeza de pie y desnudo en mitad de la habitación, escucho como se abría la puerta delante de él, una figura apareció y se dio cuenta que era su carcelero y torturado Trump, tenía un nudo en ka garganta y una mordaza en la boca, sus ojos brotaban agua salada y sus sollozos empezaron de nuevo, su corazón acelerado y su cuerpo estaba temblando, se le veían las costillas por la malnutrición que tenía, además de moretones por todos lados, sus piernas ya no podían sostenerlo y se dejó caer, dándole mayor peso a sus brazos, el dolor le atravesó, y eso que todavía no le había tocado Trump.

Sintió sus manos por todo su cuerpo, lo vio tomar una vara larga rodeada de cuero negro y acercarse a mi espalda, los sollozos se hicieron más fuertes, traté de gritar de hacer que se detuviera y me dejara pero se acercó a mi espalda levantó el brazo en el aire y escuché el como cortaba el aire antes de que tocará mi espalda y me abriera la piel, grité tan fuerte, y seguía gritando cada vez que me pagaba.

Se detuvo un momento antes de tomar mis caderas y empujar me para ponerme en una posición donde podría violarme de nuevo, sentí como bajaba sus pantalones y se colocaba un condón, era lo único que agradecía que no me tocara sin usar uno.

Senti que alguien me movía y gritaba mi nombre, antes de abrir los ojos y mirar a mi alrededor estaba en mi habitación, la pesadilla había acabado, yo era libre, yo estaba en casa, ya no podía tocarme y hacerme daño.

Mi corazón estaba que se escapaba en mi pecho, estaba llorando y los sollozos eran fuertes, seguro grité mientras dormía, así son mis sueños, me hice una bolita esperando que me dejarán solo. Pero no fue así, alguien se sentó a mi lado y se quedó allí, yo trataba de calmarme, de respirar con normalidad y dejar de llorar, estaba muy enojado, por como me estaba comportando delante de esta persona, que no me dejaba solo.

-Vete,

-No puedo irme, -extendió una mano y tomo la mía, se quedó en silencio. Yo sentía que su mano quemaba la mía, yo estaba frío y pálida muy diferente a la suya que contrastaba conmigo, era cálida y morena.

-No debes tocarme, -pero no quite mi mano de la suya, entrelaza sus dedos con los míos, y eso no me hizo sentir asqueado, sentía su mano tan cálida en la mía me hacía sentir nervioso, me quedé muy quieto viendo su mano, sentí que pasaron horas hasta que sonó la puerta, no quería que me soltará la mano, pero lo hizo para acercarse a la puerta y tomar la bandeja que la servidumbre entregó, seguro era mi cena y mis medicamentos.

No tenía hambre, no quería nda de lo que estaba allí, había logrado tranquilizarme. Quería estar de nuevo solo, me cambiaría y tomaría un libro para distraer mi mente. Mire hacía la ventana y me di cuenta que había dejado de llover, el día seguido oscuro, y frío a fuera. Creo que me sentaré en la ventana, cuando me iba a levantar una bandeja fue puesta a mi lado en la cama, no levanté la mirada.