Capítulo 5

1.2K 194 16
                                    

Regrese a la habitación de paredes blancas, estaba amarrado a una cama por los brazos y piernas, mi mirada estaba en techo, imaginando lo que sería de mí de no estar aquí siendo torturado una y otra vez, ya no sé cuánto llevo aquí, un día, una semana o dos, escuché la puerta abrirse y los pasos de Trump acercarse a la cama, llevaba en las manos una soga, mi corazón se aceleró y mis ojos se llenaron de lágrimas, mi cuerpo empezó a temblar cuando se subió y puso una pierna a cada lado de mi cintura su trasero en mi estómago.

Empece a sollozar por imaginarme lo que iba a pasar después, entollo la soga a mi cuello y soltó una risa, cerré fuerte los ojos cuando empezó apretar la más y más, le suplique y grite que parara, la soga estaba quemando mi piel y cortando mi respiración, sentí que ya no podía tomar aire, y cuando estaba por perder el conocimiento, dejo de apretar. Tome rápidamente aire, una y otra vez cuando tomo mis caderas y las levantó para poner una almohada, saco su miembro y tomo un condón se lo puse y me penetro con fuerza, se quedó quieto y todo la soga de nuevo para apretar.

Mientras hacia eso me penetraba una y otra y otra vez, el dolor atravesaba mi cuerpo como si me fuera a partir, seguro estaría lleno de sangre por lo brusco que lo estaba haciendo, pero no podía concentrarme, me estaba dejando sin aire, grite tan fuerte, una y otra vez para que me soltara, mis muñecas estaban cortadas por estar tirando de ellas, nunca ponía algo suave para amarrar mi extremidades, quiero morir.

Sentí que me sacudían con fuerza y abrí los ojos de repente.

Por primera vez vi su rostro, levanté mis manos para tocar sus mejillas, Ae era bastante atractivo, y joven.

Era un poco mayor que yo, pero mi corazón que ya estaba acelerado por la pesadilla lo hizo con más fuerza, yo podía respirar, ya no estaba en manos de ese monstruo, sino de este Ángel, -Gracias, -susurre, no dudo un segundo en abrazarme, y consolarme, me sentía tan mal, tan cobarde, mis manos estaban temblando y sentía tanto frío, que me aferre a la fuente de calor que era este hombre.

Mis sollozos hacían eco en la silenciosa habitación, no me importó que Ae pensara que era muy llorón, igual ya me había visto antes. Tenia que desahogarme, sentía que me a ahogar sino dejaba ir el sentimiento de asfixia que me dejo ese recuerdo.

Sentía que debía decirlo, contar lo que me pasó para olvidarlo, empecé hablar sin que este hombre me pidiera hacerlo, un montón de palabras brotaron de mi garganta sin detenerse, le dije que había sentido tanto miedo cuando me estaba apretando con la soga, pero que ya me había rendido en ese momento de mi vida, ya ni quería vivir. No quería sufrir más, y este hombre escuchó todo atentamente mientras me sostenía en su regazo, no lo miraba a los ojos, mi cabeza estaba enterrada en su cuello con su olor a sándalo, me hizo sentir como si mi mundo estuviera bien, me tranquilizó de una manera sorprendente, realmente nunca antes había dicho lo que me había pasado.

Estuve primero en coma inducido para poder recuperarme, luego no permitía que nadie me tocara, porque sentía que me dolía cada toque, estuve con muchi medicamentos durante tanto tiempo que sin ellos me volvía loco, hasta hace poco aprendí a que debo tomarlos pero en pequeñas cantidades, prácticamente era un adicto a los antidepresivos.

Me volví a dormir en los brazos de este hombre en contra de mi voluntad, no quería cerrar los ojos para vivir de nuevo un recuerdo. Pero, el cansancio puso conmigo, esta vez no soñé con nada, solo descanse, mi mente descansó, me sentí tan bien y tan cálido cuando desperté. Estaba siendo abrazado por Ae, mi cabeza descansaba en su pecho, y su brazo estaba rodeando me, mi pierna entre las suyas, estaba en casa.

La sensación de haber encontrado a alguien, que me hiciera sentir tan bien, hizo que mis ojos se llenaran de lágrimas, levante mi cabeza para observar su rostro. Su piel morena le hacía verse tan varonil, sus cejas oscuras y delineadas, sus pestañas largas, y su nariz respingona, encima de unos labios delgados, el recuerdo de sus ojos oscuros, de la noche anterior hicieron que un escalofrío recorriera mi cuerpo, me gusta mucho este hombre, su cabello era negro, y estab un poco largo, lo llevaba a ambos lados de su rostro lo que lo hacía ver aún más hermoso.

EL GUARDAESPALDAS 💙 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora