Capítulo 7

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Dure mucho tiempo en el limbo, no comía, no dormía, no hablaba, no me movía, era un muñeco roto,  mis heridas habían sanado al cabo de varios días.

Mi mente se mantenía en blanco, no era consciente, de lo que pasaba a mi alrededor, Ae estaba preocupado por mi estado, tanto que trajo a un psiquiatra a verme, pero yo no reaccioné ni un poco ante esta persona.

Mi estado duro hasta una semana o un mes, realmente no se cuanto tiempo estuve así, pero Ae le tocó cuidar de mi, me alimentaba, aunque después vomitaba todo lo que comía, me obligaba a tomar medicamentos que me hacían sentir aún más ensimismado, también me bañaba, o bueno me limpiaba y cambiaba mi ropa, me llevaba a la ventana y me sentaba mientras leía uno de mis libros para que lo escuchara, sin embargo si el supiera que yo no retenía nada de lo estaba diciendome.

Un día llegaron papá y mamá, y le propusieron a Ae que yo volviera al centro de rehabilitación psiquiátrica, no sentí nada de miedo, ni siquiera cuando la terapia que realizaban ahí eran con eletrochoques aunque eso ellos no lo saben o no quieren saberlo, estuve ahí después de despertar del coma y no soportar el dolor de mi cuerpo además de los episodios de pánico que tenía, las pesadillas, y la depresión severa que mi cuerpo cargaba.

No reaccionaba a nada, mis ojos estaba idos todo el tiempo, los fijaba en un punto y miraba sin realmente hacerlo.

Que me pasa, no lo sé, y Ae tampoco descubre como sacarme del estado en el que estoy. Se estaba desesperando, me abrazaba por las noches y me suplicaba que dijera algo, que me moviera, pero yo no podía hacerlo, no sabía como sacarme a mi mismo de este estado tan deprimente.

Una mañana, me vistió con ropa muy formal, una camisa color Blanca, con unos pantalones negros y zapatos del mismo color, me peino y hasta perfume me puso.

Si supiera que yo odiaba usarlo, no me gustan los olores artificiales, sino más artesanales y naturales. Me llevo en brazos hasta la puerta trasera de la casa, y me sento en una banca que había  bajo el sol.

Se sentó a mi lado, y puso lo que sería un reproductor portátil a su lado, del cual brotó el sonido de un violin acompañado de un piano, vagamente me llega el sonido, y mi mirada está fija en un punto delante de mi que realmente no estoy viendo.

No sé cómo este chico puede soportar mi estado, como cuidar a alguien que no lo nota, que ni siquiera se nota así mismo.

El calor de la mañana hacia que mi piel se calentará un poco, había estado muy fría y pálida, sentí que algo en mi volvió, como si despertará de un largo sueño cuando sentí que tomaba mi mano y la apretaba, regresé el apretón y dirigí mi vista a la persona a mi lado.

-¿Porque estoy aqui?, -susurre

-¿Pete?, -se quedó mirando mi rostro detenidamente.

-¿Que me paso?

-Todo está bien Pete, yo no te dejaré solo, -Ae me abrazo muy fuerte, sentí que su cuerpo estaba muy tenso, yo me sentía muy liviano, tenía vagos recuerdos de lo que había pasado los días anteriores, pero todo se escapa de mi mente, -Estos días han sido un desastre, estoy tan preocupado por ti.

-¿Días?

-Si, paso una semana completa con tu estado, bajaste más de peso por no comer, pero no pienses en eso, haré que vuelvas a subir de peso. Necesito que estés bien.

-¿Que hacemos aquí afuera?

-Quería que salieras un rato, tu piel está más pálida de lo normal, y un poco de sol y aire fresco te hará bien, sin embargo creo que ya es hora de volver, esta calentando mucho y te puedes enfermar.

EL GUARDAESPALDAS 💙 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora