Urza, la fiesta del té

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Llevo dos días entrenando muy duro.

Aetus y Lisbeth están más controladores que nunca, creo que temen por mi, al igual que yo lo hago por ellos. Lisbeth me enseña a lanzar las cuchillas, practicamos todas las tardes en el bosque, mi tarea es apuntar a todas las manchas blancas que ella dibujó en los árboles. Con Aetus el entrenamiento es cuerpo a cuerpo, como general, su fuerte es la espada, pero dice que al enemigo hay que golpearlo en la cara. Por otro esta Joshua, él me enseña a meditar, a canalizar la energía.Recién terminamos con una de sus lecciones y aún me siento algo atontada.

Sé que estos nombres no le son familiares pero ya lo serán. Me cuesta esto de narrar los hechos son meter pedazos de mi presente.

Ayer no pude escribir nada, Aetus me preguntó "¿Por qué estás tan angustiada?" no pude contestarle, no quería decirle que me duele saber que voy a perderlo, le dije que solo estaba algo nerviosa. Algo...que gran mentira. Es como cuando Urza dijo "te encontrarás con algunas complicaciones" algunas...claro.

Mr.Hummbl me encerró en la habitación que, según él, me pertenecía. De día era un cuarto victoriano, con muebles hermosos, de noche, un nido de fantasmagorías.

Soñé, y me acuerdo perfectamente, que muchos hombres y mujeres bailaban alrededor de mi cama. Era como dormir en medio de un salón de baile, donde la orquesta tocaba el vals más desafinado que se podía. Yo me veía a mi misma desde el techo, como si hubiese hecho un viaje astral. Me tocaban, derramaban néctar sobre mi; la fiesta era en mi honor.

Por la mañana, mientras comía pan y frutas, escuché el rechinido de unos caballos, fue un aviso de lo que se estaba por avecinar. Urza llegó junto a Mr.Hummbl, quien llevaba el mismo traje que el día anterior, e intercambiaron miradas antes de sentarse a la mesa.

Noté que ella era la bruja antes de que me lo dijeran; tenía la energía más equilibrada que sentí en mi vida. Su aspecto era excéntrico, como el de una gitana; llevaba un vestido resto, color roja, largo hasta el piso. Su frente estaba cubierta por un pañuelo azul, y sus orejas, nariz y dedos estaban cubiertos de anillos dorados.

No me saludó, no me miró; se sentó enfrente mío y sacó de su manga un maso de cartas como las que usaba mi Nona. El aire empezó a tensarse y llenarse humo, olía a incienso, pero no había ningún sahumerio cerca. De golpe, una vela apareció en el centro de la mesa y se encendió.

Urza tiró las cartas, y no esperó más nada para comenzar:

-Veo que al comienzo de un largo viaje te encontrarás con algunas dificultades, mentiras y estafas, pero no te preocupes, el cuatro de espada está a la derecha, le sigue un uno de su mismo palo; todo se solucionará, derrotarás esas adversidades sin problema. Te ayudará un hombre de tu raza, pelo negro, tez como la tuya. Ayuda, esperanza, paz, eso me dice el siete de espadas ¿estabas buscando la paz? este hombre está lleno de habilidades, sabrá luchar y darte la seguridad que necesitas, pequeña cinco de bastos. Tienes todo lo necesario para vencer, pero tienes muchos problemas para tomar decisiones, siempre sigues la corriente porque eso te enseñaron, a callar, a bajar la cabeza. Pero cuando menos lo esperes aparecerá el gran señor copa, todo lo que buscabas en la vida era cariño, pues lo conseguirás, pero no lo esperes sentada, debes salir a luchar con y por él. Te ayudará una mujer, está muy cerca del doce de copa, tiene más o menos la misma edad que tu amor. Los divine un cuatro; para vencer necesitarás del instinto y creatividad de ambos. Tú, pequeña Minegvía, tienes las inseguridades, ellos tienen la seguridad. Los tres se complementaran y sacarán lo mejor de cada uno. Pero no todo es superación y estabilidad. Hay un hombre, eso me dice el doce de espada, un hombre viejo, con poder, que se interpondrá en tu camino, intentará vencerte para que no cumplas con tu destino. Pero lucharás contra él, tarde o temprano, lo vencerás. En la cartas, Minegvía, te salio el uno de oro, la última de la tirada. El triunfo está en tu destino. Pero a su izquierda, en decir, anterior al triunfo, estará lleno de problemas que sobresalen notoriamente. Si, el cinco de oro. Recuerda, cinco, ese es tu numero para lograr vencer, el cinco. Tu eres tan solo un cuatro, y para el cinco te falta el uno de oro, solo cuando lo consigas estarás completa.

Anderclam (infamias de otro mundo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora