Triste Realidad "One Shot"

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Por la mañana despertó bastante desorientado, volteo a su izquierda encontrándose con Jaken y Ah-Un, profundamente dormidos.

Llevó su mano derecha a su cabeza, siente un ligero dolor, el cual se hizo más fuerte al ver su mano izquierda y a bakusaiga.

No recuerda que se haya sentido tan cansado como para perder su tiempo en dormir. Se puso de pie arrojandole una piedra a su sirviente y continuar con su viaje.

Los días siguieron pasando y el dolor de cabeza no desapareció, sólo fue disminuyendo, algo a lo cual terminó por acostumbrarse.

Aquellos recuerdos que eran borrosos desde que despertó, se fueron aclarando con el tiempo. No lograba entender a qué se debía.

Por alguna extraña razón sentía que algo le faltaba, no sabe qué puede ser, Jaken y Ah-Un están como siempre a su lado, y su deseo por tener a colmillo de acero fue disminuyendo con los años, las veces que se encontró con Inuyasha pelearon, pero ya no tenía sentido si no le interesa más esa espada. Esta satisfecho con bakusaiga, y siente que hay algo mucho más importante que la espada de su padre, lo que le parece extraño, desde antes que naciera Inuyasha, él quería tener esa espada y ahora simplemente ya no.

Por confuso que pueda parecer, recuerda que años atrás buscaba la otra espada de su padre, la cual se encontraba en su tumba y el acceso para poder entrar fue la perla negra en el ojo derecho de Inuyasha.

Pelearon por ella, pero al final su medio hermano la obtuvo, no recuerda muy bien como, es un recuerdo cortado. Colmillo de acero lo rechazó a diferencia de Inuyasha, pero ni así él pudo sacarla, luego de pelear, su medio hermano ya la tenía en sus manos y minutos después perdió su brazo izquierdo.

En las siguientes batallas que tuvieron, recuperó su brazo y con ello su nueva espada. Aunque en todas esas ocasiones siente que estaban otros presentes, además de Jaken y Ah-Un.

La perla de shikon desapareció desde que la sacerdotisa selló a Inuyasha, pero pocos años después de que tal sello se rompió y despertó su medio hermano, aparecieron las perlas arcoíris. Aquellas que como siempre, los más débiles las buscaban para hacerse más fuertes, lo cual siempre le a parecido una completa estupidez.

Todo ese asunto por el que pasaba, le fue restando importancia. Caminaba sin rumbo fijo, no había algún ser que fuera capaz de derrotarlo, a pesar de ello, estaban los idiotas que se acercaban a fastidiarlo, otros youkai, simples demonios o monjes. Todo aquel que lo molestara, lo mataba sin dudar.

Justo cuando creía que había dejado en el olvido esos vagos recuerdos, todo cambió.

Aquel monje que tuvo la osadía de intentar matarlo, ahora suplicaba por su vida arrepentido, lo único que podía ver en sus ojos era temor. Después de todo lo que hizo al peli-plata, le parecía increíble que él siguiera como si nada. Sesshomaru estaba por matarlo, cuando una voz lo detuvo en seco.

-¿?: ¡No lo mates, youkai!

Sabe que se encuentran cerca más humanos y no le importaba, pero escuchar esa voz le pareció familiar y nuevamente, aquel dolor de cabeza comenzó a aumentar.

Soltó al monje, y se dio la vuelta para ver a la recién llegada. Podía escuchar el latir intranquilo de la humana, similar al del monje que ahora se encuentra en el suelo; quitándole credibilidad a la seguridad que intenta mostrar frente a él, sin embargo, al cruzarse sus miradas, la castaña soltó de inmediato su espada, y en ese momento, el peli-plata escucho que el latir de su corazón dio un pequeño cambio.

Incluso Jaken no se atrevió a decir algo, mirando a la humana, y Ah-Un, permaneció en su lugar.

Ella vio a los 3 con detenimiento, pero sin lugar a dudas, en quien permaneció más su mirada fue en la del peli-plata.

One shots *SesshRin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora