La criatura espiritual

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Habacuc me despertó casi al amanecer.

- ¿Por qué me despiertas a esta hora? - Susurré.

- Debo terminar de hablar contigo antes de llevarnos a Marcos.

- ¿Es necesario hacer eso?

- Sí Rita, mejor que lo sepas de mí y ahora.

- Está bien, pero ¿aquí?

- Vayamos abajo.

Salimos cuidadosamente para no despertar a Marcos y bajamos las escaleras. Él me llevó debajo de las escaleras, abrió una pequeña puerta, encendió una vela y me pidió que entrara con él. Después de entrar cerró la puerta.

- El modo en el que descubrí todo esto no fue honesto ni sensato, lo reconozco. Cuando me enteré de que huiste me sentí aliviado de haberte salvado, pero debía seguir investigando. Tu hermana Elena siempre estaba cerca del burdel o en el pueblo y para obtener información me acerqué a ella. Me di cuenta que te envidiaba y que yo le gustaba mucho, me aproveché de ella para sacarle informaciones, la enamoré  le hice pensar que sería mi esposa y provoqué que se entregara a mí varias veces para que fuese más fácil que me hablara del plan de su padre. La seduje de manera que parecía que la amaba, pero yo jamás he amado a una mujer. Quién me descubrió fue Marcos, en ese momento él no sabía la verdad de su origen, intentó vengarse para salvar el honor de su hermana sin que ella lo supiese, se enteró luego por él e intentó matarse varias veces y la verdad nunca me importó porque sabía lo perversos que habían sido ella y su padre. Todo el pueblo sabía ya que yo era un soldado encubierto y tuve que abandonar el pueblo, después de eso vendieron a Marcos y apresaron a tu padrastro, no sé nada de Elena.

- ¿Cómo sé que conmigo no harás lo mismo? ¿Eso es todo lo que tienes que decirme o hay algo más? ¿Lady Sofía sabe todo eso?

- Lady Sofía sabe todo, ella tampoco esperaba que tuvieras un hermano.

- Gracias a Dios que no te amo, y que este matrimonio es solo una máscara para el rey.

- Te he salvado la vida.

- ¿ A qué precio?

- Tú debes ser la reina.

- ¿Sabes? Creo que todo empieza a tener sentido, si yo debo ser la reina y tú eres mi esposo eso te hace rey ¿No? Tú convensiste al rey para que escribiera esa carta y me casara contigo, no me mataste y nos mientes a los dos, así si muero sigues siendo un soldado y si muere el rey tú eres rey.

- No Rita no es así, el rey escribió esa carta por su cuenta y esto va más allá que todo eso.

- No me digas, entonces termina de contarme.

Me mira a los ojos. - No puedo, está parte es mejor que no la sepas aún.

- Pues bien, se lo preguntaré a Marcos, ya debe haber salido el sol. - Abrí la puerta.

- Marcos no sabe la parte que falta. - Dijo tomándome de la mano. - Tampoc debe saberlo.

- Me tienes cansada con el suspenso ¿Quieres parar? - Salí y subí a mi habitación.

Marcos estaba dormido pero pronto me di cuenta que convulsionaba otra vez. Habacuc entró y lo despertó.

- Marcos anda, levántate. Ayúdame a bajarte pesas como una mula gorda y embarazada.

- Tengo fiebre, seguiré siendo una mula gorda y embarazada.

- Marcos te pondrás mejor si vamos a la cabaña, lo prometo. - Le dije para que hiciera un esfuerzo y se levantara.

Mi esposo es un malditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora