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A penas eran las diez de la mañana, iba saliendo de la clase cuando un grupo de chicas de secundaria lo perseguían. ¿Por qué tanto afán por los universitarios? Bueno... sabía que no era solo eso, no podía negar que era bastante atractivo. Sin embargo, empezaba a ser una molestia; antes  esas chicas solo lo iban a buscar después de acabar con su jornada escolar, pero ahora eran capaces de escaparse a cualquier hora del día para ir a acosarlo. Casi prefería ser golpeado, solo llevaría unos minutos y unas cuantas heridas que tardarían una semana en irse; pero lo harían en silencio.

Se ocultó tras una columna y esperó a que las chicas pasaran de largo. No era su plan terminar en otra facultad, para colmo su próxima clase ya habría empezado. Permaneció ahí hasta que escuchó cómo las chicas volvían a pasar en sentido contrario gritando que de seguro se había escondido en el baño. Cielos, lo que eran capaces de hacer. Si al menos le ofrecieran comida no huiría, es más, les daría alguno que otro cumplido, seguramente era con lo que más fantaseaban.

Escuchó a personas acercarse, pero nada de qué preocuparse. Eran tres chicos hablando animadamente entre ellos.

–¿Recuerdas cuando se puso el pantalón al revés? – Escuchó hablar a uno.

–O cuando vino con el pijama puesto debajo del uniforme. – Se partieron de risa. La verdad él también quiso hacerlo, no imaginaba a alguien tan torpe.

–Chicos, tal vez ustedes olvidan que... ¡Estoy aquí! ¿Podrían dejar de burlarse de mí tan solo por cinco minutos? – Asomó la cabeza para averiguar quiénes eran aquellos sujetos, sobretodo aquel que acababa de hablar, parecía ser el tema principal de la conversación. Sonrió nada más verlo, era pequeño y adorable.

–Sería peor si habláramos a tus espaldas, piénsalo bien, además... – rió – joder es que es muy bueno. Le dijiste "papá" al señor Sunan. Demonios, eso incluso es raro que lo diga un estudiante de secundaria. No hay ser más torpe que tú, esa es la conclusión.

–Nada hubiera pasado si me hubieran cubierto bien. – Se defendió.

–¿Qué tanto soñabas? – Preguntó el otro.

–Creo que estaba recreando la discusión que tuve con mis padres. – Cerró los ojos, su cara denotaba cansancio.

Se sintió hipnotizado, incapaz de ver a otro lado que no fuera donde estaba el chico bajo. ¿Qué era esa sensación que empezaba a anidarse en su pecho? Si así de lindo se veía "enojado", seguro moriría si lo veía sonreír. ¿Amor a primera vista? ¿Esa chorrada de verdad existía? Bueno, era pronto para llamarlo amor. Pero sabía que era atrayente como pocas personas en su vida lo habían sido. Iba más allá que un interés por ser amigos, eso lo tuvo claro.

Se ocultó de nuevo tras la columna y desde allí observó cómo se alejaban aquellos chicos. Sí, definitivamente era lindo. Bueno, no había nada que pudiera hacer... mas que averiguar su número de teléfono y su nombre.

Regresó a su facultad y entró a la mitad de la clase, no sin antes recibir una queja de la profesora respectiva. Fue hacia los asientos del fondo donde sus amigos ya le guardaban un puesto.

–¿Dónde estabas? Pensamos que ya no volverías. – Susurró uno de ellos preocupado.

–No te preocupes Tutor, Saifah tiende a entretenerse con las chicas, pero no olvidaría nunca su responsabilidad como estudiante ¿verdad? – dijo irónico – Por cierto, ¿conseguiste algún número para mí, galán? – Rió Day.

–No me van las crías – Contestó claro, mientras se sentaba a su lado.

–Vamos, solo deben ser dos o tres años menores.

Lovely Reality [Mii2/SaifahZon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora