Epílogo(Pt. II)

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 Eran casi las diez de la mañana cuando Mei se había marchado a la escuela, estaba esperando el mejor momento para poder seguirla; también había llamado a Harumin y a Matsuri para que me acompañaran en esta aventurilla que estábamos a punto de comenzar.

Mamá, me había dado unas cuantas maneras para pasar desapercibida de todo esto, me dió un cálido abrazo y me preparé para ir a donde fuera que esté Mei. Cuando bajé del edificio me di cuenta que ya estaban aquí Matsuri y Harumin, estaban ansiosas por ser parte de esta aventura y vivirla conmigo hasta donde nos dé.

-¿Están listas?- Las miré un poco desafiante.

-¡Claro que sí Yuzucchi!- Harumin abrazaba a Matsuri.

-No tengo idea del por qué estoy aquí- Matsuri miraba su móvil.

-Porque eres mi mejor amiga Matsuri- Le tomaba el hombro.

Bajamos a la estación que estaba cerca de mi edificio, estábamos planeando los lugares a dónde podría ir Mei, propusimos «La escuela, El café del Gerente y La casa del Abuelo» por la cual una de nosotras debía ir a cierto lugar para ver sí estaba Mei, yo asumí que debía ir a la escuela que ahí es donde recurría ir siempre. Harumin iría al café del Gerente y Matsuri le quedaba ir a la casa del abuelo. Con todo los lugares cubiertos por nosotras podíamos hacer lo que sea, siempre y cuando se informará; en fin, estábamos a punto de llegar a nuestro punto de partida para nosotras algo me andaba preocupando, era mi corazonada que tenía de todo esto, pienso indefinidamente que estoy en lo cierto.

El tren se detuvo en nuestro punto de encuentro haciéndonos saber que la búsqueda comenzaría ahora.

-Recuerden, sí la ven hagan lo posible por hacerme saber- Les supliqué un poco a las chicas.

-No te preocupes Yuzucchi, lo haremos- Harumin me abrazo pasando su brazo por mi cuello como siempre.

-Yo no prometo nada, es más podría actuar por mi cuenta- Matsuri andaba con su tono de atrevida.

-No, no lo hagas- Le rogaba. -Por favor...-

-Está bien Onee-chan- Matsuri asintió con la cabeza. -Lo haré por ti-

Perdí de vista aquella estación en la que estábamos hace un momento y dirigí lo más rápido hacia a la escuela, pero sentía cada vez más largo el camino que de costumbre, me pesaba el alma y aun tenía esos pensamientos en los que Mei no querría volver a verme por la situación de su familia, papá y el abuelo son un enigma para mí; traté de ayudarlos a mi manera pero no se dió así. Recuerdo que cuando tuve un problema con el abuelo, iba a hablar con él en su oficina, pero tuvo un infarto ese día, casi me mataba del susto que mi hizo pasar ese día, lo bueno es que fue atendido de inmediato. Luego Mei me había dicho que el abuelo dejaría que decidiera su propio camino(Cosa que no fue verdad; hasta que, ella me dejó aquella carta). Y la otra fue cuando su padre me la había encargado, cuando andaba muy errática.

Finalmente había llegado a la escuela, me despejé de toda la confusión que tenía en mi corazón pensando en lo peor que pasaría, pero aun así no lo seguía pensando en la entrada estaba Shirapon-senpai es como si ella estuviera esperando a algo o alguien al lado de la escuela lo cual me había tomado por sorpresa.

-Yuzucchi- Shirapon-senpai estaba sorprendida.

-Hola Shirapon-senpai- Le sonreí entre mi cansancio. -¿Qué haces aquí?-

-Eso mismo te iba a preguntar a ti Yuzucchi- Shirapon-senpai estaba más sombría que de costumbre.

-Venía aquí para ver una simple cosa- Traté de mentir.

-Vi que un hombre totalmente apuesto y bien vestido estaba entrando a la escuela junto con el Director- Shirapon-senpai me volvía la mirada. -¿Acaso tú estás conectada en todo esto?-

-Eh...- Suspiré tratando de evitar su mirada que pesaba mucho -Está bien, es mi padrastro. Y él vino a ver al abuelo que es el Director, pero temo que Mei se meta en el momento menos adecuado-

-Ah, Mei-san entonces puede estar involucrada en esto- Shirapon-senpai tomaba su paraguas mientras me daba la espalda. -Ella te necesita Yuzucchi, se avecina algo grande...-

-¿Qué tratas de decir?- Miraba a Shirapon-senpai un poco angustiada.

-No lo sé; tal vez sea una corazonada- Ella suspiró y me volvió la mirada de nuevo. -Ustedes son como un libro abierto, no se sabe qué pasará; hasta que una de ustedes dos actúe. Adiós, mi trabajo termina aquí. Debes ir adentro-

Ante todo esto que me había dicho Shirapon-senpai, era cierto. Ambas somos como un libro abierto, nosotras nos vemos a través de nuestras acciones, mi corazón se aceleraba a un ritmo que no imaginaba tener; aunque era más adrenalina que miedo o cualquier sentimiento de pérdida. En fin, Matsuri me mandó un e-mail avisando que no había nadie en la casa del abuelo. Después había llegado el e-mail de Harumin diciéndome que también no estaba en el café del gerente. Miraba cómo Shirapon-senpai me dio un abrazo cálido y se iba hacia el horizonte con su paraguas. Ahora todo dependía de mi, no tengo idea de qué vaya a pasar, pero estoy dispuesta a pasar por todo esto.

Continuará...             

"Bittersweet Memories"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora