VI.

380 26 3
                                    


Desperté a la mañana siguiente sabiendo que Mei se había marchado sin mí, me incorporé del sofá y observé que mamá estaba preparando el desayuno. Me avergoncé un poco por el estado que me encontraba, bajé un poco la mirada.

-Buenos días mamá- Dije entrecortada. –Mei se me marchó ¿Verdad?-

-¡Yuzu, buenos días!- Mi mamá bebía café. -¿No dormiste con Mei?-

-No, hemos tenido una serie de problemas...- Tomé mis piernas.

-Ya veo- Mamá le dio un sorbo a su café. -¿Quieres hablar de ello?-

-Por ahora no mamá- Miré la ventana. –No iré a la escuela hoy, me quedaré en casa-

-Está bien Yuzu- Mamá se acercó y me dio un cálido abrazo. –Tómate el tiempo que sea necesario-

-Gracias mamá- Las lágrimas casi se me caían. –Debes irte a trabajar-

-Lo sé pequeña- Mamá sonrió. –Te encargo entonces la casa Yuzu-

Mamá se marchó dejándome solo un poco de arroz y un poco de salmón servido en la mesa, pero no tenía hambre. Me senté abrazando a nuestro oso "Kumagoro" me habían llegado un e-mail de Harumin y de Matsuri, pero no tenía ganas de abrirlos. Tiré mi móvil al sofá realmente no quería saber nada de todo el mundo a pesar de que muchos me rodeaban.

Llamaron a casa por mi inasistencia, la que estaba hablando del otro lado de la línea era Cejotas, vagué por toda la sala esperando poder encontrar algo qué hacer; pero solo estuvo más fuerte mi indecisión por no estar en la escuela mirando a Mei.

Dieron las doce del día; así que, decidí salir a vagar por un rato a ver qué podía esperar de un mal día como estos, total a ella supongo que no le importa. Salí con lo primero que encontré en mi closet, un pantalón corto, y una sudadera de "Yuzubocchi" que tenía por allí, por un regalo de Sara, por cómo estaba no quise ni maquillarme. Me puse la sudadera y me tape la cabeza con la gorra.

Cuando salí del edificio era un día caluroso con unas cuantas nubes en el cielo tomé unos anteojos que tenía en mi pantalón y dispuse a vagar por toda la ciudad con el poco dinero que tenía, primero pasé por el camino por el cual estoy acostumbrada a ir a la escuela con Cejotas, Harumin y... no quisiera mencionarla por el momento, miré el anillo de compromiso totalmente triste.

Me alejé lo más que pude de ese lugar, estaba atravesando la escuela por un lado y veía que estaban las chicas del consejo estudiantil, me preguntaba qué es lo que hacían a esta hora en las afueras del instituto. Pude ver que era la Vicerpresidenta y alguien más, pero no estaba... ¡Ah! De nuevo, casi se me escapaba un pensamiento hacia a Mei. Maldición no puedo, por más que lo intento, su rostro sigue invadiendo mi mente. Levanté un poco la mirada y podía notar que era alguien conocido, podía ser cualquiera, traía una sombrilla, pero su presencia es fría y sombría como siempre.

-Hola Yuzucchi- Era Shirapon-Senpai. -¿Cuánto tiempo?-

-H-hola Shirapon-senpai- Bajé un poco la mirada. –Sí, ha pasado mucho tiempo, ¿Cómo supiste que estaría aquí?-

-No lo sé, solo era una corazonada- Shirapon-senpai miraba mi anillo. –Así que, lo lograste-

-Sí, pero no es cómo yo esperaba- Tomé mi brazo izquierdo. –Al menos lo pienso así, por eso hoy huí un poco-

-Sabes que así nunca resolverás nada ¿Verdad?- Shirapon-senpai me miraba más fríamente.

-Lo sé...- Bajé la mirada. –Solo quería huir, escapar un poco-

Shirapon-senpai se acercó un poco más hacia a mí, y me abrazo sabiendo que yo lo necesitaba, pero cuando menos lo esperaba era yo la que estaba llorando a cantaros en su hombro. Lloré por unos momentos más y ella me llevó a un café cercano a la escuela, hablé con ella lo que había pasado entre Mei y yo, que la situación se había puesto así por mi culpa.

-Realmente no sé qué hacer- Bebía mi capuccino. –Siempre tengo algo en mente, pero esta vez es diferente-

-Lo entiendo Yuzucchi- Ella miró la ventana pensativa. –Tú me habías enseñado eso-

-¿Cómo? No entiendo- La miré un poco confusa.

-Que a pesar de que eras testaruda, siempre encontrabas una manera de resolver el problema, pero tú siempre dabas en el clavo- Shirapon-senpai bebió un poco de su té. –Tuviste que soportar las cargas de tu hermana por alguna razón, pero eso no te hace testaruda sino una buena hermana y esposa-

Me quedé pensativa recordando lo que había resuelto por Mei y los problemas que causé por mi culpa, pero siempre los emendé para no quedar mal. Hubo precios altos que tuvieron que pagarse, pero siempre se resolvían ya que yo siempre insistí y tal vez me haya humillado. Al menos supe que todo lo que hice sí valió la pena, porque si no, nunca nos hubiéramos casado Mei y yo.

-Ya sabes qué hacer Yuzucchi- Shirapon-senpai me miro. –Por eso yo siempre te he admirado-

-Gracias- Sonreí entre lágrimas. –Gracias por recordarme quién soy-

Terminé mi café y me fui directo a casa, no vi que hora eran porque deje el móvil en el sofá; así que, tuve que correr desde de la escuela hasta casa, el camino era agotador, pero debía hacer las cosas para la cena y cualquier otro inconveniente. Llegué a casa y todo estaba tal y como la había dejado.

Tomé mi móvil y me di cuenta de que habían muchos e-mail de Matsuri y Harumin e incluso de Sara y Nina. Bueno, al menos se preocupan por mí. Respondí algunos y salí al súper mercado a comprar las cosas de la cena, antes de que me diera cuenta eran las 5 pm; así que debo apresurarme.

Continurara...

"Bittersweet Memories"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora