|DÍA SEIS|

800 92 48
                                    


"Llévala a comprar contigo algo para su boda, hazla creer que estás de acuerdo con que siga con su vida".

Ojo, si llegas a este paso, en esa salida a comprar necesitas hacer tú primera jugada.

Son 3 jugadas y la jugada maestra, cuida bien tus oportunidades.

*

Moví mi brazo del otro extremo de la cama en busca del delgado cuerpo de la castaña que me acompañaba pero al no sentirla me tuve que incorporar rápidamente sobre la cama.

¿Dónde demonios se metió?

—¿Mofletillos? —pregunté en voz alta mientras inspeccionaba cada rincón de la cabaña con sumo cuidado.

—¡Aquí! —chilló Hermione en respuesta desde el baño. Sonreí para mí mismo al darme cuenta que no me había gritado de mala gana por el mote por el que le había llamado. En cuestión de nada la puerta del baño fue abierta, asomándose por ella una no tan sonriente Hermione Granger—. Odio que me llames así.

—¿En verdad?

—Sí, lo he detestado desde que nos conocimos.

—Pues acostúmbrate, nunca dejaré de llamarte así, me gusta.

Hermione rodó los ojos para caminar hasta la cama y allí fue cuando me pude percatar de un grandísimo detalle. Hermione solamente vestía mí camisa blanca y su ropa interior.

Cuando llegó a su lado de la cama, levantó la cobija para meterse en ella junto conmigo, Hermione no lucía para nada cohibida de estar en ropa interior delante de mí, de hecho se veía tan despreocupada que cualquiera podría pensar que esto es bastante normal para nosotros cuando realmente han pasado cerca de dos años desde que tuvimos una vista como esta el uno del otro.

—Sigo sin creer que todas las cabañas con dos camas individuales estuvieran ocupadas... —tuve que esforzarme para no reír—. ¡Por Morgana! ¿Qué le voy a decir a Ronald?

Me acerqué más a ella con una gran sonrisa, rodeé sus hombros con mi brazo para atraerla a mi cuerpo—. Que pasaste la noche con tú ex-novio favorito.

Hermione me regaló la mirada más mortífera que pudo hacer, pero al final terminó suavizando su expresión hasta soltar una risotada.

—Eres el único ex que tengo.

—¿Y Krum?

—Eso no contaba.

Sonreí para mí mismo, todo me había salido tan jodidamente genial que no cabía de la felicidad, había dormido con Hermione, desgraciadamente en el buen sentido de la palabra, pero había sentido su calor tan cerca de mí que podría jurar que esta noche nunca la iba a olvidar, lo mejor fue cuando estaba dormida y de forma inconciente se acurrucó tan cerca de mí mientras me abrazaba por detrás que casi me provoca un infarto. Habíamos platicado durante horas esa noche, una plática bien, ella se veía tan cómoda conmigo que me fascinaba.

El sonido de su risa calentaba mí corazón y lo mejor era tenerla para mí y sólo para mí. Como sus ojos brillaban cuando nos acordábamos juntos de todo lo bonito que vivimos en esos años de relación, en los sueños que compartiamos y en las bromas que sólo nosotros entendíamos.

Con ella todo era jodidamente fácil.

Simplemente hay personas que parecen estar hechas de todo aquello que más nos gusta.

Y Hermione era esa persona.

Lo quería decir, tenía muchísimas ganas de decirle todo lo que pensaba, que lamentaba todo lo que pasó, que deseaba volverlo a intentar, que iba a cambiar, que cambiaría todo por ella...

Como Impedir Una Boda En 10 Días✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora