3 - El Encuentro

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Número de Palabras: 3203
Sinopsis: "La pasión es considerada la fuente de todo mal humano, muchos olvidan que también son el origen de todo placer" – Denis Diderot

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Se conocieron en un club –un antro relativamente popular que abría puntualmente a las ocho de la noche y cerraba en la madrugada cuando los últimos ebrios del lugar eran sacados a patadas–, en una noche de viernes exactamente igual a cualquier otra –un aburrido viernes de principios de agosto, bochornoso como él solo–. La pista estaba atiborrada con las decenas de personas que saltaban al compás de la música, la cual emergía de los altavoces colocados por todo el lugar; en su mayoría eran lugareños que se desprendían de su uniforme de trabajo para ir a bailar, beber y ligar, acompañados de los turistas que disfrutaban de las vacaciones de verano.

La música que se oía era principalmente instrumental con sonidos rápidos y repetitivos, lleno de bips cortos en diferentes volúmenes, y pulsos que parecían coordinarse con las luces cambiantes del techo haciendo que el ambiente se tiñera de colores –uno de ellos un purpura oscuro exactamente igual al tinte que utilizaba el DJ de turno–. Era una melodía rápida que sacudía cabezas en ritmos dispares y los instaba a empujarse, saltar y reír.

Era el único club en la mejor zona del centro que no pertenecía a la familia Chisaki, y por ende era el único lugar que el grupo "LDV" solía frecuentar cuando se aventuraban fuera de lo que ellos consideraban su territorio, en la región sur de la Ciudad. Sus visitas eran esporádicas –evitando emboscadas y problemas–, con el único objetivo de adquirir nuevos clientes para sus golosinas; así, mientras Tomura Shigaraki se acomodaba en la pasarela superior –la zona VIP exclusiva para él– como un rey benevolente que se dedicaba a observar al nutrido grupo de jóvenes bailarines, disfrutando de una botella cortesía de la casa, sus pequeños lacayos se dispersaban entre la multitud para charlar, beber y en ocasiones ofrecer muestras gratis.

El grupo siempre era el mismo: Shuichi "Spinner" Iguchi, que esa noche viste unos jeans desgastados y una camiseta estampada con la imagen de una iguana fumando, una iguana de un verde eléctrico –el mismo verde que el de su corte mohicano–. Himiko "Needle" Toga, que se contonea en un minivestido rojo con lazos y botas a la pantorilla, sacudiendo su melena dorada cada vez que se ríe. Kenji "Magne" Hikiishi, una mujer inmensa y callada en su traje de motociclista que incluye pantalones de piel, guantes y una bandana a la cabeza pese al insoportable calor que se acumula en el interior. Jin "Twice" Bubaigawara con una barba descuidada y un pelo revuelto que desentona con el ambiente festivo y juvenil que lo rodea. Y finalmente está Touya "Dabi" Todoroki, que con su atuendo desarreglado –pantalones sastre, chaqueta y camisa– es la estampa perfecta de niño rico que ha salido a divertirse.

Ellos se mezclan con el resto deslizando sus pequeños dulces de mano en mano –regalos para los nuevos, provisiones para los clientes regulares–, todo mientras la música sigue vibrando y el aire se espesa con el aroma de los cuerpos que bailan sin descanso. Uno de ellos es Denki que ha abandonado su uniforme de mesero en pro de una playera ajustada y unos pantalones apretadísimos para enfatizar su cuerpo flexible y ligero; ha salido para ligar y está listo para escoger entre sus candidatos cuando lo ve.

El muchacho resalta entre la multitud porque su rostro –un rostro apuesto y afilado– carga con un ceño fruncido mortal que parece ser una declaración en sí mismo. Una advertencia simple: No me toques. La idea hace sonreír a Denki porque en ese lugar empacado con gente resulta imposible evitar ser tocado, rozado, empujado y estrujado.

Desde su lugar al otro lado de la pista Katsuki está aprendiendo justamente que ni su ceño fruncido ni su aura amenazante evitan que manos fantasmas se deslicen hacia su trasero para tantear su firmeza. Después de torcerle los dedos a dos monigotes y a una chica, está pensando seriamente en que va a largarse cuando ve al muchacho rubio al otro lado del club con un corte de pelo erizado que le da el aspecto salvaje de alguien que se ha levantado de la cama, aunque con esa ropa –delgada y apretada que delinea cada curva y plano– la imagen se asemeja más bien a la de alguien a quien acaban de follar y está listo para una segunda ronda.

Divíde e Impera [Bakukami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora