Allison tendrá que mudarse a Los Ángeles. Lo único que Allison extrañara de su antiguo hogar serán su hamburguesería favorita, su pizzería favorita, su heladería favorita y a su mejor amigo.
Nueva casa, nueva preparatoria, nuevos compañeros ¿nueva...
Me despierto gracias a los rayos del sol en mi cara y al dulce cantar de los pajaritos posados en mi ventana. Espera... en serio creíste que así era mi despertar. Nah!, comenzamos de nuevo.
Me despierto gracias al irritante sonido de la alarma, salto de la cama por el susto y aterrizo de culo en el suelo.
-maldición, ahora será más plano de lo que ya es- maldigo mentalmente.
Al mirar el reloj me doy cuenta de que maldije demasiado y de que si no me doy prisa llegaré tarde a clase (aunque, aquí entre nosotros, no es que me importe mucho)
Me visto en unos nano segundos con un camiseta negra con letras naranjas, unos jeans oscuros, mis vans y mi chaqueta de cuero. Sí, mi segundo nombre es flash.
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Al terminar agarro las llaves de la moto porque si cojo el coche no me dará tiempo a llegar.
Salgo disparada al instituto, llego unos minutos después, bajo de la moto y me saco el casco y agito mi cabello.
Al darme la vuelta me doy cuenta de que todos me están mirando. Algunos con lujuria, otros con curiosidad y otros mal.
Paso por delante con el casco en el brazo y me encamino a dirección.
Voy por los pasillos mirando todo cuando me tropiezo con algo... o alguien. Es un chico pelinegro, me le quedo mirando cuando el de repente sonríe.
-hey, Allison-dice mientras me ayuda a levantar del suelo. Yo me le quedo mirando extrañada hasta que me doy cuenta
-Eres uno de los hermanos smith- él asintió y sonrió.
-Encantado yo soy Jaden- estreche la mano que el me ofrecía y le respondí-yo soy Allison aunque eso tu ya lo sabes, ahora si me disculpas tengo que ir a dirección-
-Si quieres te puedo llevar-le sonreí y asentí.
Nos encaminamos mientras me hablaba de él y de la institución.
Al llegar me despedí de él y le agradecí. Cuando se marchó, entré a la oficina después de que me dieran paso.
Después de hablar con el director y de que su secretaria me diera mi horario me encamine hacía mi clase, la cuál era matemáticas.
Al llegar toco la puerta y la profesora me dio el pase, me dirigí a su escritorio y le di el papel que me dio el director.
Buenas señorita seller, preséntese por favor- rodé los ojos y me gire a hacia mis compañeros.
-Me llamo Allison Seller, soy de Nueva York- giré hacía la profesora que dijo -¿alguien tiene alguna pregunta?- una chica levantó la mano y mi detector de zorras empezó a pitar ella preguntó con voz chillona- ¿porqué te mudaste a Los Ángeles?- yo sonreí y respondí- acaso te interesa el porque me mudé- los demás se rieron y ella se puso roja. Le sonreí a la profesora y me fui a sentar al fondo.
Las tres primeras clases pasaron de manera normal de vez en cuando sentía la mirada de la chica esa pero no me volteé a mirarla.
******
Llegó la hora del almuerzo después de hacer la interminable fila, tengo 2 deliciosas hamburguesas y una soda bien fria, me dispongo a comer cuando siento a alguien a mi lado, al voltear me encuentro con Jaden, su hermano y Madison.
Conversamos sobre Los Angeles y los sitios que debería visitar mientras comemos cuando de repente todos se callan y miran detrás de mi.
Al girar me encuentro con la chica que estaba en mi clase, la de voz chillona, junto a un chico Pelinegro. Alzo una ceja esperando a que digan algo, cuando veo que no van a decir nada les digo con una sonrisa irónica.
-se les perdió algo- el chico me miró mal y contestó -al parecer la perdida eres tú, acaso no sabes quien somos-
-pues no y tampoco quiero saberlo, si me disculpan-digo mientras me levanto.
El chico me agarra del brazo a lo que me sacudo.
-No vuelvas a tocarme idiota-
-acá las ordenes las doy yo, no quiero que vuelvas a hablarle así a mi novia ¿okay?-
-Ya te fue con el chisme la puti..digo la señorita-digo mientras suelto una leve risa.
Las personas del comedor ríen a carcajadas, mientras que esos dos me fulminan con la mirada.
Me vuelvo a girar para marcharme cuando el idiota me vuelve a agarrar del brazo.
Me giro y digo- te dije que no me toques, ¿acaso quieres que te rompa el brazo?- a lo que el rie a carcajadas.
Tú... romperme el brazo a mi, cuidado no te rompas una uñ...
Sin dejarle acabar le doy un golpe en el rostro a lo que el cae al suelo con sangre en la nariz, me agacho a su altura y le digo mientras le aprieto la nariz y el chilla como bebé -no fue el brazo pero si la nariz maldito idiota-
