Día 4~Omegaverse

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El pueblo de karmaland era reconocido por los viajeros y otros pueblos como un lugar lleno de comida, personas y diversión, con sus tierras fértiles y gran variedad de negocios, se había alzado ante los demás como el poblado más grande en el continente.

Pero sus buenas cualidades no lograban opacar a las malas por mucho tiempo, siempre que alguien se mudaba a karmaland, con una promesa de buena vida, termina huyendo no mucho después al ver los peligros que acechaban el lugar, si es que no terminaba desapareciendo antes.

Los monstruos eran lo de menos lo realmente aterrador de karmaland eran sus pueblerinos y autoproclamados "héroes" los cuales si bien era cierto habían salvado el poblado en varias ocasiones también eran la principal causa de explosiones, robos, secuestros y asesinatos.

Era un secreto a voces que solo se contaba a las personas que llevaban bastante tiempo viviendo ahí, una advertencia para los que eran lo suficientemente valientes como para quedarse.

Casi como una tradición, cuando alguien cumplia un mes en el pueblo le contaban las leyendas y le aconsejaban tener cuidado con la hermandad oscura, el famoso ladrón con máscara de lobo ó el encantador pelirrojo de cuya casa nadie salía cuando entraban y por sobre todo advertían no acercarse a los hogares de los "héroes" que eran sinónimo de minas, torretas y trampas de las que muchos aldeanos ya habían sido víctimas colaterales.

Solo personas de carácter fuerte se atrevían a quedarse después de eso, la mayoría de los pueblerinos eran alfas, betas fuertes y omegas con marca, los últimos siendo los menos comunes habiendo solo 3 o 4 que se mantenían encerrados en casa la mayor parte del dia.

Por esto cuando se corrió el rumor de un nuevo habitante llegando a karmaland, más específicamente un omega, sin marca y completamente solo, el pueblo fue escéptico, nadie creyó semejante locura y quedó descartado en cosa de un dia como un rumor falso.

Fue una sorpresa para todos cuando días después un chico de pelo negro, piel bronceada y barba bien recortada apareció bajando por el gran cartel de bienvenida a karmaland.

Se paseo por el pueblo con la frente en alto dejando el olor de sus feromonas por donde caminaba sin ningún tipo de pena, un delicioso olor a miel con canela, dulce y a la vez picante que dejó a varios flechados de manera inmediata.

Aunque la gente de karmaland acostumbraba ser amable y presentarse con los nuevos vecinos ese día fue la excepción, nadie se le acercó por lo rara que resultaba la situación, unos siguieron con sus actividades normales, otros se quedaron en casa asomándose por la ventana, pero todos de vez en cuando dirigían su mirada al curioso omega que observaba su alrededor con diversión.

El omega, a pesar de los insistentes ojos sobre él, no parecía importarle en lo más mínimo, demasiado acostumbrado estaba ya a llamar la atención que dejó de notar cuando esto ocurría o simplemente no le interesaba.

Tampoco parecía molestarle el hecho de que nadie se hubiera acercado ni para darle un hola, se sentía incluso más cómodo así, tenía mucha más libertad de exploración de esa forma.

Recorrió el pueblo entero aunque conociendo su memoria olvidaría donde estaba cada edificio el día siguiente, cuando terminó se dispuso mirar por los alrededores del pueblo central donde había oído que también construían casas, una de las razones por la cual había decidido ir a ese pueblo en primer lugar, lamentablemente su caminata fue interrumpida por un castaño de sonrisa amable que fue directo a él en cuanto se enteró de su presencia en el pueblo.

Luzu, quien miraba por el pueblo cosas nuevas que comprar, pudo escuchar los murmullos de los tenderos y otros clientes sobre el nuevo habitante de aquel peligroso lugar, no tardó en dejar de lado las compras para buscar al famoso chico, tenía que darle la bienvenida como el ciudadano modelo que era y para qué engañarnos también sentía mucha curiosidad, un omega aparentemente soltero y solo no se veía mucho por ese lugar, por no decir nunca.

AuronBowl Week One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora