Silencio

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Que lo disfruten...

"El silencio es quizás el más fuerte de los ruidos"

-Esperaba que el sádico de Sasuke enviara a los mejores asesinos... pero no podía imaginarme que os enviaría a vosotros...- anunció, mientras Kurama en su interior rugía del gusto.

Karin miró al rubio con sorpresa, y luego a esas seis figuras, que procedieron a quitarse las capuchas al ver que habían sido descubiertos. La pelirroja frunció el ceño, conocía a cinco de ellos, a todos salvo a esa mujer adulta de cabello rubio con una marca de chakra familiar: eran los shinobi que la llevaron a konoha tras ese intento de asesinato de Sasuke. Ese peligris era el sensei de Naruto, y se mostró en todo momento preocupado por el inconsciente rubio en ese viaje a la hoja; así como el hombre de pelo castaño y protector facial, que parecía ser también un ex superior del ojiazul. Los otros le parecieron amigos de Naruto, a juzgar por los sentimientos que le transmitieron durante ese trayecto. Entonces... ¿Por qué ahora le transmitían esa ira? Contrastaba como el fuego y el hielo si lo comparabas con el dolor de Naruto. Y esa mujer rubia, que centraba toda la atención del jinchuriki, emitía aún más instinto asesino. ¿Qué les había pasado? No la costó mucho enlazar la frase de Naruto con el combate contra Sakura en el castillo uchiha... Sasuke era un hijo de la gran puta. Esclavos del sharingan. Y encima no detectaba en ellos los sellos del edo tensei, así que no podían atacarlos con todo... estaban vivos, eran los amigos de Naruto. Su muerte sería definitiva en caso de darse. Cuando apareció una veintena más de figuras, todos shinobi renegados que les miraban con una sonrisa maliciosa, entendió que estaban bien jodidos. Y encima no era capaz de ubicar a Mito ni con su ojo de Kagura, estaba literalmente desaparecida.

-Tú...- dijo destilando ira en cada letra esa mujer de cabello rubio, endureciendo el rostro Naruto.

-Baa chan...- contestó el rubio, sorprendiéndose aún más Karin. Esa mujer... ¿era Tsunade Senju? Eso explicaba su firma de chakra, compartían origen familiar al ser esa mujer nieta de su actual maestra. Y por las conversaciones con el ojiazul sabía que esa mujer significaba muchísimo para él... ¿En serio Sasuke había enviado a la última figura familiar del rubio a matarlo?

-Ni se te ocurra llamarme así...- le espetó con rabia la ojimiel, apretando los puños.- ¿Cómo pudiste engañarme tanto tiempo? Te quería de verdad, te quería como un puto nieto, tanto como a ella... ¡Y tú la mataste!- acusó al uzumaki, que abrió sus orbes rojos con dolor. El que la única figura materna que le quedaba en el mundo le acusase así era doloroso, aunque fuese una vil mentira. Iba a contestar que el culpable era Sasuke, pero la Senju continuó hablando.- ¡Ni se te ocurra negarlo! Ella salió a buscarte, ¡y tú la mataste! ¿Tanto te costaba aceptar que un jodido monstruo como tú no se merece a alguien que le ame? Y menos a alguien como ella... Jiraiya murió por nada, ¡maldigo el día en que salió a defenderte y nunca volvió!

-Baa chan, te han manipulado...- contestó un afligido Naruto, apretando los puños con rabia y conteniendo como podía la ira.

Notaba a su inquilino removerse, y no era para menos: Sasuke había enviado a sus amigos a matarlo... y sobre todo, a Tsunade baa chan... a lo más parecido que tenía a una madre, su última conexión con su amado padrino... su última conexión con Sakura, ¿Sería capaz de tan siquiera levantar su mano contra ella? Tsunade iba a seguir gritándole llena de rabia, pero de pronto el agua del suelo alrededor de los seis shinobi comenzó a agitarse. Todos creyeron que era agua de lluvia acumulada, el lugar era un entorno húmedo dado a esos charcos... craso error. Seis figuras hechas del líquido elemento aparecieron a la espalda de cada uno de ellos, cada una con el tanto dispuesto para atravesar puntos no vitales e incapacitar... Mito llevaba esperando su oportunidad desde que llegaron los asaltantes, pero no contaba con la habilidad de sus enemigos, o concretamente con la de uno de ellos. Ninguno hizo acto de moverse mientras seis largas ramas de madera espinosa se extendieron desde el suelo, bloqueando el ataque de las figuras y disolviéndolas de un golpe. Una nueva figura de agua apareció tras Naruto y karin, solidificándose hasta adoptar la forma de la Mito original, que miraba con severidad a los asaltantes. El ataque sorpresa por la borda, y ella con poco chakra tras contener a Naruto con dos colas hace unos instantes... con lo tranquila que estaba ella allí sola.

Naruto: La oscuridad en ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora