Oscuridad (part 1)

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Que lo disfruten...

"Si te embarcas en un viaje de venganza, cava dos tumbas"

-Sigues siendo un baka...- declaró una voz femenina que hizo a su corazón sacudirse, violento. Hasta sordo reconocería esa voz...

-Sa... ¿Sakura chan?- balbuceó el rubio, repuesto del haz de luz que le había envuelto. Era... era Sakura. Pelo rosado ligeramente corto. Esos jade que tanto le gustaban. Incluso el vestido que llevaba el día de su muerte. Era ella joder, sin ojos grises o piel hecha de papel como la última vez... pero era imposible. Estaba muerta, era su única certeza con respecto a Sakura. La tuvo entre sus brazos, lloró por ella, visitó su tumba. ¿Era otro truco del sádico de su mejor amigo? Si lo era, no tenía sentido. Sasuke ya había ganado, y sabía tan bien como el rubio que Sakura era ya una vía muerta si le quería hacer sufrir. Mil preguntas, mil ideas se cruzaban en su mente... y, por tanto, solo podía hacer una cosa...- ¿pe... pero... co...como...? ¿Estoy muerto? Soy un... ¿fa... fa... ntas... ma?- Si, tener un ataque de pánico. Sakura se rió mientras su baka favorito palidecía y comenzaba a resoplar. Sinceramente, se imaginaba esa reacción de Naruto, y podría haberse presentado de una manera menos... brusca. Pero sabía que Naruto reaccionaría así siempre en esta situación, así que mejor ahorrar tiempo. Porque el tiempo era vital además...

-Si Naruto, soy yo... y no, no estás muerto.- el pobre Naruto quería balbucear algo más, confuso, pero Sakura simplemente tomó su rostro con sus manos de manera dulce, sonriéndole mientras fijaba su vista en él.- No es un truco baka... solo es mi segunda oportunidad...- le reveló, para luego acariciar ligeramente sus marcas de bigotes de las mejillas, esas marcas que siempre la habían llamado la atención, y que tantas cosquillas le hacían al rubio. Naruto no pudo evitar reírse ligeramente, mientras Sakura le sonreía de vuelta. Siempre preferiría una sonrisa de Naruto, eran inmensas, cálidas...- Soy yo, estoy aquí... contigo. Cuando Karin me liberó en la cripta uchiha, selló de nuevo mi alma para evitar que me volviesen a invocar... y lo hizo en esa pulsera que te regaló después...- Explicó la haruno, para dirigir su mirada al abalorio de plata de la muñeca derecha del rubio. El regalo de Karin, la pulsera que perteneció a su madre... y en la que había puesto a salvo algo muy importante para el uzumaki. La pelirroja lo había hecho a posta, sabía que la haruno estaba allí y que, si Naruto llevaba esa pulsera, podrían hablar. Quería ayudar al rubio a solucionar sus debates internos, y la mejor forma era logrando que hablase con su difunto amor. Se lo debía a ambos... al amor de su vida y a la mujer que salvó su vida...- Hubiésemos tenido esta conversación antes, pero no podía arriesgarme a salir si existía la posibilidad de que Kurama se liberase... habría absorbido mi alma mientras tú luchases contra él. Karin lo sabía, por eso te hizo prometer que no volverías a usar el poder del zorro sin pactar antes de darte la pulsera... y luego fuiste de inmediato a combatir contra Sasuke, no podía interrumpirte... pero, gracias a kami, al fin puedo hablar contigo sin riesgo, y en un lugar mejor que esa alcantarilla de tu paraje mental...

-Pe... pero... ¿dónde...?- preguntó el rubio, observando a su alrededor. Se encontraba con Sakura en un lugar familiar... el mar de color azul aguamarina, acariciando con su oleaje la fina arena de color crema suave... el sol, bañándole con calor, mientras la suave brisa marina recorría su piel con suavidad... ya había estado allí, incluso su mente acudía a ese lugar cuando quería un minuto de respiro. Cierto día, hace ya años... años que parecían eones... estuvo en esa playa. Estuvo en el descanso de una misión. Recordaba cómo Kakashi les dio el día libre después de escoltar a unos mercaderes al país del mar, para luego sentarse bajo un árbol a leer su libro, y el equipo 7 disfrutó, correteando por la playa, bañándose, jugando... siendo por primera vez niños en un mundo ninja, al menos Naruto. Compitió con Sasuke, habló con Sakura chan... en cierta manera, ese momento era su recuerdo más feliz. No había preocupaciones, no era huérfano, no tenía al kiuby... era... un ser humano, y no estaba solo. Por primera vez en su vida. Y por eso le sorprendía estar allí, ¿Cómo había vuelto?

Naruto: La oscuridad en ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora