𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑 | 𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚

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NO PUDE DORMIR EN TODA LA NOCHE queria salir de mi cuarto, correr hasta la torre de Gryffindor y contárselo, pero lo único que pude hacer fue salir para dirigirme a la cocina

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NO PUDE DORMIR EN TODA LA NOCHE queria salir de mi cuarto, correr hasta la torre de Gryffindor y contárselo, pero lo único que pude hacer fue salir para dirigirme a la cocina.

—Ama Athena ¿Qué le hago esta noche?

—Un chocolate caliente no suena mal Kreacher, Gracias.

Desde que entre a Hogwarts y saber que la sala comun de Hufflepuff esta cerca de la cocina todas mis noches de insomnio voy a ella y es donde conocí  a Kreacher un elfo doméstico que parece odiar a todos, a todos excepto a mi.

—Tenga ama Athena.

—Gracias Kreachen, y sabes que solo me puedes decir Athena.

Le di una sonrisa tomé la tasa y fui a la torre de astronomía a mirar las estrellas. Este lugar es lo más cercano que puedo tener de las alturas ya que tengo un pavor enorme a estas.

—Hola.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta que alguien venia, volte y vi que era Hermione.

—Hola.

—¿No puedes dormir?

—La verdad es que no...ah! Y ya encontré a Nicolás Flamel en las...

—Ranas de chocolate si, nosotros también.

—Valla.

Nos quedamos hablando en un banco muy significativo para mi, hablábamos de la escuela, libros y de la cultura muggle. En eso una lechuza del ministerio entro por la ventana soltando una carta sobre mis manos.

—Que raro, normalmente llegan en el desayuno, debe ser algo importante ¿Qué es?

—Una carta relacionada con mi padre.

—¿Esta bien?

—Si, nada malo no te preocupes.

No estaba mintiendo en su totalidad, ya que la carta si tenía que ver con mi padre de alguna forma. Athena recargo su mano en una parte específica del banco donde pudo reconocer unas iniciales rayadas en la madera.

—Bueno te dejo para que leas la carta tranquila.

Hermione me regaló una sonrisa y se retiró del lugar dejando a Athena sola, sosteniendo el sobre que le mandaban desde el ministerio. 

A quien corresponde:

Recibimos su carta y le concedemos su visita al preso Black Sirius el segundo día de Semana Santa, claramente tiene que venir acompañada de un adulto.

Esperamos su llegada.

Atte: El Ministerio de Magia

Tendría que pedirle ayuda a mi tío pues mi padre no quiere saber nada de quien alguna vez fue su amigo por una traición que nunca había cometido, el mismo me lo dijo y yo le creo.Llevo visitando a Sirius hace cinco años y mi tío Adam me a llevado desde entonces.

Doble la carta y la metí en el bolsillo de mi pantalón de pijama, agarre la tasa y fui de vuelta a mi sala común pase otra vez por la cocina para lavar la taza y finalmente ir a dormir, mire a Atria por unos segundos, me sentía culpable de alguna forma porque se un secreto que su familia le a ocultado por años.
Ya estaba lista para dormir cuando noto que en la ventana una sombra desesperada por entrar, me levanto rapidamente de mi cama y abro la ventana y lo que veo me sorprende era un bowtruckle.

—Entonces si hay en Hogwarts, tranquilo no te lastimare.

Lo tomé entre las manos, me di cuenta que un brazo del pequeño animal estaba roto y no sabía si usar un hechizo para reparar huesos u objetos, así que expandi mi cajón para improvisar una cama.Fui a otro cajon por un paquete de curitas pero tire unos libros por accidente despertando a Atria.

—¿Athena? ¿Qué haces despierta a esta hora?

—Caminata nocturna pero guarda silencio y ven,mira.

La guie hacia en cajón donde estaba el bowtruckle, con cuidado le puse la curita bajo la atenta mirada de mi amiga, cerré el cajón dejando una abertura para que la ramita pudiera respirar y finalmente voltear a ver a mi amiga.

—¿E-Eso era lo que yo creo que era?

—Si!No es genial! Estaba en la ventana,creo que lo atacaron.

—Y ¿Ya le pusiste un nombre? —Negué con la cabeza—Pero Athena!Los has buscado sin descansar por todo Hogwarts, uno aparece en nuestra ventana como por arte de magia y no lo vas a poner nombre!

—Es que no me quiero encariñar con el Atria, él tiene que decidir si se queda o se va.

—Pueden guardar silencio y dormir porfavor!

—Lo siento Hanna. Las dos reímos.


Chocolate Caliente|Hermione GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora