S I N Ó P S I S:

1.7K 110 2
                                    



"El destino es como un hilo, se enredará y se romperá con el tiempo, o con acciones, pero no por eso debes limitarte, forja tu propio destino, solo así vencerás."







Ω

Aún recuerdo el sofocante calor del clima de aquel día en el que me encontraron. Un viejo sátiro con una porra muy grande de la que sobresalían algunas ramitas, vestido con ropa y calzado deportivo, usaba una gorra de béisbol para ocultar sus cuernos, su nombre era Gleeson Hedge, con el tiempo aprendería a decirle entrenador.

Me encontraba en una caja de cartón cubierta por una cobija muy delgada pero suave para mi, habían pasado días desde que una vieja señora me había dejado cerca de Long Island al borde de la carretera, escondida entre las ramas.

Recuerdo la sensación del sol en mi piel, el como me quemaba día con día y el como mis ojos dolían, a pesar de eso recuerdo que no hice ningún ruido, me encontraba en absoluto silencio y sólo esperaba ahí como si me hubiese resignado a quedarme en ese lugar y a que nadie me encontrara.

Recuerdo que dormía a ratos y que el sátiro cuando me vio se puso muy molesto no entendía muy bien lo que decía y solo podía ver su contorno, en cuanto me cargó sonreí y pude dormir en paz, me encontraba a salvo.

Ω

El viejo sátiro se encontraba molesto, había salido a tratar de buscar mestizos y demostrarles a ese tonto consejo que aún podía seguir con su trabajo de buscador, el sabía que se estaba haciendo viejo pero no por eso dejaba de ser un buen buscador y protector.

La razón de que su molestia aumentara era por la pequeña niña en pésimas condiciones que había encontrado, su piel estaba muy seca y rojiza, sus labios estaban partidos y sus ojos no tenían brillo, estaban opacos, pero sin duda aún así eran muy lindos.

En cuanto la cargó un pequeño pedazo de papel cayó, tenía escrito un nombre y apellido en griego antiguo, la llevaría al campamento pues a pesar de no reconocer muy bien el olor de su padre divino pues era algo confuso y había una mezcla de esencias divinas estaba claro que la niña era mestiza.

Estaban cerca, se quito los tenis y los guardó, acomodó a la niña que estaba dormida y la cubrió lo mejor posible.

En cuanto llegó al campamento, se dirigió de inmediato a la Casa Grande, no había tantos campistas pues muchos habían regresado a sus casas.

Al llegar a la casa grande, vio a dos hombres jugando en el pórtico de la casa, estos eran: Quirón un centauro entrenador de héroes y Dionisio el director del campamento mestizo y el Dios del vino.

El Centauro levantó la vista y lo saludó, al ver que llevaba algo en brazos le preguntó que era lo que traía, cuando estaba por contestar se escuchó un ruido dentro de la casa, como si algunas cosas se hubieran caído. La puerta se abrió y de ella salió una momia, mejor conocida como el oráculo de Delfos, al verla los tres se quedaron impresionados pues nunca antes había pasado algo así.

La momia abrió la boca y niebla verde comenzó a salir de ella, algunas personas comenzaron a formarse, se pudo ver a cuatro personas, se vio a una mujer vestida con ropa muy antigua de estilo griego, tenía el pelo blanco y la piel muy pálida, lo más llamativo de ella eran sus ojos pues eran de distinto color, uno verde y otro azul, y los tres restantes eran jóvenes, dos con armadura griega y el último con un uniforme militar, los tres eran muy parecidos, azabaches y con ojos verde mar.

La profecía comenzó a ser relatada, la niña despertó y los miró:

"Para su maldición quebrantar
El amor deberá aceptar
Recordando su pasado
Conocerá a su salvación
Y así su descanso encontrar"

Terminaron de recitar la última línea al mismo tiempo, la niebla se disipó y la momia regresó al desván del que había salido.

Al voltear a ver a la niña pudieron observar como sus facciones comenzaban a cambiar, sus ojos antes negros cambiaron para ser de distinto color, en el ojo izquierdo su color cambio a ser azul eléctrico con destellos verdes y dorados, el derecho se volvió de color morado oscuro con destellos grises y dorados, y en su cabello algunas partes se volvieron blancas, principalmente las puntas, su piel se volvió pálida a pesar de que anteriormente estaba rojiza por los días que había pasado bajo el sol, y pequeñas pecas se pudieron apreciar junto a una pequeña mancha en el costado de su ojo izquierdo, se parecía a una luna menguante.

Al verla el señor D. dijo: "Ha pasado tiempo desde su última aparición"

Se dirigió al sátiro que se había quedado algo pasmado por lo anterior y le quitó a la niña-"Te habías tardado, niña"-se metió a la casa grande con la niña y pidió a Quirón que le ayudara a ver si estaba bien.

Al ver la actitud del Dios, el sátiro se quedó aún más pasmado.

-"Entra con nosotros Gleeson y cuéntanos como fue que la encontraste"-pidió el Centauro.

Así lo hizo el viejo sátiro, cuando terminó de decirles lo que había pasado y que Quirón terminara de checar a la niña (que con unas pocas gotas de néctar ya se encontraba mejor) les mostró el pedazo de papel que había encontrado, el Dios lo leyó y dijo-"Así que este será tu nuevo nombre, bienvenida al campamento mestizo, Angel Phoenix Grindelwald, un extraño nombre pero has tenido peores"

Ha partir de ese día los campistas tendrían que acostumbrarse a ver a una bebé en el campamento y ver al señor D. cuidando de ella, aunque no sabían muy bien su apariencia pues no habían podido verla bien, si bien al principio fue desconcertante, cosa que poco le importaba al Dios, lo único que dijo par aclarar dudas fue: "Esta bebé es una mestiza y se quedará en la casa grande por el momento, eso es todo lo que necesitan saber"

Con el paso de los días, todos comenzaban a acostumbrarse y algunos campistas habían ido a visitar a la pequeña a la casa grande pero no habían tenido suerte pues casi siempre se la pasaba dormida.

Ese fue el inicio de todo, el comienzo de un fin.















Ω

γνωθι σεαυτόν, 
Conócete a ti mismo.*

Ω

































*:Esta frase se encontraba inscrita en el pronaos del templo de Apolo en Delfos. Explica que si se ignoraran las excelencias de tu propia casa es mejor no buscar otras excelencias, hasta conocer las propias.
Conócete a ti mismo para poder saber lo que quieres buscar.

D E S T I N Y [P.J., H.P., T.W.] EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora