El vaso que se quebró

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Todo un set fue en el que Kageyama y Hinata no pudieron poner un pie en la cancha, el resultado Karasuno 23 puntos perdía frente a los 25 puntos de las águilas, Ushijima logró sacar a relucir sus habilidades como la estrella de su equipo, con remates totalmente potentes y un firme bloqueo que complicaba a los rematadores del equipo negro-naranja.

Durante los descansos había un aire de tensión constante en ambos equipos.

En el lado de Shiratorizawa:

—Justo cuando quería comenzar a molestar al enano, lo sacan del partido— comentaba el peli rojo bloqueador del equipo morado, burlándose.

—Sería mejor que no lo hagas, Tendou— soltó Ushijima a lo que todos voltearon a verle incrédulos — Tus bloqueos son traspasados por él, si no mejoras eso no tiene sentido que estés en la cancha— contestó fríamente.

—¿Eh? ¿Wakatoshi-kun acaba de molestarse conmigo? — preguntaba para sus adentros con una falsa desconsolación en el rostro.

—Detente Tendou, sabes que Ushijima te dirá directamente cuando estas fallando en algo, aunque es poco delicado con su elección de palabras— Aportaba Semi, el armador de 3er año del equipo morado.

—Será mejor que comencemos a organizarnos o estos chicos de verdad pueden ganarnos— Comento Reon.

—Eso no sucederá Reon-san, porque yo estoy aquí— Afirmaba Goshiki con una amplia sonrisa.

—Si fueras más ágil te creería— hablaba otro que no era sensible con sus palabras, Shirabu.

El silbato volvió a sonar dando inicio al tercer y último set, donde el entrenador Ukai volvió a incorporar a Kageyama y Hinata, ahora más calmados y concentrados en el partido.

Tsukishima se encontraba al lado izquierdo de Kageyama bloqueando el siguiente ataque de Ushiwaka, este vino a dar justo en los dedos del rubio y con la fuerza que iba terminó por rasgarle una parte del dedo índice, no era tan grave, pero comenzó a sangrar. El primero en atinar fue Kageyama que parecía mas espantado que de costumbre y no era específicamente del tipo que se preocupaba por otros y en especial que ese otro fuese Tsukishima, básicamente su opuesto en todo sentido.

Apenas el peliazul cogió la mano del otro, este se la alejó adolorido, como si no quisiese ser tocado precisamente por él ni por nadie. El entrenador pidió el tiempo muerto y Yachi fue con el de anteojos a la enfermería. Sin embargo, el acto con el que se alejó del armador pareció dejarle descolocado, y lo mismo ocurría con Kageyama que quedo con un poco de la sangre del dedo de Tsukishima en su mano, se quedo en medio de la cancha solo observándola, con tristeza.

—Kageyama, ¿estás bien? — pregunto rápidamente el capitán.

—Si, no es nada— se volteó el ojiazul, listo para continuar jugando. Hinata por su parte quedo preocupado por su compañero, era extraño como Kageyama y Tsukishima se estaban comportando aquel día.

Incluso él sabía que se comportaba extraño en aquel partido, evitaba toda clase de miradas con el rematador principal de Shiratorizawa, y solo se concentraba en el trayecto de la pelota y como rematar, aunque, por dentro se sentía avergonzado de su incredulidad, por ser ingenuo terminaba lastimado.

Hinata por primera vez deseaba que un partido terminase pronto, pues le estaba costando aguantar las lagrimas desde hace ya un rato.

A través de la red (Ushihina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora