Los meses fueron pasando, las hojas del calendario avanzaban y cada vez faltaba menos para el nacimiento de su hija.Sí, apenas dos meses antes la joven pareja se había enterado de que estaban esperando una niña. La catalana, sentada en la terraza del que pronto sería su nuevo hogar, con montones de cajas llenas de muebles y objetos decorativos, se permitió recordar aquel preciso momento en el que ese garbancito por fin desveló su género.
16 de junio, Madrid
- Hola chicos, ¿qué tal estáis?
- Bien aunque muy nerviosos a la vez - Raquel les sonrió de manera tranquilizadora. En toda su experiencia como ginecóloga, había sido partícipe de muchos momentos muy emocionantes para padres y madres de todo tipo. Pero sin quererlo, había desarrollado un cariño muy especial hacia la joven pareja que se daba la mano a la espera de conocer el sexo de su bebé.
Tras el procedimiento habitual, ampliar bien la imagen y asegurarse de que el pequeño/-a se dejaba ver, se dispuso a contarles la noticia.
- Chicos, ¿preparados? - Ambos se miraron y asintieron a la vez - Se trata de una preciosa niña.
Al momento ambos padres rompieron en llanto abrazándose y susurrando "es una niña". En multitud de ocasiones habían hecho apuestas sobre lo que podría ser, coincidiendo milagrosamente en que se trataba de un niño. Pero la vida les había dado una vuelta de tuerca y justo era una niña la que iba cogiendo forma en el interior de la chica. Raquel, con alguna lágrima traviesa, les felicitó y salió de la consulta para darles un momento de soledad.
- Cariño, es una nena - Luis besaba la frente de su novia repetidas veces - Al final nuestro instinto no funcionó eh.
- Mi niña - Aitana no paraba de acariciar su barriga ya abultada mientras lágrimas traviesas de felicidad recorrían su rostro - Te quiero. Os quiero.
20 de agosto, Madrid
La chica sonrió al sentir el tacto de las manos del gallego sobre sus hombros. Ambos experimentaban muchas emociones y cambios en muy poco tiempo.
En el pueblo de Aitana la noticia corrió como la pólvora. No sabía ni cómo, pero pudo percatarse de ello cuando visitaron a su familia en Semana Santa. Vecinos, antiguos compañeros de la catalana y ciertos conocidos de Belén y Cosme no paraban de mirarla de manera inquisidora. En un momento dado, el nerviosismo y la frustación de la chica se hicieron palpables. Luis, al darse cuenta se disculpó con la familia de ella y la llevó a un lugar más apartado fuera de la visión del resto.
- Aiti escúchame, no hagas caso a lo que ellos opinen. Tú eres tú y si el resto del mundo no lo acepta, no es problema nuestro.
- Luis, lo que digan de mí no me importa en absoluto. Lo que pasa es que me aterra la idea de que Mark regrese. Después de todo lo que me hizo es capaz de cualquier cosa. Y cuando se entere de que estoy embarazada...
La catalana rompió a llorar presa del miedo.
- Eh eh escúchame - cogió la cara de su novia con ambas manos al igual que ella había hecho en multitud de ocasiones - Ese tío no volverá a acercarse mientras estés conmigo. Y mucho menos a la niña.
- Me da miedo sólo de imaginar que toque a nuestra pequeña - Aitana comenzó a respirar torpemente, justo al inicio de un pequeño ataque de ansiedad. Luis le indicó que se sentara, se arrodilló hasta quedar a su altura y apoyó sus manos en el pecho.
- Aiti tranquila, cuenta despacio conmigo - la chica asintió débilmente mientras luchaba por retener el aire - Uno, dos, tres, cuatro,...
Poco a poco la respiración de la chica iba siendo más relajada. Siguieron en la misma postura unos cuantos minutos, mirándose y comunicándose sin necesidad de palabras.
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Inestable
FanfictionHay personas que no creen en el amor. Aitana lucha contra sus demonios. Luis intenta borrar su pasado. Ambos tan inestables como complejos, unidos por los mismos errores.