16. Cariño

1K 28 2
                                    


Aquella noche fue más especial de lo que hubiesen esperado. Tras contarse el uno al otro sus trágicas experiencias personales y haber confesado su amor, el sofá de Roi fue testigo de las incontables muestras de cariño que se dedicaron.

Luis avisó a su amigo de la vuelta a su casa junto a la catalana, que no dudó en acompañar a su novio después de haberlo pasado tan mal al recordar la trágica muerte de María.

Juntos llegaron a la casa de este, donde su ropa quedó desperdigada en el suelo y el resto de habitaciones. Luis, obligado por Aitana obviamente, tuvo que ver Stranger Things junto a un gran cubo de palomitas y un gran paquete de pañuelos, pues su novia no podía retener las lágrimas tan fácilmente en las escenas más tristes.

Cuando se dieron cuenta ya eran las nueve de la noche, y la chica vio el momento justo para regresar a su casa o de lo contrario Paula la sometería a un interrogatorio junto a Ana y su hermano. Sí, a Adrián no se le escapaba ni una.

- Ey, Luis - dijo susurrando, pues al gallego se le cerraban los ojos ante las caricias que recibía de Aitana. - Se ha hecho tarde, recuerda que mañana tengo uni - Luis refunfuñó levemente y se abrazó a su cintura. - Luissss

- Jo, se me ha pasado el tiempo volando. - Besó repetidas veces el cuello de la catalana. - Quédate si quieres. Te puedo acercar mañana.

- No hace falta, si tengo que levantarme super pronto. No quiero molestarte más Luisito.

- Tú nunca molestas Aiti. Anda, si tenía que hacer unos cuantos recados igualmente. - Aitana meneó la cabeza con una media sonrisa. Este la iba a volver loca. - Venga, si lo estás deseando. Te puedo preparar mi delicia culinaria. - Luis arqueó las cejas, sabiendo lo eficaz que era su proposición.

- Está bien. - Accedió. - Pero las explicaciones se las das tú a Paula. - Ambos rieron, la rubia era muy pesada cuando se lo proponía. - Por cierto, recuerda que mañana hay ensayo en Acordes.

Luis cayó en la cuenta de que ni siquiera había buscado un canción para el próximo mini-concierto en el club. Decidió que esa noche, con la ayuda de Aitana, se encargaría de encontrar una que lo atrayese como para cantarla ante los demás.

- Luisss que tengo hambre, vamos a preparar tu tortilla que me lo has prometido - Como no, la chica se volvió a salir con la suya, pues un gran plato de tortilla con dos tenedores, servilletas y vasos reposaba justo en frente de ambos en la mesilla del salón. No les resultó muy fácil prepararla, en especial por la improvisada guerra en la que Luis comenzó a esparcir aceite de oliva sobre la nariz de su novia, que fue devuelto por un gran huevo estampado en su cabeza por parte de esta.

Ahora sonríen inconscientemente al recordar la escena que protagonizaron antes, en la que se divirtieron como dos niños. Acompañados del programa que en esos momentos echaban en la televisión, engulleron su plato, no sin antes soltar un "mmm" al comprobar que sin duda alguna, el gallego dominaba tal receta.

Juntos consiguieron recoger todos lo sobrantes de la cena y se permitieron unos minutos de mimos, de manera que Aitana quedase con su cabeza en el pecho de Luis y este le acariciara ligeramente en el pelo. Fue en ese instante en el que volvió a preocuparse por su próximo concierto en Acordes.

- Aiti, necesito que me ayudes en una cosa - La chica frunció, el ceño, sin saber en qué quería que lo ayudase exactamente. - Me gustaría que me dijeses canciones para poder cantar el sábado en Acordes.

Aitana reflexionó cuál podría ser el tema idóneo para él, pues sabía que era un armario sin abrir, al que debías acceder poco a poco, sin presiones. De pronto cayó en la cuenta de algo.

InestableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora