6.

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Alexander tenía su mirada enfocada en aquel hombre inconsciente, se encontraba algo sorprendido, posteriormente alzó la mirada posando está en Gerald, quien había golpeado al hombre en el piso con el portafolio que traía en sus manos.

- ¿Qué... Acaba de pasar? - Comenzó el castaño volviendo a mirar al hombre inconsciente.

- Estuviste apunte de sufrir un ataque, ¿Estás bien? - Gerald camino hacia Alexander, evitando al hombre en el piso.

- Si, supongo, ¿Y tú qué haces aquí? - La mirada del menor se poso nuevamente en Gerald.

- Curiosamente tengo un conocido que vive por aquí, como no tiene espacio para estacionar autos tuve que aparcar el mío en esta zona, Pero... ¿Tú qué haces solo por aquí? Ya es bastante tarde.

- Pues... No tendría porque darte explicaciones - Se cruzo de brazos y giro la mirada.

- Está bien - Suspiro - ¿Quieres que te lleve a casa?

Alexander se mantuvo en silencio.

- ¿Cómo debería tomar eso? - Cuestionó el mayor.

- Está bien, acepto, pero solo porque no hay quien venga por mi - Ambos comenzaron a caminar guiados por Gerald.

Caminaron un poco en silencio, hasta que llegaron a unos cajones de estacionamiento, dónde solo se encontraba el auto de Gerald, pues ya era algo tarde.
El mayor abrió el auto, permitiendo entrar al castaño y posteriormente subir él.

- Tengo una pregunta - Dijo Alexander, llamando la atención de su acompañante.

- ¿Qué ocurre? - Menciono algo distraído pues estaba empezando a manejar.

- ¿Cómo lograste noquear a ese hombre?

- Cuando estaba en la universidad tome clases de muchos deportes de contacto.

- Oh. Quiero aprender, enséñame a hacerlo.

- Tienes que entender una cosa, yo no hice eso por querer dejar inconsciente a alguien, lo hice en defensa, no puedes andar por la vida golpeando a cualquier persona sin razón válida, hay mejores maneras para resolver un problema, como el diálogo por ejemplo.

- Agh, como sea - Alexander se cruzó de brazos.

- Aún así, ¿Por que querrías golpear a alguien? - Gerald miro de reojo al de ojos azules - ¿Alguien te está molestando? Dime quién es y mañana resolveré ese problema.

- No, nadie me molesta, las personas a mi alrededor siempre quieren algo de mi o simplemente no les importó - Soltó con pesadez.

- Alexander, hay personas que te quieren desinteresadamente, tus padres por ejemplo.

- ¿Mis padres? Ellos ni siquiera están conmigo - Dijo con una leve molestia en su voz.

- Vamos, ellos son personas muy ocupadas, pero estoy seguro de que te aman más de lo que imaginas, además, ¿No habías hecho un nuevo amigo? - Trato de animar al castaño.

Alexander se quedó en silencio, no sabía que contestar ahora.

- ¿Qué sucedió?

- Nada, nada - Se apresuró a decir Alexander, tratando de ocultar los nervios.

- Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, podemos hablar cuando quieras y yo no voy a juzgarte - Se detuvo pues habían llegado a casa del menor - Estoy aquí para ti, como un amigo más allá del colegio - Le decía amigable y con suavidad, sabía que algo no andaba bien.

Alexander pensaba seriamente, jamás alguien le había dicho eso, nunca tuvo oportunidad de hablar sobre lo que sentía o le pesaba, nunca le habían aconsejado o mínimo escuchado. Pero le era difícil hablar ahora, aunque en el fondo sabía que cerrarse a hacerlo no ayudaría en nada.

Amo a mi contrario © BL [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora