Capítulo VI

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Y es así como entre conversar y conversar, acompañados de un buen café, tomamos la decisión de ir a mover el cuerpo a la disco.

-Di la verdad, sabias que terminaríamos en esto– dice ella mientras conduce su regalo de graduación de enseñanza media, el tío Rafael le regalo un Suzuki Alto 800 de segunda mano color azul, que, si bien tiene algunos detalles, ella lo adora- por eso estas vestido así.

- ¿Así como? -dije con un tono risueño- No es que deseé ir a la disco todos los días, ni que este preparado para ello.

- ¿A no? -se detiene en un semáforo y me mira- Vestir unos jeans azules, acompañado de un polera blanca, camisa roja y chaqueta de cuero negra, no es estar listo para la acción -sigue avanzando luego de dar verde- Y para que decir lo bien perfumado que vas.

Ambos nos reímos por su comentario. Me dispongo a mirar por la ventana, Mevilich no es una ciudad tan grande, pero tampoco tan pequeña, "tiene lo justo y necesario para sobrevivir" dicen los adinerados que se apartan de las grandes ciudades para vivir en lugares más tranquilos, aunque en mi opinión contiene lo suficiente.

Sus calles pavimentadas permiten que el viaje sea tranquilo, y las diferentes luces que provocan sus semáforos, tiendas, hogares, señaléticas, le da ese toque de ser una ciudad sin termino.

Antes de llegar a "Nice Nigth" pasamos por la casa de Barby, según ella, para cambiarse por ropa más cómoda, 10 minutos después sale con unos jeans negros rajados en las rodillas, sus zapatillas blancas con su propio diseño -su estampado a plumón que dice NO VEAS IDIOTA- un top blanco, y un polerón verde que me quito hace un tiempo. Se sube rápidamente al auto por el lado del conductor- ahora si -comenta animada, arranca el auto y enciende la radio, según ella es como una previa antes de llegar a nuestro destino.

Busco entre mis bolsillos mi celular hasta que lo encuentro, me dirijo a WhatsApp para enviarle un mensaje a mi madre de que llegare tarde, cuando termino con eso, observo el chat de Samuel, su último mensaje fue cuando me mando su dirección. Después de estar en su casa no hemos vuelto a estar en contacto, pero mejor, ya no tendremos que volver a tratar, asique presiono su conversación y la elimino, y de paso su número, bloqueo mi celular y comienzo a conversar con mi amiga de un sinfín de trivialidades.

Cuando al fin pillamos estacionamiento, nos bajamos para dirigirnos a la disco, pero cuando nos disponíamos hacerlo alguien nos interrumpe.

-Miren nada más quienes son -al girarnos, nos dimos cuenta de que era uno de los idiotas del grupo de Samuel- el dúo de perdedores -choca los puños con uno de sus acompañantes cuando comenta lo último como si fuera un gran chiste- No les han dicho que este no es un lugar para ustedes -hace una cara de pensativo- El circo tira más pinta para ustedes.

Bárbara y yo no les seguimos la corriente y nos encaminamos a nuestro objetivo inicial, pero el muy idiota sigue con sus tonteras.

-Hey Gabriel -caminan detrás de nosotros- sabes por qué a tu madre le dicen la capa de ozono -Barby se acerca a mí y me dice que no los pesque, pero se puede escuchar que alguien del grupo está interesado- Porque se le agrando el agujero -los demás le hacen barra a lo que acaba de decir, pero al escucharlo me giro para abalanzarme sobre el hijo de puta.

Pero alguien se me adelanta, y le da un certero golpe, provocándole que pierda el equilibrio- Quien te ha dicho que puedes andar gritando en la calle, viniste a disfrutar o a buscar pleito -esa voz.

Samuel.

Tras esas palabras los segundos parecieron minutos de silencio, nadie dijo nada solo lo mirábamos a él, hasta que rompió el silencio pasando al lado de nosotros para dirigirse a la disco. Los demás siguieron al macho alfa, incluido el hijo de...

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