Capítulo I.

25 0 0
                                    

La noche está un poco fría, tanto así que leves tiritones me recorren desde la cabeza hasta los pies. La fina chaqueta del saco que rente hace unas horas no es capaz de aislarme de la fría brisa del viento que choca contra mí, más esto, no es un impedimento para que mis pies me dirijan a mi deber.

Lo bueno de este trabajo es que no tengo que realizarlo tan a menudo, y puedo adaptarlo a mi ritmo de estudiante, al igual que no debo realizarlo en mi ciudad natal "Mevilich". A Dios gracias, la mayoría estos trabajos son a una gran distancia de mi hogar. Lo que agradezco. Me imagino lo que pasaría si en la universidad se enteran de mi "trabajo", esto no solo me afectaría a mí, también involucrarían a mi madre.

Las copuchas en las bocas de las personas vuelan, aun si estas son verdaderas o no.

Y en mi caso, no hablarían de todos los esfuerzos que realiza mi madre por sacarme adelante sola cuando un desgraciado, como lo fue mi progenitor, la abandono con la excusa de no estar preparado para ser padre, sino que se hablaría de lo mala madre que es, por permitir que su hijo realice ese tipo de "trabajillos".

¿Pero quién está preparado para ser padre o madre? Nadie nace sabiendo como, ni mucho menos te educan para serlo, lo mismo ocurre con los hijos, ninguno de nosotros nace sabiendo que es lo que serás en un futuro, solo tratas de avanzar por aquel camino que ya han avanzado tus padres para poder salir adelante.

Solo tardo unos minutos para encontrarme de frente con el gran hotel "Foruch't", y unos más para estar frente a su entrada, donde un portero me abre delicadamente la puerta, sosteniendo ésta con su fino guante blanco, que le hacía juego con su conjunto gris, resaltando un pequeño detalle que delataba el nombre de él, Don Armando Gofter. Un hombre alto, corpulento, diría yo de unos cincuenta y tantos años, quien amablemente me saluda -correspondiendo yo a este- y me señala con la mano la dirección del salón, al cual yo debía dirigirme -esta es una forma de salir adelante- repetía constantemente esta frase en mi mente, mientras caminada.

Al llegar a una gran puerta negra, puedo notar como el ritmo de la música invade mis tímpanos, mi cuerpo sabe que será una noche larga, introduzco mi mano en mi bolsillo derecho de mi pantalón y retiro un antifaz negro, lo ubico justo frente a mis ojos, me acomodo un poco mi cabello alocado, tomo una buena bocanada de aire y me dispongo a abrir la puerta y cumplir con mis horas de trabajo. Pero cuando me predispongo a cruzar esa línea de entrada, soy parado por un obstáculo que me impide avanzar, o más bien por el cuerpo de alguien que no me deja seguir con mi cometido y repite constantemente una frase.

-tu-tuu -dice alargando la última letra, con ese tono de voz que suelen uno escuchar en alguien que ha bebido algo más que dos copas- también crees que soy de lo peor-se aferra a mí, para luego comenzar a sollozar.

Dios, esto era lo que me faltaba. El cliente de hoy es alguien que me ha solicitado con mucha anterioridad por lo que asumo que el retrasarme no será de su agrado. Además, que la cantidad que pago no es algo que podemos categorizar como "poco".

-Perdona -le comento mientras trato de empujarlo con mis manos- esto debe ser un error, yo no te conozco, tu no me conoces -sigo forcejeando, pero debo decir que, pese a que podamos tener la misma edad, por lo que he calculado cuando le eche una mirada rápida, no logro quitármelo de encima- es mejor que me suelte y busques a la personas correcta, porque déjame decirte nuevamente que me estas confundiendo con alguien. Al decir esas palabras, él se tensa un poco y dirige su mirada hacia mí, y nuevamente tengo encima esa mirada, esa mirada café claro tirando a miel que muy en el fondo algo me dice que la he visto con anterioridad, pero no logro recordar donde. Luego de mirarme fijamente -como pudo- baja su mirada al suelo.

-Quizás tienes razón, pero... pero no me dejes solo, no cuando me siento tan mal- noto que su fuerza disminuye un poco, tomo esa oportunidad y me libero de él con una fuerza mayor a la planeada, chocando con la pared.

Arreglo rápidamente mi ropa y me dispongo abrir la puerta, cuando siento un jalón en mi muñeca, dirijo nuevamente mi mirada a lo que me está deteniendo. Un leve suspiro sale por mi boca, me dirijo a él, tomo uno de sus brazos y lo paso por mi cuello -Que quede claro que esto no lo hago por ti, sino por mi - poco a poco me encamino a la entrada para ver si alguien me puede ayudar- maldición- digo en voz baja- solo espero que no me descuente nada.

-Si, es dinero ... te puedooo ayudar -me detengo al escucharlo, y cuando estaba a punto de responderle aparece una señorita, y asumo por el uniforme y logo que lleva este, que debe trabajar en el hotel- Sucede algo- pregunta mientras dirige su mirada primero al desconocido y luego a mí.

-La verdad es que si -digo mientras diviso unos sillones, me apresuro para poder dejar a dicha persona a ahí- necesito que se hagan cargo de esta persona, no lo conozco, pero salió del salón del hotel, así que asumo que debe ser alguien de la fiesta.

-Si, no se preocupe -responde, acercándose al señor "no me dejes solo"- nosotros nos encargaremos de ahora en adelante, pido disculpas por si esto le causo algún inconveniente señor.

-No te preocupes -acomodo nuevamente mi saco, y saco mi celular para ver qué hora es, genial, ya voy 30 minutos tarde- yo me tengo que ir, gracias -pero justo cuando me disponía a seguir avanzado para poder cumplir con lo que debía hacer, nuevamente alguien me jala de la muñeca.

Dios, hoy no es mi noche.

Volteo para ver quién es... al parecer el señor "no me dejes solo" tiene intenciones de agrandarme el saco, que para colmo no es ni mío- Socio, de verdad no soy a quien estabas buscando, la señorita que está aquí te ayudara con lo que necesites, yo debo irme ahora.

-Solo te iba a decir gracias -dice soltando mi muñeca- yo lo veo por última vez y sonrió- okey, solo asegúrate de no ser alguien molesto para la chica- le comento para luego seguir con lo mío. Camino rápido sin dar tiempo para algún tipo de repuesta o retención por alguien más.

Cuando ya estoy frente a la puerta del salón, la abro permitiendo que la música invada mis oídos y las luces cieguen por algunos segundos mi vista. Meto mi mano en el bolsillo derecho de mi pantalón, para buscar mi celular y cerciorarme nuevamente de la información del cliente de hoy. Al parecer hoy será una mujer de pelo moreno, que estará con un vestido rojo, acompañado de un antifaz dorado, teniendo al lado izquierdo de éste el detalle de una pluma.

Camino entre las personas que están bailando y conversando para encontrar a mi pareja del día de hoy, miro disimuladamente cada rincón del lugar hasta que la ubico y me dirijo fielmente a la barra, lugar donde se encuentra ella.

-Disculpa -digo tocando su hombro- Camila verdad- ella se sobresalta cuando mi mano hace contacto, gira su cuerpo rápidamente hacia mí, con una mirada algo asustada.

Veo por la modulación de su boca que me ha preguntado algo, pero con la música tan fuerte no logro escucharla, por lo que hago algunas señas para que repita lo que ha dicho.

-K, ¿verdad? – comenta con un tono más fuerte.

-Si -respondo, sentándome junto a ella- aunque puedes llamarme como tú quieras – digo, mientras hago una seña al barman para pedirle algo para beber. Cuando veo que esta frente a mí, le pido una cerveza helada, y me dirijo nuevamente a ella- Hoy me llamare y comportare como me pidas -le doy un sorbo a la cerveza, notando como esta burbujea en mi boca antes de que la ingiera- espero no te hayas defraudado por mi atraso y por lo que vez- le guiño un ojo, al momento de terminar mi frase.

-Pues, Rafael -dice mientras juega con la bombilla de su vaso- te llamare Rafael, y ho-hoy serás mi pareja, perdona que te lo pida... solo no quiero ser la risilla de mis amigas ya casadas, tanto- pero cuando me está a punto de contar más, la detengo.

- No te preocupes- bebo nuevamente de mi botella- no necesitas darme detalles, si así lo deseas hoy seré tu amado Rafael.

Acompáñame esta noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora