lucky dog ;; yoon gi centric.

4 : Lucky Dog

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Cuando reaccionó y estuvo por meterse en medio de todos los policías que lastimaban a Jeon Gguk, Jin lo detuvo. Le dijo que lo mejor sería no involucrarse, porque caerían todos.

Así, tuvo que soportar ver como apuntaban con un arma a su compañero, como lo pateaban en el estómago. Ninguno era inocente, ni Joshua con su rodilla en su nuca, ni él mismo, parado sin hacer nada.

—Faccio io.—Susurró Jin en su oído, antes de llevárselo a su celda.
('déjalo' en italiano)

Un hombre menos.

El siguiente día fue muy movido para Yoon Gi, era la limpieza general en su pabellón y no podía importarle menos. Estar de un lado para el otro lavando ropa o gritarle al resto para que colabore, no sonaba muy encantador. Con eso en mente, se saltó sus tareas y paseó por el estacionamiento que usaban los altos mandos.

Tenía que despejar su mente, idear otras rutas.

El 3ro. causó un alboroto, algunas personas fueron heridas. En el peor de los casos lo llevarían al agujero, un lugar donde no tiene contacto con los otros reos, no tiene libertad de movimiento, está completamente aislado. Las personas peligrosas y con peor comportamiento son llevadas ahí.

Si eso pasaba no podrían escapar los cinco.

Caminando en el estacionamiento vio algo interesante: el auto del inspector. Nunca visitaba la prisión por lo que era sumamente raro verlo ahí, lo más seguro es que lo hayan llamado por la masacre de ayer. Genial, les darían otro discurso de buena conducta.

—¿Dónde está el encargado de las sábanas?—Escuchó a alguien gritar.—¡Lo quiero aquí inmediatamente!

Esa era la tarea que, justamente, se había saltado. Volvió a la zona de lavandería lo más rápido que pudo, y se encontró con una de las personas más molestas de todo Madison. Una de ellas, porque la más molesta era Ji Min.

El mismísimo inspector estaba hablando con un policía de menor rango. Era un hombre bajo, con claro sobre peso y un horrendo bigote. Era uno de los pocos que no se apegaban al protocolo. Él no creía en eso de cuidar a capitanes de las mafias, no tenía familia, deuda o secreto sucio para extorsionarlo y pasarlo de su lado.

Lo peor de todo es que, mientras esté en la prisión, podía sabotear su intento de escape. Problemas y más problemas. Le quedó rezar para que se vaya lo más rápido posible.

—Como estaba diciendo, los integrantes de las mafias "CR-5" y "Grave Digger" se están tiroteando en Daivan, están en todas las noticias.—El policía a su lado se mantenía serio, sin acotar nada.—Como era de esperar de un grupo de criminales.

Llamaron al policía para su ronda diaria, por lo que dejó al inspector solo, parado a unos pocos pasos de la lavandería.

Yoon Gi probó suerte y se acercó.

—Hola inspector, je.

—Min, si no me equivoco usted era el encargado de las sábanas. Deje de perder el tiempo con sus estúpidos juegos y póngase a trabajar.

—Lo que diga, 02856.

Dobló sábanas por un buen rato. Fingía estar feliz de hacer su trabajo, cuando prefería estar reuniendo información sobre el paradero de Jeon Gguk. Pero no, paso a paso, primero contentar al inspector para que se vaya.

Al cuarto de lavandería entró su ángel guardián, o bueno, Park con una bolsa llena de ropa sucia. Igual lo podía usar.

Miró de reojo al inspector y bajó su traje un poco, sólo lo suficiente para mostrarle su tatuaje de la organización. Ese hombre no obedecía a nadie, no respetaba reglas interinas o beneficiaba a alguien, pero era débil cuando se mencionaba el apellido Park.