- Hola, mami - dijo Ditier lanzándose en mi dirección cuando me vio salir del gran edificio
- Hola, cariño - dije recibiendo su gran abrazo
- Nos han invitado a comer ¿quieres ir? - preguntó Tyron rodeandome - Hola - dijo regalandome un beso en la mejilla (donde se lo permitía Ditier)
- ¿Hoy? - asintió - Claro, la comida de tu madre me enloquece - pase mi lengua por mis labios sintiendo ahí el sabor del último platillo que me preparo
- También estarán tus padres - dijo más serio
- Ahora tengo más ganas de ir - salte de emoción
- A mi no me emociona mucho - confesó tenso
- Ya pasara, con el tiempo aprenderán a quererse - dije convencida, consolandolo
- Lo intentaré - suspiro
Caminamos hacia la casa de Naya, Tyron menciono que allí dejo el automóvil en el que vinieron del club (donde estamos viviendo por ahora)
- Hola!!! - grito el pequeño en cuanto entramos a la casa
- Hola, cariño - dijo Naya abrazando a Ditier
- Creo que no estará mucho tiempo con nosotros - solté cuando vi como Naya se llevaba a Ditier con ella y presentía que no volvería a nosotros en un buen rato
- Quiero mostrarte algo - centre mi atención en Tyron
- ¿Qué es? - pregunte emocionada
Su celular comenzó a sonar y cuando lo dejo de hacer volvieron a llamarlo pero a él parecía no importarle ¿Por qué me importaría a mi?
- Una sorpresa - simplifico
- Adoro las sorpresas - chille abrazándolo del cuello
- Lo sé - tomo mi mano de su nuca para entrelazar su mano con la mía y así guiarme no se dónde
- ¿Es dentro de esta casa? - curiose
- Si, ahora cierra los ojos porque no quiero que trates de adivinar de qué se trata - ordenó
- No lo haré - dije haciendo pucheros
Su celular tomo vida otra vez pero él tenía la misma actitud de hace rato
- Nena, no hagas eso - soltó con voz enriquecida - solo...
hazlo - volvió a hacer pucheros - ¿Por favor?- Bien - cedí cruzando los brazos y cerrando los ojos - ¿iremos muy lejos o no tardaremos nada?
Beso mi frente y tomó mis dos manos - Soy tan afortunado - escuche que susurro
- Lo eres - conteste molestandolo
Detuvo sus pasos y yo los míos - ¿Eso crees? - sentí como se acercaba más a mi - ¿crees que lo soy? - sus manos se enrollaron en mi cuerpo como un par de víboras, las sentía en todas partes y a la vez en ninguna
- Eso es lo que creo - susurre sobre su mejilla - creo que tienes una familia hermosa y amorosa, amigos que darían la vida por ti y pronto tendrás a tu bebé en este lugar - dije recorriendo sus brazos a tientas - y por ello eres muy afortunado - concluí
- Hay algo más - solté un gritito de impresión al ser levantada sin previo aviso - se te olvido mencionarla
Comenzó su recorrido conmigo a cuestas, caminaba tan lento que estaba segura de que alguien vendría a interrumpirnos y él tendría que aplazar su sorpresa
- ¿De qué se trata? - pregunte interesada
- Se trata de una pequeña ninfa de cabellos oscuros, labios tentadores, cuerpo de diosa y ojos inocentes