2.0

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Desperté en un lugar muy conocido para mi sin embargo no era mi casa aún así sabia que no me encontraba para nada lejos de mi hogar

— Ya despertaste — la voz áspera y sexy en la puerta, asentí — Qué pasó ayer — negué no queriendo recordar los detalles — ¿No quieres hablar de eso? — negué — muy bien — suspiro rendido — ¿De qué quieres hablar?

Al parecer no me iba a forzar a decir nada, era parte de sus cualidades desde que lo conozco.

Lo observé fijamente y pude darme cuenta del cambio, cambio tanto; no hay un solo espacio en blanco en su piel - por lo menos de la piel que es visible - con su aspecto vikingo... esa barba y cabello largo, ojos profundos, todo su cuerpo es grande.

Luce como un arma, huele a peligro, desprende testosterona, exhala sensualidad y atrae inevitablemente.

Todo en él causaba curiosidad en todos los aspectos

— ¿Cuál es el nombre del hombre que me llevo contigo? — pregunte despertando de mi inapropiado escrutinio

Frunció sus cejas y torció la boca con desagrado — Eso qué importancia tiene — soltó medio gruñendo

— Es de vital importancia para mi — dije sincera. 

— Por qué — contesto mientras se sentaba en la esquina de la cama dónde me encontraba, tenia su rostro arrugado en señal de disgusto

—Porque sin él no estaría aquí y quién sabe en que condiciones — le respondí imaginando miles de escenarios — además no le e agradecido por ayudarme — recordé

— Ya lo e hecho yo — soltó cruzando sus enormes brazos — no es necesario que lo hagas — dijo rotundo

— No te pregunte eso, te pregunte su nombre — aclaré extrañada —no lo que te parece que puedo hacer — al parecer mi estado de shock ya había llegado a su fin

— A mi no me has agradecido — eso es cierto, sin embargo lo dijo de una manera en la qué mi mente me pedía no hacerlo

— Ya no se si quiero hacerlo — susurre. — gracias — le dije viendo su largo cabello recordando que si bien su actitud no me agradaba él había velado por mi en la noche

— Ahora si quieres hablar de ello — volvió a cuestionar

— ¿Es necesario?, no quiero recordarlo. Ni siquiera vi su rostro o algún tatuaje o algún distintivo — aunque sigo sin olvidar que fue asqueroso

— De acuerdo — soltó rascando su larga barba — no es necesario - soltó después de unos minutos en silencio

— Por qué lo dices —  pregunte al ver una extraña sonrisa en su rostro

— Tu héroe vio muy bien a tu agresor — soltó entre dientes después de meditar si decirme 

— Oh, Jesús! — no sabia como sentirme al respecto — ¿Qué va a pasar ahora?

— Iremos de cacería — soltó extendiendo más sus labios con aquella sonrisa escalofriante

— ¿Cómo lo haremos? — dije confundida por tanta información

— Nosotros — hizo un círculo con sus manos — tú no irás a ningún lado —me señalo — ahora son cosas del club —dijo dandolo por zanjado

Yo sabia que él pertenecía a un club de motoristas al que la mayor parte de la población le teme porque se corre el rumor de que hacen cosas ilegales, tienen varios negocios pero nadie sabe en cuál hacen sus actos ilícitos y nadie preguntaba por temor

Hanna (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora