ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ɪᴠ: ʟᴀ ᴄᴜʟᴘᴀ (ɴᴏ) ᴇs ᴅᴇ ᴇᴅᴅɪᴇ.

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El otro chico era Eddie.

Físicamente no era muy diferente, seguía siendo alguien bajo para su edad, delgado, de piel bronceada y salpicada de pecas. La ropa que usaba tampoco cambió pues seguía usando camisas sencillas y pequeños shorts que hacían que sus piernas se vieran aún más delgadas de lo que ya son. Al menos ya no traía la riñonera, pero seguía usando el inhalador.

Todos pensaban que Eddie no había cambiado nada, pero era diferente cuando fuiste su mejor amigo durante toda la niñez, y de un momento a otro lo has perdido por completo.

A Eddie ya no le gustaba estar siempre limpio, no le importaban mucho las enfermedades, (menos la lepra, algo que jamás olvidará Bill fue cuando a los trece iban caminando a su casa y se les cruzó un leproso, Eddie casi se infarta, y ahora, seis años después, eso no había cambiado demadiado) y ahora tampoco vivía con su madre gorda y sobreprotectora.

La personalidad de el chico también se tiene que resaltar, pues de ser asustadizo y cuidadoso pasó a ser más amable con todos, a abrirse un poco más a las nuevas experiencias, pero sobretodo eso, Eddie comenzó a tener un temperamento fuerte, pero era diferente a que se enojara fácil y armara todo un escándalo como el dramático que era.

Eddie no soporta que le hablen fuerte, tampoco soporta que le hagan daño a sus amigos, y tampoco soporta, y jamás lo hará, que lo insulten a él mismo.

Eso Bill lo aprendió en la tarde del sábado, cuando el domingo había despertado completamente solo.

A veces pensaba que arruinaba muchas cosas por ser impulsivo y siempre querer hacer todo a su modo. No se equivocaba. Y aunque todas las veces que lo hacía lograba arreglarlo, la culpa de haberlo hecho siempre rondaba por su cabeza.

La tarde del sábado había sido agotadora para Bill.

Lo primero que hizo después de hablar con Richie fue ir a su habitación, había olvidado que Eddie estaría allí cuando llegara, por lo que al verlo casi termina por gritarle.

- N-necesito una explicación de t-tu parte ahora mismo.

Eddie lo miró confundido, pero dentro de esa confusión, bill sabía que ocultaba algo más.

- Tú viste a S-stanley salir y n-no me dijiste, ¿No?

- Bill, no sé de qué estés hablando...

- ¡Claro que sabes! ¡Recuerdo que él se despidió de ti Eddie! ¿¡Cómo no lo sabrías!?

Eddie se quedó perplejo, y no fue hasta el otro día que Bill entendió porqué. Cuando le gritó a Eddie no tartamudeo ni una vez.

- ¿Y qué si lo sé, Bill? - Dijo el chico al cabo de un pequeño silencio - No estoy obligado a contarte esto.

- Pero podrías a-ayudarme contando.

- ¡No! ¡No Bill! No pienso arreglarte el desastre que hiciste.

Eddie se estaba comenzando a poner rojo y eso era algo que no le gustaba a Bill. Desde que eran pequeños, Eddie tenía la piel morena, por lo que siempre era difícil verlo ruborizado, pero Bill siempre recuerda que el chico se ve así cuando está con Richie, o cuando está muy avergonzado.

O cuando está muy, muy enojado.

Y Bill a veces no podía controlar su impulso de "Yo soy el que manda porque soy el líder".

- ¿Acaso tienes miedo de que Stan venga y no juegue contigo a la fiesta del té porque me contaste? Es tu culpa que Stan esté enojado, ni siquiera pudiste detenerlo cuando se fué. Vamos Eddie, a veces te comportas muy marica.

❝ᴡɪsʜ ʏᴏᴜ ᴡᴇʀᴇ sᴏʙᴇʀ❞ // sᴛᴇɴʙʀᴏᴜɢʜ //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora