❝ᴡɪsʜ ʏᴏᴜ ᴡᴇʀᴇ sᴏʙᴇʀ❞ // sᴛᴇɴʙʀᴏᴜɢʜ //

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴠ: ʟᴀ ɴᴏᴛᴀ.

La primera nota la escribió tan seca que se sintió estúpido.

"Ven al puente de los besos mañana después de las clases.

Quiero hablar contigo."

William Denbrough, tiene tres semestres en la carrera para ser escritor y acaba de escribir la peor invitación a salir.

Era estúpida, así que volvió a intentar escribir algo y le salió un poco mejor.

"Hola Stan, lamento no poder decirte esto en persona, pero me gustaría que fueras al puente de los besos mañana por la tarde, si puedes justo cuando acaben las clases. Necesito hablar contigo sobre un asunto importante.

Me sentiría mal si no lo hiciera.
Gracias."

Sí. Eso estaba mucho mejor.

Bill esperó toda la mañana, tarde y noche para poder entregar la nota, quería dejarla a medianoche, así Stan no lo vería. Y se dio cuenta que estaba tan enamorado de Stanley Uris que aguantó todo el día completamente sólo, molestando, escribiendo, haciendo deberes y demás, se aguantó las ganas de correr donde Eddie, y las de ir a contarle todo su plan a Beverly, y también las de decirle a Ben y Mike que gracias, porque ese día, Bill Denbrough sólo quería a una persona.

Cuando llegó la medianoche Bill salió a hacer su cometido. Tomó la nota y salió de casa.

El camino a casa de Stan fue realmente tranquilo, se le ocurrió la idea de seguir saliendo a esa hora, las estrellas eran lindas, había silencio, hacía frío, solo le faltaba su computadora y una taza de café, era el ambiente perfecto para escribir, algún día lo haría, de eso estaba seguro.

En el momento en el que llegó a la casa de Stan, Bill tuvo un mal presentimiento, pero no le importó. Fue hasta la ventana del cuarto de Stan, pensó que este ya estaría allí dormido, pero se sorprendió al ver que no estaba dormido ni estaba allí. La habitación de Stan quedaba mirando al patio, a un árbol en el que se posaban los pájaros. Una vez Stan le dijo que era el lugar más especial para él. Una vez Stan lo llevó allí, y pasaron toda la tarde viendo pájaros.

Sonrió con dulzura al recordar eso, si lograba arreglar lo que hizo probablemente lo volverían a hacer.

Pero cuando fue a dejar la nota se tropezó con una piedra y cayó de cara sobre la ventana, haciendo un ruido enorme que alarmó a ambos chicos.

Bill dejó la nota y rápidamente se escondió detrás del árbol cuando vio la sombra de Stan cruzar la otra habitación. Escuchó como abría la ventana, y por lo que se demoró creyó que ya la había leído.

- Puedo verte Bill. Tu espalda es demasiado grande para esconderte detrás de un árbol.

Pero realmente solo estaba viendo al chico desde su escondite.

Bill soltó una maldición por lo bajo y salió de su "escondite", el chico judío lo miraba con una expresión bastante divertida.

- Además, eres el único idiota que vendría a mi casa a medianoche a dejar una nota y se golpea la frente con el vidrio... Bueno, también está Richie, pero él es muy bajito.

Stan ríe señalando la marca que la frente de Bill deja en la ventana, había quedado bastante arriba, su altura no ayudaba, pero eso poco le importó, pues Bill se permitía admirar la bella sonrisa de él, también como sus rizos caían sobre su frente perfectamente peinados, a pesar de ser tan tarde.

- ¿P-podemos hablar ahora?

La risa de Stan se detiene, toma la nota que Bill le había dado y la convierte en un avión de papel que termina por tirar al más alto. Acto seguido le guiña un ojo y cierra la ventana para volver a su habitación.