Capítulo 2

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Se podía oír a todo el estadio gritando su nombre, todos con una sonrisa de oreja a oreja origen del gran concierto que acaban de presenciar.

– Muchas gracias a todos por venir y por esta increíble noche a vuestro lado – se despedía del estadio emocionada – os quiero y espero que volvamos a vernos muy pronto Valencia.

Salió corriendo del escenario después de mandarle un enorme beso a todos los que la habían ido a ver esa noche.

Su hermano ya estaba esperándola detrás del escenario para poder coger su guitarra y también ofrecerle agua ya qué tendría que estar sedienta, pues su descanso había sido más o menos por la mitad del concierto.

– ¿Bien? – le preguntó el hermano al verla entrar intentando respirar fuerte.

– Bien – respondió con un sonrisa en la cara

Se fue directa al camerino para sentarse un rato por mínimo que sea en el sofá qué había allí y recuperarse un poco tanto de oxígeno como de las emociones que traía cada concierto.

Unos minutos más tardes entraba alguién más al camerino.

– Miriam – llamó la atención de su hermana, pero estaba sentada con la cabeza echada para atrás en el sofá y con los ojos cerrados – el coche ya está fuera.

– Claro – abrió los ojos y le miró – dame un par de minutos y estoy fuera, ve tirando tú si quieres.

Efrén salió de la habitación dejándola allí sola. Mientras ella iba recogiendo las pocas cosas que le quedaban fuera de la bolsa.

Una vez que se encargó de todo, comprobar que el camerino estaba impoluto, que no había quedado nada enchufado ni nada encendido, se encaminó hacia la parte trasera de la plaza de toros de Valencia, que había sido el lugar donde se celebró su concierto, para encontrarse con su hermano y el conductor del coche que les llevaría al hotel.

– Buenas noches – se dirigió al conductor, que se había bajado del coche para ayudarla a meter su mini macuto en el maletero – Muchas gracias – agradeció con una sonrisa por el gesto que había tenido, puesto que ella misma lo podría haber metido perfectamente .

Se dirigió a la parte trasera del coche donde ya le esperaba su hermano mientras miraba el móvil.

– ¿Qué pasa granduñón? – se dirigió a su hermano una vez se colocó el cinturón y el coche empezó a ponerse en movimiento – ¿Con sueño?

– Seguro que con menos que tú – apagó el móvil y le sonrió.

Miriam asintió con la cabeza dándole la razón, mientras involuntariamente le salía un pequeño bostezo. Pues ella esa noche no había podido dormir muy bien y a primera hora de la mañana, tras haber dormido apenas unas horas, se tuvo que ir a ensayar y probar el sonido a la plaza de toros.

Ambos pasaron el corto trayecto callados, Efrén volvió a coger el móvil y se metió en las redes sociales, y Miriam también volvió a su postura en el camerino, y se echó contra el cristal de la ventanilla para descansar.

– Hay mucha gente en la puerta del hotel – dijo el chico cuando se aproximaban a este.

Miriam al oirle abrió a los ojos y miró a través de la ventanilla para comprobar que lo que decía su hermano era cierto, había mucha gente en el hotel.

– Si estás muy cansada les digo que no les puedes aten...

– ¿Y qué se vayan a casa después de estar aquí esperando horas? – interrumpió a su hermano – ni de broma.

– ¿Segura? – le preguntó todavía dudoso – mira que a mi no me cuesta tanto decírselo al de seguridad del hotel.

– Que no Efrén que no – soltó la "rubia" algo más despierta ahora – tu vete a tu habitación si quieres, no tienes porqué esperarme, que tú también estás cansado – dicho esto se desabrochó el cinturón y se bajó del coche dirección al hotel.

ELLA | Miriam²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora