Me desperté de repente y entré a la ducha a toda prisa o se haría tarde, analicé los acontecimientos mientras el agua caliente recorría mi piel, vi todo alrededor, jamás imaginé que mi vida sería así, recordaba las razones que me trajeron aquí completamente segura de que todo tuvo una razón de ser; salí de mi ciudad después de aquella dolorosa traición, miren que encontrar a mi prometido y a su "mejor amiga" en la que sería nuestra propia cama era razón más que suficiente para dejarlo llorando en el piso por el tremendo golpazo que le di es sus miserias y ella, haberla sacado del departamento de los cabellos, wow, qué poderosa me sentí.
-¿Iñaki?-pude decir en cuanto guardé mi celular después de grabar aquello- ¿Qué significa esto?
-Dul-respondió mientras se levantaba de la cama a trompicones completamente desnudo por lo que de inmediato me giré.
-Con que tu mejor amiga ¿No?-bufé viendo a Amanda aun en la cama-, hasta querías que fuera mi dama y ve, se revuelcan en la que habría sido nuestra casa.
-Dul-intentó intervenir la mujer.
-¡Mejor tú cállate!-exclamé furiosa.
-Mi amor-dijo Iñaki acercándose a mí.
-No me digas así y aléjate-respondí dándole un fuerte rodillazo en su entrepierna dejándolo en el suelo-, espero entiendas que con esto nuestro compromiso está terminado.
-No Dul, espera-decía entre jadeos de dolor pero no lo iba a escuchar.
-Será mejor que yo me vaya-dijo Amanda levantándose con intención de vestirse.
-Claro que te largas, pero así como estás-exclamé antes de tomarla del cabello y sacarla del departamento completamente desnuda.
-¡Dulce al menos deja vestirme!-pidió cuando le cerré la puerta.
-Pues te gusta andar así frente a los demás ¿No?-me burlé-, Hazle como puedas.
Regresé por algunas cosas antes de salir de ahí sin escuchar los intentos de disculpa de ese hombre.
-Dul, por favor escúchame-decía mientras yo guardaba diversas cosas que ya había llevado.
-Adiós Iñaki, espero no volver a verte en mi vida-supliqué mientras cerraba la puerta tras de mí.
Salí del lugar y subí a mi auto, en ese momento avisé a mis amigos y familiares que esa boda estaba cancelada, llegué a mi departamento el cual estaba en el último piso de uno de mejores edificios de la ciudad, tomé algunas cosas y las metí a una maleta, subí a mi auto y salí a carretera sin saber a ciencia cierta a dónde iría, me tomé el tiempo de admirar los paisajes que esa carretera me regalaba mientras analizaba lo sucedido una y otra vez pero no quise derramar ni una sola lágrima, aferré mis manos al volante tratando de despejar mi mente, encendí el radio encontrando una estación prometedora e intenté perderme en los acordes de las guitarras eléctricas lográndolo por algunos momentos, noté que pronto anochecería por lo que me detuve a descansar en un pequeño pueblo, llevaba alrededor de cuatro horas manejando sin descansar, tenía que dormir y tal vez ahora sí llorar un poco, llevaba rato aguantando las lágrimas pero ya no podía, me encerré en la habitación de hotel que alquilé en el centro del pueblo, era linda, sencilla pero linda, con muros color durazno y algunos toques dorados, le hacía falta un poco de mantenimiento pues la pintura dorada comenzaba a botarse, una cómoda cama al centro, un televisor que dudaba tuviera control remoto y un pequeño sofá junto a la ventana, tomé una ducha caliente y dejé que el agua corriera por mi piel confundiéndose con las lágrimas que al fin resbalaban por mis mejillas, vi la sortija de compromiso aún en mi dedo, la vi por algunos segundos mientras me derrumbaba, sola en ese pequeño cuarto de baño, salí envuelta en una toalla y me tumbé en el suave colchón, contemplé el techo mientras mi mente trataba de asimilar lo sucedido en las últimas horas, el gruñido de mi estómago pidiendo comida me sacó de mis pensamientos y entonces recordé que no había comido nada desde esa mañana, me vestí con unos vaqueros ceñidos a mis piernas y mi cadera, una blusa de botones lila y unas botas cómodas, me alise el cabello y sólo un poco de maquillaje en el rostro, salí del lugar esperando encontrar algún restaurante cerca, me encontré en el lobby del hotel que al mismo tiempo servía como tienda de antigüedades a una señora de mediana edad, un poco chaparrita y con unos grandes lentes fondo de botella, me saludó con una tierna sonrisa que hizo que respondiera de la misma manera.
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Lazado Corazón (Vdy) ©
Romance¿Pasar de una vida perfecta con todo bajo control a una en donde no sabía qué pasaría? No, eso sin duda no estaba en mis planes, nada podía salir mal, hasta que pasó, hasta que aquel suceso me obligó a hacer aquello que nunca quise, huir, huir de la...