Nueva Vida

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Las cosas poco a poco comenzaron a ser como antes, incluso mejores pues ahora vivíamos juntos, los planes de la boda se reanudaron con ayuda de Alexandra, Anny, May y mi madre quienes estuvieron conmigo a todo momento, en las pruebas del vestido, elección de las flores y diversos detalles para el evento, Jenni ya tenía su vestido, era color rosa pálido, la parte de abajo con varias capas de tul teniendo una hermosa caída, strapple con una capa de encaje que iba desde la cintura terminando en unas mangas y una cinta en la cintura con un moño al frente, se veía preciosa con ese vestido. Todo estaba listo y todos ansiábamos que el día al fin llegara.

Nos casamos en el rancho, una boda pequeña sólo con nuestros seres queridos más cercanos, mi vestido fue tradicional, corte línea A, hombros descubiertos, todo forrado por encaje, escote corazón, cubierto por una fina tela de encaje que terminaba en unas mangas largas y sólo una abertura desde la nuca a media espalda, no faltaron las botas vaqueras y un peinado relajado para la ocasión, sólo unas ondas sujetas con varios prendedores y algunas flores blancas que Jenni acomodó como tocado, me sentí muy feliz cuando vi a Sally llegando al rancho, tanto ella como Anny serían mis damas de honor, ambas portaban un vestido azul pálido, su cabello suelto cayendo en ligeras ondas y una corona de flores, por supuesto también usaron botas vaqueras y un ramillete con flores blancas y azules.

-¿Cómo te sientes Dul?-preguntó Sally cuando terminaban de ayudarme con el vestido.

-Como en un sueño-respondí sin poder ocultar mi gran sonrisa-, ustedes saben que ya no imaginaba este momento.

-Pero no lo es cariño-sonrió Anny acomodando un pequeño mechón de cabello-, es la realidad y en verdad no sabes qué gusto nos da a todos verlos en este momento.

-¿Se puede?-se escuchó una voz femenina del otro lado de la puerta.

-Adelante-respondí segundos antes de que Alexandra y mi madre entraran a la habitación.

-Te ves hermosa hija-exclamó mi madre acercándose a mí.

-Gracias mami-respondí viéndola a través del espejo con una sonrisa.

-Mi hijo se irá de espaldas cuando te vea Dul-dijo Alexandra con el rostro lleno de ilusión lo cual ensanchó mi corazón de felicidad-, quería darte esto-extendió su mano hacia mí entregándome un prendedor dorado con algunos diamantes que brillaban bastante-, esto ha estado presente en mi familia desde hace muchos años, no tuve hijas así que decidí serían mis nueras las que usaran algunas de estas cosas, cuando Chris se casó con Rebecca yo sabía que era un error-suspiró-, así que decidí seguirlo guardando hasta que la mujer indicada llegara, esa eres tú Dul, así que esto ahora te pertenece.

-Alexandra, yo...-me quedé viendo el objeto por algunos segundos- No sé qué decir.

-No es necesario que digas nada querida-respondió con una sonrisa.

-Gracias-pude decir solamente mientras la misma Alexandra colocaba el prendedor entre mi cabello.

-¿Por qué se quedan sin palabras cuando hago esto?-preguntó viendo a May-, Tú tuviste la misma reacción May, así que Anahí ya sabes lo que te espera para que vayas pensando qué me vas a decir-dijo provocando la risa de todas las presentes y un rojo encendido en las mejillas de mi amiga.

-Yo también quiero darte algo hija-dijo mi madre en cuanto Alexandra terminó su labor-, esto lo usó tu abuela el día de su boda, lo usé yo y ahora te toca portarlo a ti-señaló entregándome un hermoso brazalete con varios detalles azules.

-Gracias mamá-respondí mientras lo colocaba en mi muñeca.

-Bueno-dijo Anny-, ya que estamos en esto, yo te presto estos pendientes, son mis favoritos así que espero me los regreses-pidió riendo a lo que todas la secundamos.

Lazado Corazón (Vdy) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora