Capítulo 1

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" Y de pronto llegará, alguien que baile contigo aunque no le guste bailar y lo haga porque es contigo, nada más" —Cj.

· Todo de un poco ·

—¿ Por qué me dices te extraño?.

— Porque no lo haría. —Se rasca la nuca y menea la cabeza—.

—Es diferente, cuando extrañamos a alguien, lo hacemos porque no existe una razón, aunque a veces la haya, no es suficiente para expresar la necesidad que tenemos. ¿Sientes eso por mí?.

—Claro.

—O sólo lo haces porque no quieres estar solo, por temor a la soledad.

—¿ Por qué te cuesta tanto aceptar que te extraño, que te necesito?. Acaso te hirieron tan mal,  que piensas que nadie puede extrañarte.

—Le doy una sonrisa sincera—. Soy muy consciente de que puedo dar y recibir amor, y nadie me ha lastimado, pero debo ser realista, a veces las ideas que creamos en nuestra mente, son aplastadas por la realidad y no quiero salir lastimada, creo que es algo normal.

—¿Dónde has estado toda mi vida?.

—Buscandote.

—Entonces...¿podemos volver?.

—Acompañame a un lugar y ahí te digo la respuesta.

—Siempre dándole vueltas a todo, Amelia.

—Siempre tan quejumbroso Renato.

No es la centésima ves que vuelvo con él, no soy la amiga que no quiere ver la realidad o la que no acepta que su relación es "tóxica". Es muy diferente, somos dos amantes de lo romántico y de la realidad, nuestra relación siempre se basó en el respeto, la tolerancia y la sinceridad o eso es lo que intentamos, pero eso es adelantarse bastante.
Mejor vayamos al día uno.

···

Soy un tanto perezosa al levantarme, pero quién no. Me despabilo y voy a darme una ducha, cojo la ropa que escogí la noche anterior y comienzo a arreglar mi cabello. Me dirijo a la cocina a preparame el desayuno, sólo tomo un vaso de chocolatada para no tener vacío el estómago. Voy a la habitación de mis padres para avisar que estoy lista.

Toco la puerta y escucho el adelante de mi padre.

—Buenos días, estoy lista.

—Buenos días para ti también, en cinco estoy afuera.

Veo a mi mamá aún dormida, así que, salgo de su habitación para ir a buscar mi mochila, mi sistema de organización es fácil: ordenarlo y plancharlo un día antes, nada del otro mundo.

Cuando papá no puede es mamá la encargada de llevarme a la estación de buses, ya que el Instituto queda a una hora y media. Si te estaras preguntando, mi horario de levantarme en la 04:30 a.m.; muchas personas me han preguntado si vale la pena el sacrificio que realizo, y con una sonrisa contesto que sí.

El ITN, o Instituto Técnico Nacional, es un colegio técnico del Estado, posicionado como uno de mayor nivel en enseñanza técnica, del cual, el egresado puede trabajar como mando medio en una empresa,es realmente bueno y da una retribución para quiénes al terminar el curso van directamente a trabajar.

En mi familia es como una tradición familiar, primero fue mi hermana Siberia, luego Logan y por último yo.

Al llegar a la estación me despido de mi padre y voy a formar la fila, escojo siempre los asientos de la izquierda que dan a la ventana, y me dispongo a ponerme los auriculares.

Sin darme cuenta me quedo dormida, y despierto en Loreto, sí en mi país sólo toma horas cruzar de un lugar a otro. Luego de un tiempo finalmente llego, siempre me parecerá hermosa New Tunewster, al llegar el ambiente cambia, rodeada de árboles en su alcaldía, paso una parada más y la siguiente es la mía.

Como hora pico que es, la aglomeración de gente en el bus es impresionante, a duras penas paso entre ellos, diciendo permiso a cada desconocido, hasta que me bajo. Cruzo la avenida con precaución, no quiero morir aún y me dirijo a mi destino.

Hasta que lo veo, parado cerca de un kiosko, camino al Instituto, lo primero que veo es que lleva zapatos deportivos en vez de los clásicos, ya que, hoy, es día de gala, que para los hombres consiste en camisa, pantalón, zapato clásico y corbata, mientras que las mujeres, camisa, zapato clásico y  pollera. Es extraño que venga así. Y sintiendo mi mirada se volteo y me dirigió una mirada, así que con mis auriculares puestos seguí caminando hasta llegar al Instituto.

Luego de las formalidades, que son entonar el himno y desear a los estudiantes una buena semana, me dirijo con mis amigas a las clases. Siempre me gustó estudiar, pero no ir al Instituto, creo que se debe a que soy perezosa al levantarme.

Nunca esperé decirlo pero por fin suena la sirena, sí, así es, tenemos sirena no campana, raro no. Nos dirigimos a un puesto que está fuera del colegio, eso no significa que podemos salir, lo hacemos mediante la reja, hasta que lo veo, de nuevo.

No es la gran cosa o lo mejor que me pasó, pero mis ojos se encuentran con los suyos, cómo deciendo Hola de nuevo, él y sus amigos nos pasan de nuevo y le cuento a mi amiga Nicole, que es raro y extraño, porque son dos veces en el día que lo veo, y para completar, ni siquiera sé su nombre o de que especialidad es. Sí, en el Instituto hay ocho especialidades, y lo que puedo asegurar que no es la misma que la mía, porque jamás lo he visto merodeando en la especialidad. La especialidad es como distintos Institutos dentro del Instituto, regidos por coordinadores, encargados de la administración de cada carrera, suele ser muy confuso al principio, pero uno se llega a acostumbrar.

Nicole me da una mirada de complicidad y una de " vamos a investigarlo", en broma, por qué quién investiga a su crush o a alguien que le gusta, fácil, todos. Al menos alguna vez lo hemos hecho y está bien, siempre y cuando no se propase la dignidad y la privacidad de las personas.

No soy muy buena en el tema de los novios o el amor, pero tengan por seguro que averiguare quién es, sin parecer una loca acosadora o bueno tal vez un poco.




Nota: Después de mi años, capítulo por cuarentena. No olviden lavarse las manos y quedarse en casa. Besos.

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