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-Es la cena familiar, ¿otra vez vienés sola, Elvira?
-Así es, tía. Otra vez sola.
-Aaah, eso me preocupa mucho. Nunca traes a ningún hombre, te estas tardando.
-Es que... No me gusta traer a nadie. Eso es todo, tía.
-Pero tu prima Claudia siempre viene con un chico. Mira, el es Marcos. Un joven muy atractivo, ¿no crees?
Marcos se sonrojó un poco. Se sentía cohibido en esa mesa con solo mujeres. El discurso de la tía le pareció divertido, así que esbozó una sonrisa. Pero esta no duró mucho.
Los cubiertos cayerón al suelo, el vino manchó el mantel, las mujeres treparon a la mesa.
Ocho mandíbulas lo atacaron por varios frentes. Sus gritos no llegaron lejos.
Elvira cerro los ojos, no se movió de su asiento. Otra vez... No podía ver aquella escena otra vez.
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