VIII

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En tanto, Añiño seguía perdido desde aquel día que mi abuelo fue internado en la clínica, fui a buscarlo a distintas instancias, nadie supo decirme de él.

Salí  a buscar Añiño, con la esperanza de que lo hallaría, mi búsqueda nuevamente no tuvo éxito, al no encontrarlo, volví por la tarde a ver al abuelo, lo encontré instalado en su habitación, se encontraba despierto, lo abrace, llore...el abuelo, me miro y me pidió que me tranquilizara, entonces pregunto por los cachorros, no supe que decir me quede en silencio, menciono que le mandaba besos y abrazos a Añiño, su gran amigo y a Lucas siempre y cuando permitiese que se le diese un beso.

Volví para casa pensativa, en el camino, estacione el coche a un costado de la carretera y recordé la historia conmovedora de Añiño, de cómo fue que llego a casa a formar parte de la familia, entonces recordé la conmovedora historia, que había sucedido hace 12 años, yo era una niña, pero puedo recordar claramente, aquel día, yo me encontraba recostada en el césped del jardín, entonces escuche que alguien abrió la puerta, era el abuelo, que llegaba de un viaje de trabajo, lo vi y corrí a sus brazos, al igual que todas las veces que llegaba de sus viajes, cuando me acerque, pude notar que no venía solo, que traía en brazos a un cachorro, entonces mi madre salió y nos relató como lo había hallado.

Dulce VespertinoWhere stories live. Discover now