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— ¿Tenias algún problema con alguien del curso?.
— Hombre, pues habíamos tenido algunos problemillas, pero nada fuera de lo normal.— respondió ella desinteresada
— ¿Como era tu relación con los alumnos?
— Buena, nosotros nacimos para estar con personas como nosotros— respondió sería— y los becados no son como nosotros.
—Tus compañeros dijeron que eras amiga de Marina, mentiste.— la acusó la inspectora.
—Si, lo éramos- confesó— antes del que ella me delatara con la directora y mis padres. Pero yo no mate a Marina.
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—Las redes sociales son la forma en que tenemos de presentarnos antes los demás, ¿no?.— Martín explicó mientras señalaba la pantalla frente a ellos.
Aldana que estaba sentada junto a Christian rodó los ojos al ver a Guzmán y a Lucrecia sentados en la misma mesa como siempre desde hace algunos meses.
— Lo qué mostramos y lo que ocultamos— de las pantallas bajaron unas máscaras que cubrieron los rostros de los dibujos que representaban a las personas.
Aldana dejó de escuchar a su alrededor por varios minutos, pareciera que sus oídos habían dejado de funcionar y todo se centró en la incomodidad que su estómago le daba. Había comido desde ayer en el desayuno, una manzana y un vaso de agua.
— ¿lo hacemos juntos?— pregunto Polo sacando a Aldana de sus pensamientos.
— ¿Hacer que?— pregunto mientras observaba al rededor de ella, todos tomaban sus cosas para salir del aula.
— El trabajo— el señaló la pantalla frente a la casa que daba las indicaciones del trabajo.
— Eh, no — respondió confundida. Observó a su alrededor y camino hasta Lucrecia. Las dos no se llevaban bien, pero preferiría pasar algo de tiempo con Lucrecia que con Polo.— Lu, ¿lo hacemos juntas?.
La mexicana se sorprendió y observó a Guzmán que hablaba con Nadia al fondo de la clase.
— Vale— respondió confundida — lo hacemos en tu casa.
— Yo te aviso— Aldana regresó a su asiento rápido a su asiento sin dejar que Lucrecia respondiera y comenzó a recoger sus pertenencias.
