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ˁᴷʸᶠᴬᴸᴸ- ᴬᴰᴱᴸᴱ
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Aldana jugaba con los tubos de ensayo que tenía frente a ella. Todos esperaban sus notas de la práctica que la profesora había encargado.

— Hola— Valerio se acercó por la espalda mientras apretaba su cintura. Ella lo alejo de un manotazo con miedo de que la profesora pudiera verlos.

— ¿Que quieres, Valerio?— pregunto mientras regresaba a su asiento.

— Nada, solo quería invitarte a divertirnos nuevamente— eso último lo dijo en susurro para poder asegurarse de que Lucrecia no pudiera escucharlos.

— No puedo, estoy ocupada.— La profesora le extendió su trabajo. Ella lo observó con una sonrisa antes de mostrárselo a Lucrecia que miraba el suyo con una mueca. El 10 encerrado en la esquina superior izquierda de la hoja mostraba el resultado de su esfuerzo. Lucrecia rodó los ojos para después acercarse a la profesora a reclamar su nota.

— Veo que la química te da muy bien, sobre todo la que inhalas.

Aldana no lo ignoro y camino hasta Polo que miraba su trabajo.— ¿Por que no me pediste ayuda?.

— No queria interrumpir la diversión que tenías con Valerio.— respondió sin importancia.

Aldana suspiro y lo observó por unos segundos para después reír.— Estas celoso.

— Yo no estaría celosos de alguien como Valerio.

— Pues deberías.— susurro sobre su oído antes de regresar a su lugar.

Samuel siguió con la mirada a Aldana. Para el ella siempre había sido una persona admirable. El pensaba que Aldana y el ave Fénix tenían muchas similitudes.Esa emblemática criatura de fuego capaz de elevarse majestuosamente desde las cenizas de su propia destrucción, simboliza también el poder de la resiliencia, esa capacidad inigualable donde renovarnos en seres mucho más fuertes, valientes y luminosos. Todo lo que ella había vivido en menos de un año y se le veía plena, hermosa, como si nada de lo que había sucedido en el pasado le afectara en aquellos momentos.

Aldana frunció el ceño al sentir la intensa mirada del castaño. En varias ocasiones sucedía lo mismo que incluso comenzaba a asustarle.

...

La mandíbula de Lucrecia se apretó en el momento en que Aldana pasó frente a ella saliendo del laboratorio. La mexicana colgaba su bata cuando Cayetana se acercó por su espalda.

— Parece que Aldana no te cae muy bien— Hablo de manera curiosa la rubia tratando de conseguir un poco más de información sobre la relación que aquellas dos tenían.

— Ni te lo imaginas— Lucrecia acomodo su chaleco y arreglo su cabello. Las dos observaron por la vengana ah que Aldana reía y conversaba con varios compañeros de otra cosa.— No se por que aún la gente se cree el cuento que es una buena persona, mírala, se la pasa fingiendo algo que no es.

Cayetana evitó la mirada de Lucrecia de manera nerviosa.— Debe de ser fatal, ¿no?. Vivir una mentira.— concordó con ella.

— Es una Barbie wannabe, después de todo lo que sucedió con Rafael todos la tienen en un altar.— Hablo con recelo Lucrecia.— Digo, solo mírala, se ve que solo está fingiendo. No puede ser posible que de tener una vida como la mierda, ahora todo sea arcoíris y diamantina.

Lucrecia y Cayetana regresaban la vista hacia Aldana. Que ahora se encontraba sola mientras tecleaba algo en su teléfono.

Por el otro lado estaba Samuel, el seguía observando desde lejos a Aldana. No sabía si era el querer saber si ella tenía algo que ver con el asesinato de Marina o simplemente era la necesidad de querer conversar con ella.

—¿Estas lista?— Polo que salía del baño de hombres se acercó a ella.

— Si— sonrió mientras guardaba su teléfono en su bolso.

Las tres personas a su alrededor no despegaron la mirada de la pareja que salía por los pasillos de la escuela.

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— Se puede saber, ¿por que tú y Aldana llegaron juntos al colegio?— Lucrecia le arrebató la tableta de las manos de a Valerio.

— Tranquila, hermanita.— Colocó sus manos detrás de su cabeza como apoyo— Solo dos amigos disfrutando la noche después de una fiesta.

— Eso no era una fiesta, era un almuerzo— exclamó enojada. Valerio dejó su asiento y comenzó su camino hasta la cocina.— ¿y por que no regresaste a dormir?, se drogaron, ¿verdad?.

— ¿En verdad te importa tanto lo que yo haga, Lucrecia?— pregunto mientras abría la nevera y sacaba una jarra llena de jugo.— ¿o te importa lo que Aldana haga?.

— Por que me interesaría lo que haga esa Barbie pirata.

Valerio río mientras negaba la cabeza.

— No lo sé, por que desde que regresé parece que estás obsesionada con la pobre chica.

— Ella no tiene nada de inocente, si la conocieras como yo sabrías lo que en verdad es.

— ¿Así?, ¿Y que es?— Valerio se acercó a ella.— Por que lo que dice el juez ella es inocente, y el culpable está en la cárcel, ¿o te molesta que ella es mejor que tú?.

— Ella no es mejor que yo.

— ¿Entonces por que tanta insistencia en saber de ella?.— Sus manos fueron hasta la barbilla de Lucrecia levantándola ligeramente haciendo que lo mirara a los ojos.— Nos vemos luego, hermanita.

Valerio se alejó y se dirigió a su habitación dejando a Lucrecia sola en la cocina con su enojo reprimido.

...

El nombre de Aldana Ferrer se encontraba en el buscador de la computadora de Samuel. Todas sus redes sociales, artículos sobre su familia, fotografías de eventos benéficos, todo estaba ahí.

Una fotografía llamó la atención de Samuel. Aldana y Marina posaban junto al gran trofeo de bronce. Las dos sonreían mientras se abrazaban. Las dos portaban el uniforme de la academia de danza de la madre de Aldana, no le sorprendía que las dos se conocieran de años atrás.

La redes sociales estaban repletas de fotografías de ella, donde le daba una clara perspectiva de la vida de Aldana. Una nueva fotografía se colocó frente a sus ojos, una fotografía de Carla, Polo y Aldana en el baile de fin de curso.

Todos sonreían ante la cámara, esa foto se encontraba en las redes sociales de la madre de Aldana y de esta la continuaba otra, ahora era Aldana sola mientras bailaba con Carla y Polo discutiendo de fondo. Polo tenía una camisa diferente y ahora Christian se unía a la imagen con una mirada seria y de preocupación.

𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎𝐒 || ELITE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora