6. Primer error

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El sonido del agua chapoteando constantemente que provenía desde el baño se confundía con los constantes gemidos de una voz que era dulce, pero lejos de ser femenina, que era aguda, pero no molesta, era más bien un sonido que carecía de pudor y estaba lleno de placer. Jimin se sujetó al borde del jacuzzi estremeciéndose en el momento en que su orgasmo fue provocado por las constantes penetraciones del mayor, quien golpeaba su próstata de forma placentera y ruda, ocasionando que el agua del jacuzzi se derramara fuera. Su cabello se pegaba a su frente húmeda y sus labios rojizos estaban abiertos en una constante expresión y su ceño se frunció con placer, curveando la espalda hasta tensar sus músculos que un momento después se relajaron. El alfa sujetó su cuerpo, acarició su vientre y se vino en él, anudándolo al sentir su vientre tensarse y el deseo irrevocable de hacerlo con aquel omega, de anudarlo y mantenerlo junto a él por un largo rato en lo que se aseguraba de que toda su semilla quedaba en su interior. Sus brazos tenían marcadas sus venas y sintió algo de necesidad en sus colmillos, aunque no se dejó llevar por esto.

YoonGi gruñó un par de veces y jadeó pesado para relajarse un momento después y atraer el débil cuerpo de Jimin hacía él y sentarse en el Jacuzzi que todavía revoloteaba el agua caliente en la que estaban. El menor jadeó al sentir que el alfa le movía, pero YoonGi de inmediato fue más cuidadoso y se acomodó lo mejor que pudo para que este estuviera cómodo entre sus brazos en lo que el nudo bajaba. Le acarició el vientre nuevamente, como si buscara algo ahí constantemente, era algo instintivo, hacer eso.

--- ¿Te encuentras bien? – Preguntó el alfa, dejando de respirar tan pesado como antes. Jimin se recargó en su pecho y escondió un poco el rostro, respirando mucho mejor, pero permitiéndose oler el aroma que desprendía el alfa. Algo de café, vainilla y canela que llenaba sus fosas nasales por completo y hasta podría de cierta manera drogarlo.

--- Estoy bien, no tienes por qué preocuparte. – Respondió con voz baja.

El nudo del alfa no le molestaba y había recordado tomar su tratamiento hormonal para prevenir cualquier embarazo. Era la primera vez que le daba tanta libertad a uno de sus clientes, pero para esos momentos honestamente eso no se sentía como una simple cita con un cliente y quizá es que ya habían pasado todo el fin de semana en aquella casa que aquello se sentía mucho más íntimo entre los dos, aunque trató de no pensar mucho en ello porque le dolería la cabeza.

--- Honestamente no me gustaría irme de aquí, es un lugar tan lindo. –Musitó, cerrando los ojos y descansando en los brazos del alfa. Su nudo siempre era grande y si se movía mucho lo lastimaba, por eso intentaba quedarse lo más quieto que podía.

--- Es un buen lugar para escapar, ¿no es así?

Jimin tan sólo asintió. Quizá para YoonGi solo significaba que a Jimin le gustaban las cosas lujosas y que como cualquier tendría el deseo de obtener esos lujos más seguido, pero Jimin realmente lo decía porque había sido como escapar de su vida. De todos sus problemas con el dinero, de tener que vender su cuerpo para comer, de tener que soportar a su padre alcohólico que solo le daba problemas y que más de una vez le había golpeado en rabia.

Sin embargo no clarificó nada de esto y simplemente conversó de otra cosa con YoonGi para distraerse.

***

Ambos subieron las maletas a la camioneta y parecieron dar una mirada de complicidad hacia la casa que dejaban detrás antes de subir, ponerse los cinturones de seguridad y arrancar para volver a sus vidas reales.

--- Me sorprende que tu esposo no haya venido a molestarnos.

--- Compré esta casa para alejarme de todo, simplemente no le dije de ello y no necesita saberlo, así es mejor.

Jimin aprendió bastante de YoonGi durante esos días, se volvieron muy familiares el uno con el otro e incluso aprendió que a YoonGi no le gustaba el apio en las comidas y que era más un tipo de comida salada a dulce, pero que disfrutaba el helado siempre y cuando fuese de una marca en particular que por cierto era algo costosa.

El alfa también aprendió varias cosas de Jimin, por ejemplo los bonitos hoyuelos que se formaban en la base de su espalda, que le gustaba bailar como un hábito normal, que tenía una linda voz para cantar y que era bueno cocinando. Ambos parecían haber caído en una rutina con tan poco tiempo de conocerse, aunque eso cambiaría rápidamente.

--- Bien, te llamaré cuando pueda, ¿vale? –YoonGi extendió un sobre manila hacia Jimin quien lo tomó, sonrió y lo guardó en su maleta.

--- Tienes mi número, señor empresario Min YoonGi. Llámame cuando quieras. –Jimin se acercó a darle un beso de despedida que YoonGi aceptó normalmente, dejándolo de nuevo con esa esencia de fresa en sus labios. El único dulce que aceptaba realmente.

Luego del largo recorrido para regresar, era extraño tener que separarse, pero tenían que aceptar que la vida debía continuar más allá de su aventura y escape de fin de semana. Ambos se despidieron, dieron media vuelta y trataron de continuar.

Jimin no entendía por qué su lobo se sentía tan inquieto, el alfa se había ido y parecía buscar por él. Al entrar a casa su padre no estaba afortunadamente, por lo que pudo pasar lo que restó del día sin percances, simplemente limpiando su habitación y tirando viejas cosas que ya no servían y se acumulaban por ahí, llenándose de polvo. Realmente lo hizo por tener en qué distraerse mientras llegaba la hora de dormir, para no pensar en el alfa, para no recordar sus besos y sus palabras, para no sentir que algo le hacía falta en su cuerpo.

Se miró al espejo y se burló de él mismo.

--- Oh, no... Park Jimin. No te enamores, eres imbécil. No puedes. Nadie jamás te va a querer, eres una vil prostituta de calle, serías idiota si te enamoraras ahora. –Se dijo con vejación hacia sí mismo porque era lo único que podría funcionar en esos momentos para no tirarse por la borda en algo que estaba más que perdido.

Sin embargo sintió un millón de mariposas en el estómago cuando recibió un mensaje por parte del alfa. Estaba perdido, ¿cierto? En tres días el alfa lo había logrado deshacer.

 Estaba perdido, ¿cierto? En tres días el alfa lo había logrado deshacer

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Suave Error {°YoonMin°}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora