Suave Error {°YoonMin°}

13. Error al irme

Las siguientes semanas fueron fluyendo de una manera complicada entre los miedos de Jimin, el trabajo que se apilaba para YoonGi, su esposo reclamando hablar –o discutir, no sabía.- Simplemente le tomó al alfa reconocer que no podía manejar muy bien situaciones como esas y tuvo un quiebre emocional de estrés él mismo en el que había llegado a su tope de todo y de todos, provocando un error aún más grande.

La denuncia había procedido contra el atacante de Jimin y él estaba recuperándose no solo de los golpes si no de su estado mental que a veces le provocaba pesadillas por la noche. Lamentablemente, todo había sido un problema tras otro luego de aquel accidente, porque el padre de Jimin no apareció pronto y aún estaban buscándolo, o más bien la policía lo hacía ya que parecía que se lo había tragado la tierra. Así que YoonGi hizo lo que pensó que nunca llegaría a hacer: mudó a Jimin al apartamento en el que se habían estado viendo.

Ese apartamento había sido una compra vanidosa simplemente porque tenía buena vista y estaba ubicado en un lugar discreto, limpio y silencioso en una ciudad que era puro ruido y contaminación. Era una de las contadas propiedades que tenía y ya le estaba dando un uso al tener a Jimin ahí cuando se veían, por lo que mudar al chico ahí para que estuviera a salvo y se sintiera mejor, parecía una muy buena idea.

Cuando le pidió a Jimin que se mudara, no entendió quizá la extensión a la que llegaba esa petición con los sentimientos del omega, pero ahí estaban.

Jimin había mudado sus cosas y poco a poco había logrado traer lo que le pertenecía y quería conservar, buscando no solo el sentido de pertenencia sino de independencia de la vida que había tenido. A decir verdad lo puso muy contento, se sintió como si avanzara un paso en su vida y en la vida que de cierta manera imaginaba con YoonGi.

Tuvo que recordarse varias veces que era un sueño. Solo un sueño. Aunque también se dijo varias veces que no era tan malo soñar a veces.

Así que el buen humor de mudarse a un lugar mejor, donde realmente se sentía querido, le ayudó a mejorar con la situación del ataque que sufrió y logró dormir mejor conforme los días fueron avanzando. Ciertamente le preocupaba la situación de su padre, pero a su vez se sentía como si algo hubiese levantado un peso de sus hombros.

Su padre nunca lo había querido y eso era algo que incontables veces le había dicho, algo que constantemente le repetía solo porque era omega y sólo porque había intentado no morir de hambre o no vivir en la calle y había usado su cuerpo para eso. Sin embargo, siempre deseó que por lo menos, en una forma minúscula y profunda en el corazón de su padre, este le quisiera tanto como Jimin le había querido. Porque era su padre después de todo, lo único que tenía en la vida. Y sí, le había querido, pero ese sentimiento fue reduciéndose aunque nunca se erradicó por completo.

Con su padre siempre se había sentido en la constante necesidad de sobrevivir, un día a la vez, preocupado por la actitud con la que este despertaría, si ese día le golpearía, si le gritaría, si estaría sobrio, si al decirle que había sacado una nota alta en la escuela le alegraría, si le agradecería por la cerveza que ponía en sus manos, si le diría, por primera vez, unas palabras que alentaran su ser, un gracias, un te amo, si lo miraría.

Así que la tercera semana de su desaparición, se preguntó si acaso seguía vivo y se sintió tremendamente culpable de pensar que eso no le daba demasiada tristeza.

YoonGi y Jimin llevaban 9 meses de conocerse, de salir a citas, de pasar por problemas, de indagar en sus vidas, de ayudarse mutuamente, de compartir una pasión fuerte y grande. El alfa estaba satisfecho, sus deseos internos eran saciados no solo sexualmente por el omega sino de forma emocional también y sabía que necesitaba aclarar esa parte todavía. Porque últimamente, con todo el estrés que tenía encima, probablemente aquello había llegado a un tope.