16. Nunca fueron errores suaves

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Jimin observó sus zapatos mientras caminaba un paso a la vez por la acera, aburrido, con algo de frío, escuchando los autos pasar y la ocasional charla de alguno que otro que se acercaba para lograr algún sentido de pertenencia a lado de él.

Se sobrecogió cuando un viento helado resopló, las copas de los árboles se movieron y algo de basura rodó sobre la calle y los demás chicos apostillados en sus lugares personales se quejaron en voces bajas y continuas sobre las inclemencias del viento.

Hubo un tiempo en el que él no tuvo que soportarlo más, pero ahora no estaba para recordar esos tiempos, porque hacerlo solo le dañaba y le haría lagrimear su bonito maquillaje.

Esperaba que alguien se acercara a él, que alguien le llevara a algún lugar lejos, fuera de esa realidad que tenía.

Podría subirse con cualquiera siempre y cuando le sacara de esa pesadilla. Siempre y cuando le diera la ilusión de que podía escapar. Ser libre del destino al que seguía aferrado.

Habían sido ya varios meses de haberse alejado de sus mejores amigos, de su pequeño bebé que probablemente ahora era más feliz en brazos de Jungkook.

Parecía casi un mal chiste que hasta la vida misma que había creado le diera la espalda, por lo que supuso que de cierta manera se merecía aquel estilo de vida. Se separó de eso que conocía porque lo lastimaba demasiado, casi tuvo esperanzas de que ese alfa le buscara, pero todo se acabó de romper cuando vio que se había casado de nuevo.

Ni siquiera sabía si tenía las fuerzas para seguir pronunciando su nombre o para amarlo. Quizá tampoco tenía las fuerzas para llorar más por él, o para extrañar a su bebé. Le era ajeno todo ese panorama.

Un auto negro se acercó y bajó las luces, aparcando aunque sin apagar el motor, por lo que Jimin se acercó, guardando sus manos en sus bolsillos y puso su mejor sonrisa cuando el vidrio del asiento del copiloto bajó.

—Hola, guapo ¿Quieres sacarme de aquí?

—Depende... no sé cuánto me costará tenerte esta vez conmigo.

YoonGi le estuvo buscando por días, semanas y meses, se encargó de buscar a Jimin por todos lados, gastando montones de dinero para poder dar con su paradero hasta que por fin su búsqueda había tenido resultados. Le encontró y hacerlo le había roto el corazón, pero cuando su lobo levantó la nariz, reconoció que por fin había encontrado su hogar.

— ¿Quieres que te lleve a tu hogar? –Preguntó el alfa y el omega negó.

—No tengo uno. –Respondió el omega.

—Yo creo que el hogar es donde tu hijo te espera.

Jimin negó suavemente y abrió la puerta del copiloto, subiéndose al auto y colocándose el cinturón de seguridad.

—No importa donde este el hogar, mientras no me quede en este lugar, podría ser libre...

***

A YoonGi y a Jimin les tomó meses recuperarse de esa enorme caída que habían tenido en la que sus vidas, sus destinos y su amor se había quebrado hasta hacerse nada más que polvo. Jimin enfermó demasiado a su regreso y vivió en cama por bastante tiempo hasta que pudo volver a levantarse y ganar color en sus mejillas meses después.

YoonGi prometió nunca más alejarse, perdió las acciones de su compañía y se volvió un escándalo debido a su posición. Mantuvo su fortuna separada en algunas acciones de otros negocios y cuentas esparcidas, pero su familia le dio la espalda y nunca más volvió a tener contacto con ellos. El divorcio fue bastante fácil esta vez.

Jimin y YoonGi recuperaron a su bebé YeonJun quien aceptó al omega de inmediato debido a que ahora se encontraban sus dos padres y fue criado sin ningún problema a partir de eso, todavía algunas veces Jimin podía escuchar a YeonJun llamar mamá a Jungkook y eso desbarataba su corazón por lo que los episodios depresivos siguieron constantes hasta el final del tratamiento.

El omega tuvo que tomar antidepresivos por meses antes de poder dejarlos, incluyendo las pastillas para poder dormir. Fue marcado del cuello por YoonGi seis meses después, cuando por fin logró recuperarse aunque el lazo estaba demasiado débil. Dos meses después de eso Jimin confesó que no amaba a YoonGi en una crisis nerviosa. Continuaron peleando y discutiendo durante esos días.

El siguiente mes fue internado en una clínica por un intento de suicidio.
La mañana de su alta médica, Jimin tomó la mano de su alfa y aseguró que su lazo jamás se había roto y que en realidad jamás le había dejado de amar.

Cuando YeonJun cumplió 2 años ellos se casaron en una pequeña ceremonia y celebraron junto a Taehyung y Jungkook en casa con comida rápida.

YeonJun llamó a Jimin mamá a partir de los dos años y llamaba "YoonGi" a su padre. Cumplió su cuarto año cuando Jimin le dio de regalo de cumpleaños a su alfa una prueba de embarazo positiva.

***

—Hey, antes de que te largues tienes que saber algo. –Taehyung dijo con algo de rabia en su voz. —Jimin no quería que te lo dijera, pero lo haré porque eres el único que puede encontrar a Jimin, él único que debería buscarlo y te daré una buena razón para hacerlo.

YoonGi miró a Taehyung, consternado y acabado, no sabía qué más podría decirle en ese punto porque simplemente estaba destrozado por todo, había hecho todo mal.

Jungkook apareció cargando a YeonJun unos momentos después de que Taehyung le llamara, el pequeño dormía plácidamente en los brazos del omega.

—Es un lindo bebé... -Dijo el alfa, titubeando, su corazón latía muy fuerte.

—Es tu hijo. –Jungkook lo acercó un poco más al alfa. —Jimin tuvo a este niño. Estuvo embarazado sin que tú lo supieras. Su nombre es YeonJun.

El alfa miró atónito a la pareja y luego al niño que dormía sin interrupciones. Ellos le invitaron a pasar y le enseñaron fotos de Jimin mientras estaba preñado, la mirada del omega siempre era tan triste y su sonrisa no llegaba a sus bonitos ojos. Le mostraron fotos del nacimiento de YeonJun, de cómo tuvieron que registrarlo bajo el apellido de Taehyung y de las dificultades del omega para alimentar a su hijo.

Todo eso hizo sentir eternamente culpable al alfa y prometió que buscaría a Jimin así le costara toda su fortuna y que visitaría constantemente al bebé.

El día en el que YeonJun se reunió con sus padres Jimin estaba en cama, con un suero en intravenosa y dormitando, pero su cachorro pudo dormir con su madre esa noche.

***

—Por favor, déjame enmendar mis errores, permíteme... perdóname... Lo que sea que quieras o necesites... yo estaré para ti y sé que mis palabras podrán sonar vacías en estos momentos, pero no es así... no lo son.

YoonGi sujetó las manos frías de Jimin mientras este miraba al suelo, sentado en la cama de aquel departamento.

—Perdonarte no será fácil... amarte no será fácil... volver no será fácil... No sé cómo se regresa a la normalidad después de todo lo que me hiciste. ¿Ahora sí seré tu omega, tu esposo, la madre de tus hijos? Estos no son errores suaves que puedes enmendar... nunca lo fueron. –Acusó el omega, con una mirada vacía.

—Nunca diré que lo fueron, solo que los quiero enmendar, sin importar lo que cueste.

Esa noche hablaron muy poco, se recostaron juntos, pero ninguno de los dos durmió, tan solo se mantuvieron dándose calor hasta que la mañana llegó.

Suave Error {°YoonMin°}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora