06 *Nico*

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Eran las 1:19 de la mañana y yo no podía conseguir dormirme.

Decidí con el mayor cuidado, vestirme y rondar por las calles de Nueva York. Tome mi espada y en viaje sombre llegue a un callejón justo en frente de Central Park, camine las calles solas y frías mientras pensaba en Tánatos y todo su misterio sin resolver, mientras iba distraído en mis pensamientos no me di cuenta y choque con una señora en sus cuarentas quizás.

-Discúlpame no te vi- me dijo mientras recogía su bolso y sus contenidos, -No hay problema- dije mientras me hincaba y la ayudaba, sin querer nuestras manos chocaron y sentí un escalofrió inigualable, enseguida aparte mi mano un poco asustado se podría decir. Ella se levanto primero, lentamente yo también lo hacia mientras intentaba de explicarme por qué esa señora tenía un aura increíblemente fuerte a muerte, en todo caso, ella tendría que estar muerta.

-Con permiso- dijo para después pasar al lado mío, y así poder inhalar mas su aroma, instintivamente tome de su brazo haciéndola asustarse.

-Mira solo tengo 253 dólares por el momento por favor no me haga daño- dijo dando su bolso atemorizada.

- ¿Es usted hija de Hades? - era la única explicación que el se daba para que tuviera tal aura, pero no, él sabía que había algo más que esa señora tenia, ella tenia que estar muerta.

La señora se relajó un poco más, sin embargo, tenso más su mandíbula.

.

Ahora se encontraban en un ciber café abierto las 24 horas sabrá Hades donde y que hora era, la señora no dejaba de mover su pie nerviosamente mientras que veía su café casi sin tomar. Aun no daba como dar la conversación sin sentirnos ninguno de los dos incomodos.

-Para aclarar, soy una simple mortal que puede ver tras la neblina- respondió hablando por primera ves desde los 15 minutos que llegaron, -me enamore de un dios menor del inframundo y tuve una hija- dijo mientras cerraba los ojos mostrando remordimiento, -hice cosas que no se le hacen a nadie, tome decisiones que no debí, e cause daño a mas no poder- suspiro al final de su oración.

-Usted huele a muerte- le dije serio, ella me vio un tanto sorprendida, fue ahí cuando analicé la elección de mis palabras y deduje que había sonado mal, -quiero decir, a su aura, por eso la confundí con un hijo de Hades, sin embargo, los hijos de Hades no lo desprenden como usted, ¿ha escapado alguna ves de la muerte? - le dije mientras sorbia un trago de mi café al igual.

Ella me miro unos segundos mientras pensaba y soltó un suspiro, -Pues honestamente nunca he escapado de la muerte como tal, vaya, yo jamás he hecho pactos con el Diablo o así, pero, el dios con el que me metí lo llaman Tánatos ustedes, y no creas que fue una relación como las que tenia Zeus- dijo mientras reía- jamás tuvimos el proceso por así decirlo, mi hija nació como Atenea- por más que lo decía no podía pensarlo como tal.

- ¿Qué te parece si te cuento la historia? - me dijo mientras veía un punto sin interés.

Era 2005 y yo estaba a punto de casarme, tenia 4 meses de embarazo y estaba felizmente con mi prometido en una cita, habíamos ido al cine y a comer a un restaurante a una cuadra lejos del departamento, la función había acabado tarde y nos quedaba a 10 minutos de casa el cine, todo iba bien hasta que unos sujetos comenzaron a exigirnos dinero, mi prometido era de esos hombre que creían en que nada se resolvía con violencia, era tímido y cariñoso, sin embargo ese día no le ayudó mucho su carácter, el se sacrifico por mi y mi bebe, mientras le pegaban me urgía que corriera y saliera de ahí, y en efecto, eso hice, corrí lo más lejos que pude y cuando me sentí lo suficientemente lejos llame a la policía.

La policía me ayudo un poco y fueron generosos al llevarme a mi casa, me comentaron que me mantendrán al tanto de la situación y que habían encontrado a mi prometido vivo, honestamente me sentía aliviada, así que en cuanto me dieron la dirección del hospital en donde estaba enseguida fui, sin embargo mi felicidad no duro mucho, cuando entre lo primero que me encontré es que enfrente de mi había un hombre con piel negra, una toga y alas plateadas como el oro blanco, tenia los ojos rojos y un arco junto con su caraj, sin embargo el no parecía percatarse de que, en efecto, para mi era posible verlo.

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⏰ Última actualización: Apr 16, 2020 ⏰

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