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Cuando era pequeña mi madre solía ser muy cariñosa conmigo, me contaba cuentos, me hacía apapachos y cariños, y sobretodo, me amaba mucho. Lo tenía todo cuando era pequeña y jamás pedí por más (a excepción de una mansión de las Bratz) sin embargo con el tiempo mi mamá empezó a buscar otro tipo de amor, uno el cual yo no le podía proporcionar.

Y sin más conoció a Trevor, su jefe de trabajo el cual jamás me lo pude tragar al cien, no obstante hice el esfuerzo por mamá, quería verla feliz y alegre, la amaba mucho. Después de un tiempo Liliana llegó a nuestras vidas junto con la unión matrimonial de mi mamá y su novio.

Liliana era una hermosa bebe la cual solo quería abrazarla y mimarla todos los días, a pesar de que no era del todo amiga con Trevor, esa bebe no tenía ninguna malicia, solo amor y alegría.

Todo iba bien, fuimos una gran familia por 5 años, me llevaba mejor con Trevor y mi mamá era la más feliz de mundo entero. Aun así, ese día en que mi hermana pequeña cumplió su quinto aniversario todo se amargo, yo contaba con 12 años y aun no sabía nada de la vida ni del mundo exterior, y cuando quise despertarla con un gran abrazo solo sucedió tragedia...

—¡Hermana!, ¡Hermana!, ¡Despierta, es hora de cantarte las mañanitas!

Si risa se escuchaba por toda la habitación, al igual que las risas de mis papás atrás de mi con una videocámara. Así que decidí hacerle una sorpresa llena de amor, la tome desprevenidamente de su cama y la giré por el aire en mis brazos. Cuando termine pude ver a mis padres con cara como si hubiesen visto un fantasma, descoloridos y asustados.

—¿¡QUE HICISTE ________?!

Cuando mire hacia abajo solo vi un esqueleto pequeño, asustada lo solté y comencé a llorar, ¿acaso esa era mi hermanita?

Después de ese suceso me sacaron de la habitación sin tocarme y mi mamá muy enojada y asustada le llamo a "alguien".

—¿A quien le llamaste mami?

Mi mamá me miro con cara de horror por la tremenda atrocidad que había hecho es mañana, yo solo quería pedir perdón, y si se pudiera, intercambiar mi vida oírla de ella.

—Aléjate de mi fenómeno.

Quería llorar y mucho, pero si lloraba más, Trevor había dicho que me iba a dar tremenda paliza que me dejaría inválida de por vida. Enseguida de que mi mamá salió del baño alguien tocó a nuestra puerta, mi mamá como si el diablo se le llevase el alma corrió hacia ella y le permitió entrar a un gran hombre pálido y con ojos negros, su cabello parecía ser hecho con plumas de cuervo al igual que sus inmensas y hermosas alas.

—Llévatela, no la quiero.

Cuando mi mamá pronunció esas palabras llenas de dolor yo quise acercarme a ella, abrazarla y decirle que no era mi intención, pero no fue así, aquel misterioso caballero me tomó de la cintura y me cargó.

—Tranquila, no fue culpa tuya.

Llore y llore en su hombro, de seguro lo había ensuciado de mis lágrimas y mocos, pero realmente ocupaba un abrazo.

—¿Pero como es posible que a ti no te afecte su tacto?

Pregunto mi mamá con asombro, el misterioso hombre solo le sonrió y le respondió:

—Soy Thanatos, angel de la muerte.

Después de ese gran descubrimiento, mi padre me comentó cómo había conocido a mi mamá, y como se había enamorado de ella a pesar de su agenda tan apretada. Recuerdo su sonrisa cálida y el regalo que me dio ese día. Un brazalete con una piedra ruby en medio (en multimedia) en cada mano, me dijo que era para poder tocar sin hacerle daño a nadie.

Después de esa visita pensé que ellos con el conocimiento de que no fue mi intención podrían entenderme más, y que quizás incluso perdonase... pero que equivocada estaba, solo pasó una semana y en eso mi mamá me echó a la calle, diciéndome monstruo, fenómeno, que solo traía desgracia a su vida y que jamás me quería ver en ella en lo que restaba.

Vague por las calles oscuras por dos años yo sola, hasta que todo cambio cuando buscaba comida en una basura una chica se me acercó pidiendo la hora.

—Perdóneme, pero no cuento con reloj a la mano.

Ella solamente sonrió más y se me acercó siseando, lo cual se me hizo muy extraño de su parte.

—No te preocupes, sin embargo, tienes algo más que puedes ofrecerme después de todo— dijo después de olfatearme toda, empecé a tener miedo por mi vida y tomar como opción mi gran embrujo. En las calles me decían hija del diablo, con mi cabello largo azabache y mi piel pálida como la luna, sin embargo, en mis ojos había un color muy rojizo marrón, decían que si me hacían enojar, mis ojos parecían sangre pura.

—Le pido amablemente que se aleje de mi, sino habrá consecuencias.

La chica río, me sentía un poco nerviosa, pero a la ves nada temerosa. De repente se me lanzó encima trancando de embestir sus largas uñas en mi garganta, mientras yo corría en dirección hacia el callejón, mi corazón iba a mil por hora mientras le rezaba a lo que sea que existiera arriba y abajo ayuda. Recordé a mi padre y enseguida me removí los brazaletes, los guarde en los bolsillos de mis jeans desgastados y me escondí para atacarla en sorpresa.

—Oh semidiosa.— canturreo mientras alargaba la "o" y la "a" de semidiosa. Yo solo esperaba que se diera la vuelta para saltar arriba de ella y con un solo roce matarla. Cuando estuvo así, fue así, y en menos de lo que digas abuenotmecuidas ya solo yacía polvo dorado, sonreí muy satisfecha conmigo misma, después de todo no era una carga mi maldición. Enseguida me puse de nuevo mis brazaletes para no llevarme de encuentro a ningún cristiano inocente, y proseguí con mi vida de moribunda.

I'm the daughter of Thanatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora