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Louis me devolvió la sonrisa y con uno de sus brazos me rodeó los hombros.
¿Cenaste? Preguntó mientras caminamos hacia mi casa.
Su actitud había cambiado.

-Aún no, ¿Quieres que pidamos pizza?

Pensaba que podíamos salir a comer. Rio.

Una vez adentro cerre la puerta y lo mire.

-Esta bien. Sonrei. Debo ir a cambiarme.

Deje a Louis en el living y subí a mi habitación a buscar algo para ponerme.
Obvio que no seria una cena elegante, tal vez un bar con buena música.
La noche que imaginaba que tendría había dado un giro de 180°. Y todo por Lucile.

Saque de mi armario un pantalón negro y un top de encaje, para terminar una campera de jeans.
Me mire al espejo, solte mi cabello y me maquille.
Esta vez no me iba a preguntar que sería de esta noche, hoy dejaría que todo fluya y solo me preocuparía por pasarla bien.

Lleve las manos a mi cuello y desabroche el collar que Harry me dio. Lo dejé en la mesa de noche, junto a la foto mía que encontré.

Baje las escaleras y Louis me esperaba junto a la puerta.
Humedecio sus labios y esbozó una sonrisa, la cual devolví.
Luego de confirmar que todo en la casa esté cerrado, nos fuimos.

La noche no era muy agradable, había humedad y una leve neblina.

Vamos a Pophi Pub. Dijo él y sonó muy tierno con su peculiar voz. Suelen hacer karaoke.

-Lo sé, fui algunas veces con Lucile.
Me recogí de hombros. Era un lugar agradable.
La última vez que vine hubo competencia de karaoke, y Zayn ganó.
Aún me acuerdo de él arriba del escenario con su voz angelical, y su mirada en mí.

Entramos al lugar. La música se mezclaba con el murmullo de la gente. Los mozos iban y venian con las bandejas de pizzas.
Pophi era muy concurrido.

Señale con mi cabeza una mesa libre.
Prácticamente nos abalanzamos hacia ella, antes de que la ocupara alguien más.
Era un rincón agradable, se podia ver el escenario vacío. Unas luces de navidad blancas sobre nuestras cabezas hacian que mi vista se relajara.

Buenas noches. Saludó un chico de nuestra edad dejando un menú para cada uno.

Comeremos pizza. Se adelantó Louis.
Sus ojos se posaron en mí. ¿Cerveza?
Asenti. Bien, y dos cervezas. Gracias.

El mozo se retiró. Y mire a mi acompañante, estábamos frente a frente, aunque el sillón daba toda la vuelta de la mesa.

-¿Crees que venga alguien a cantar?
Pregunte mirando a la gente de las otras mesas, cada uno en su mundo, hablando, riendo y comiendo con sus amigos.
Pensé en Lucile, seguro también la está pasando bien.

Tal vez. Levantó su ceja. Hay mucha gente.
Me miró y sonrió. ¿Te dije que te ves genial?

Hice una mueca sonrojada. Vi al mozo caminar hasta nosotros con las cervezas.

-¿Crees que me parezco a ti? Bromee tocando mi campera de jeans, algo similar a la de él.

No, yo me veo mejor. Rio y lo mire fingiendo estar ofendida.

Ni bien dejaron las cervezas en la mesa Lou le dio un sorbo.

Luego de casi una hora ya habíamos terminando de comer la pizza. Louis iba por su tercer cerveza, y yo aún sin acabar la primera.
Parece que el alcohol ya había hecho efecto en él porque reía mas de lo común, no estaba ebrio pero sí alegre, y era gracioso.
Me contó sus anécdotas de adolescente y de la coincidencia de tener parientes en el mismo pueblo que vive mi tia Ana, donde mi madre fue.

Sueños Compartidos | H.S  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora