one shots; t.c

cool; g.s

inspirado en cool by gwen stefani

Miro mi cabello castaño perfectamente acomodado en un recogido y acomodo mi vestido frente al espejo de cuerpo completo que se encuentra en mi habitación. Sonrío para mí misma, pues me veo y me siento radiante.

Hoy veré de nuevo a aquella persona que hace tanto tiempo no lo hacía, pero con la que me mantengo en contacto constantemente. Su nombre es Timothée Chalamet. Sí, aquel actor tan reconocido y amado por mucha gente en Hollywood. Él y yo nos conocemos de años y siempre hemos mantenido una relación de amigos muy estrecha, que hasta tal punto tenemos. Han pasado muchas cosas entre nosotros y nos hemos distanciado un tiempo. 

Verán, antes de que todas las cámaras y todos los reflectores se posaran él, antes de que fuera contratado por muchísimos directores reconocidos y todos quieran tenerlo en sus películas; yo lo conocí siendo un niño tímido, quien se sentaba al fondo del salón y no hablaba con nadie. Recuerdo que yo también era nueva en el colegio, por eso es que nos empezamos a llevar tan bien y el resto es historia. Crecimos, pasamos la secundaria juntos y en preparatoria, las cosas se pusieron un poco extrañas. Él estaba siendo más sociable y yo también, teníamos un grupo de amigos extenso y nuestra amitad se iba fortaleciendo. Pero a la par de ese sentimiento, otro iba creciendo en mi corazón. Yo creía que estaba enamorada de él y se lo dije. Su respuesta fue que él también lo estaba, pero no yo no estaba muy segura de que él sintiera lo mismo que yo. Por lo que dejé de hablar totalmente con él, para poder borrar mi sentimiento. Y creo que lo he logrado.

Bajo las escaleras cuidadosamente y cuando abro la puerta, me sorprendo. Timothée luce tan atractivo. Llevo tanto sin verlo y no lo recordaba así. Realmente es una estrella de Hollywood. Él me sonríe y yo lo hago igual, tratando de ocultar mi sorpresa. A su lado está una chica igual de atractiva que él. De cabello rubio y un cuerpo perfecto. Me sonríe gratamente también.

—¡Hola! ¿Cómo están? Pasen —les digo y abro la puerta complementamente para que entren.

Timothée se acerca a mí y nos saludamos de beso. Me he puesto nerviosa al verlo tan cerca de mí. Después se acerca ella y hace lo mismo. Es muy linda.

—Me alegro mucho de verte, Alisa —dice Timothée, con una sonrisa sincera. Sé que lo dice de verdad—. Mira, te presento a mi novia. Alisa, ella es Bridget. Bridget, ella es Alisa, una persona importante para mí.

—Es un gusto —le sonrío ampliamente.

—Igualmente.

—Pero pasen, por favor, tomen asiento —les digo y conduzco hacia los sofás—. ¿Gustan algo de tomar?

—Agua estaría bien, por favor.

Me dirijo hacia la cocina y sirvo en dos vasos agua. Se los doy y me siento en un sofá en frente de ambos.

—A mí también me da mucho gusto verte, Timothée y de por fin conocerte, Bridget —menciono y ellos se miran mutuamente. Se ven muy bien juntos.

—Ella estuvo insistiéndome mucho para realizar esta reunión. Y la verdad es que yo tampoco puedo negarme —responde él.

—También quería verlos a ambos. Sé que no tienen mucho tiempo y se los agradezco por venir —les digo.

—Sí, gracias a ti por invitarnos —dice Bridget. Su sonrisa es realmente linda, como toda ella—. Y te tenemos una sorpresa que contarte.

—¡Vaya! ¿Qué es? —digo, bastante intrigada. La verdad es que no me la esperaba. Timothée me sonríe cómplice. Está feliz.

—¡Estamos comprometidos! —dice ella, mientras me muestra su anillo de compromiso.

Me sorprendo muchísimo. Y me alegro por ellos. Pero no puedo evitar sentir algo muy profundo en el pecho que me duele. Trato de no hacer caso a ello y mejor me concentro en la felicidad de la persona que más quiero en mi vida.

—¡Eso es grandioso! —digo, tomando su mano con precaución y admirando el bello anillo—. Es, es realmente increíble. Sé que les irá muy bien y de verdad les deseo lo mejor.

Timothée y yo nos miramos. En sus ojos puedo ver la felicidad, pero mientras más tiempo lo observo, más me doy cuenta de que él también tiene ese sentimiento amargo en lo profundo de su corazón. Por mi mente pasan todos los momentos que hemos pasado. Pasan todos los momentos en los que me di cuenta de que él no es para mí, que sólo estamos destinados a ser amigos, pero no más de ahí.

Sostiene la mano de Bridget como si fuera su mayor tesoro. Le sonríe con un cariño inmenso. La mira con amor, como nunca me miró a mí. Sé que no debería, pero duele cuando te das cuenta de todo esto, aunque sea un poco.

Estoy feliz y muy contenta por su relación, debo borrar ese sentimiento amargo que siento. Pero después de todo lo que hemos pasado Timothée y yo, estamos bien y lo sé cuando él me mira.